Sus hermanos vendieron a José como esclavo
Los hermanos de José lo odiaron tanto que lo vendieron
En la última devocional, vimos como José era algo arrogante y les compartió con sus hermanos los sueños que tenía, sueños que lo pintaron como reinando sobre ellos. Mezcla esto con la túnica distinguida que Jacob le dio a José y el resultado fue que sus hermanos ardían de odio por él; buscaron una oportunidad para deshacerse de él.
Niñero para sus hermanos mayores
Un día cuando los hermanos estaban unos tres días de distancia del campamento con los rebaños, Jacob le envió a José para chequearlos, para luego contarle las cosas malas que hacían. Obviamente, Jacob no confió en el resto de sus hijos. Como de costumbre, José fue a ver a sus hermanos, para inspeccionar todo lo que hicieron y reportar lo que hacían mal a su padre. Todos sabían que sus hermanos lo odiaban, porque José era un fanfarrón con sus sueños, su túnica, y el amor de su padre. Notamos que como José llevaba la túnica distinguida, tampoco fue con sus hermanos para trabajar. Trabajar en el campo o alimentar a las ovejas no era su trabajo; Jacob estaba preparándolo para ser el próximo líder.
Esta devocional es parte de nuestra serie en Génesis. Si no has leído las otras devocionales en la serie, te invito a leer las siguientes:
El comienzo: la creación, Adán, Eva, sus hijos Caín y Abel, los hijos de Dios, Noé en el diluvio, y la torre de Babel
La familia de Abraham: Téraj, el padre pagano de Abraham, Abraham, el padre de nuestra fe, el misterioso sumo sacerdote Melquisedec, la visita del Señor a Abraham, Lot, el sobrino de Abraham que vivía en Sodoma, los secuestros de Sara, Agar, la madre de Ismael, Ismael, primogénito que no heredó la descendencia de Abraham,
La familia de Isaac: Isaac, hijo de Abraham y Sara, Isaac-esperado, envidiado y engañado, Dios le pidió a Abraham sacrificar a su hijo, la historia de amor de Isaac y Rebeca, la matriarca Rebeca, los gemelos muy distintos, Esaú y Jacob, Jacob y no Esaú recibió la bendición del primogénito ¿Quién era Esaú?
La familia de Jacob: la escalera de Jacob, Jacob se enamoró de Raquel, pero se casó con Lea, Raquel, la amada de Jacob, la rivalidad entre Raquel y Lea, Lea, Raquel, Bilhá, ¿Quién era Labán? Labán era el maestro de estafadores, Labán persiguió a Jacob y hicieron un pacto, Jacob se reunió con Esaú, Jacob luchó con Dios,
Los hijos de Jacob: la violación de Dina, José el soñador, Judá y Tamar
José emprendió su viaje a inspeccionar el trabajo de sus hermanos. Donde fueron era un área plana, ideal para alimentar a los rebaños. Sus hermanos lo vieron en la distancia y su rabia explotó: ¿cómo su padre se atrevió mandarle a chequearlos y reportarle lo que hacían? Comenzamos la historia con los planes que hicieron para matar a su hermanito tan fastidioso y arrogante.
¡Aquí viene el de los sueños!
Génesis 37:18-22: Los hermanos lo vieron venir desde muy lejos. Antes de que él llegara, hicieron un plan para matarlo. Se dijeron unos a otros: —Miren, ¡aquí viene el de los sueños! Vamos matémoslo y arrojemos su cuerpo en uno de los pozos secos, luego diremos que lo devoró un animal salvaje. Así veremos si se le cumplen los sueños.
Cuando Rubén escuchó esto, trató de librarlo de sus hermanos y dijo: —No lo matemos. ¡No derramemos sangre! Tírenlo en este pozo del desierto, pero no le hagan daño.
Rubén dijo esto para poderlo salvar y enviarlo de regreso a su papá.
Matar y mentir
Es claro que los hermanos no pensaron mucho en cómo deshacerse de José. Lo único en que pudieron pensar era acabar con su túnica distinguida, sueños arrogantes, y su estatus como el hijo preferido. No se dieron cuenta de que aun muerto seguiría siendo el favorito de su papá. Planearon matarlo de la forma más cruel: matarlo y arrojarlo en un pozo seco para que un animal salvaje lo comiera, deshaciéndose de cualquier evidencia. ¿Realmente los hijos de Jacob eran tan crueles? Así es el odio y celos: nos empujan a buscar nuestra propia justicia hasta que vamos tan lejos que no hay regreso del pecado que cometemos. Antes de su llegada, los hermanos ya inventaron la excusa que le dirán a su padre, una mentira que los limpiara de cualquier culpa. No era culpa suya, ni siquiera llegó a su campamento, ¿cómo sabrían que un animal lo atacaría y comería?
Rubén no estaba de acuerdo
Pero Rubén, el que tenía más que ganar que los demás si José se muriera, no quiso matarlo; pensó asustarlo, tirándolo en un pozo. Quizás Rubén parece magnánima, pero por sus palabras sabemos que no lo era. Tenía miedo de su padre probablemente porque su relación con su padre ya sufría; Jacob estaba furioso con él por acostarse con su concubina Bilhá. Rubén no quería más problemas con su padre y sabía sí permitió que sus hermanos lo mataran, que Jacob iba a echarle la culpa principalmente a su primogénito. Todavía Rubén tenía la esperanza de ser nombrado el próximo líder cuando Jacob se muriera y si tenía sangre en las manos, jamás tendría esta oportunidad. El plan de Rubén era echarle en un pozo, dejarlo allí un rato hasta que se asustara y si jurara no contarle nada a su padre, lo sacaría. ¿Cómo pensó que arrojarlo en el pozo no lo mataría? Rubén no estaba pensando en las consecuencias sino en su propio futuro y salvarse a él mismo del abismo en que se hundió acostándose con Bilhá.
¿José sospechó algo?
Al llegar a donde sus hermanos estuvieron, ¿José sospechó algo? El texto no nos dice, pero José sabía muy bien que sus hermanos lo odiaban. Los había observado por años; sabía de lo que eran capaces, incluso dejarlo morir en el desierto. A lo mejor los saludó, pero en vez de contestar, le quitaron la túnica a la fuerza. Dándose cuenta de su plan, José suplicó por su vida, pero sus súplicas los hicieron reír más y arrojarlo con aun más fuerza. Me imagino que después de tirarlo en un pozo vacío, tomaron turnos poniendo la túnica, burlándose de él.
El texto no nos dice si sus hermanos verificaron que no muriera en la caída. José no murió cuando lo lanzaron en el pozo; el texto nos dice que el pozo no tenía ni una gota de agua. No sabemos a ciencia cierta cuántos metros midió el pozo, pero para darnos una idea, para llegar a agua potable, hay que cavar un mínimo de 31 metros, pero podría ser tan profundo como 200 metros. Así que el hecho de que no rompió nada y sobrevivió la caída parece un milagro. Probablemente no estaba solo en el pozo: había serpientes y arañas agachados en la oscuridad, mirando su nuevo vecino, decidiendo qué hacer con él. Mientras rieron de lo que acababan de hacer y probaron la túnica, es probable que José escuchó cada palabra. ¿Qué pensaba José? No lo sabemos, pero pensar que era culpa de su padre mandarlo con sus hermanos tan malvados y que iba a morir este día serían comprensibles. Continuamos con la historia, lo que acontecerá después de arrojarlo en el pozo parece inimaginable.
¿Qué ganamos con matar y esconder la muerte de nuestro hermano?
Génesis 37:25-28: Luego los hermanos se sentaron a comer y vieron un grupo de ismaelitas que venían de Galaad. Sus camellos cargaban aromas, bálsamo y mirra. Iban camino a Egipto.
Judá les dijo a sus hermanos: —¿Qué ganamos con matar y esconder la muerte de nuestro hermano? Mejor, vayamos y vendámoslo a los ismaelitas. No le hagamos daño, él es nuestro hermano y tiene nuestra misma sangre.
Cuando los comerciantes madianitas pasaron por ahí, ellos sacaron a José del pozo y lo vendieron por 20 monedas de plata a los ismaelitas, quienes luego llevaron a José a Egipto. Todos los hermanos estuvieron de acuerdo.
No le hagamos daño, él es nuestro hermano y tiene nuestra misma sangre
Como si no hubiera pasado nada, increíblemente, se sentaron a comer. Esto nos habla de los malvados que eran, pudieron relajarse y comer, probablemente comieron lo que José trajo por su viaje. Los ismaelitas eran ancestros de Ismael; no adoraban a Dios y se involucraron en el trato sucio de comprar y vender esclavos. Recordamos que los hermanos de José no leían ni escribían y no sabían cómo negociar. A lo mejor, 20 monedas de plata para su hermanito era muy poco, pero no lo sabían: su enfoque fue no tener que escuchar sus sueños, ni verlo hacer alarde de ser hijo de papi en su túnica distinguida.
Cuando sus hermanos lo sacaron del pozo, probablemente José se sentía tan aliviado, llorando, disculpándose con ellos por cualquier arrogancia, prometiéndoles que jamás le contaría lo que hicieron a su padre. Pero, sus hermanos sonreían, diciéndole que seguro que sí, todo era perdonado, mientras le entregaron a los comerciantes, diciéndole que tuviera una vida feliz, con muchos sueños y que fuera el favorito de su nuevo amo. Por un momento, José no entendió. ¿Quiénes eran esta gente con los camellos y mercancía? Vio algo brillar en la luz del sol: era plata y sus hermanos estaban examinado cada moneda como si jamás hubiera visto plata. De repente, se dio cuenta que iba a ir con los ismaelitas, que lo vendieron en esclavitud. Comenzó a suplicar de nuevo, llamó el nombre de Rubén una y otra vez, pero sus hermanos nada más se reían. Rubén no estaba.
¿Los comerciantes les preguntaron quién era el que compraron? Jacob era famoso en este región y quizás lo conocían, incluso que José era su hijo. Quizás les preguntaron si estaban seguros de que quisieran venderlo. Fue Judá quien sugirió que lo vendieran, así que por lo menos ganarían algo en vez de tener que matarlo ellos mismos y luego esconder el cuerpo. Sus palabras son increíbles: — No le hagamos daño, él es nuestro hermano y tiene nuestra misma sangre.
Venderlo a los comerciantes, en sus mentes por lo menos, les absolvieron del crimen. Después de todo, ellos no lo mataron, lo rescataron, dándole la oportunidad de seguir viviendo muy lejos de ellos. Si los comerciantes o su nuevo amo lo mataran, sus manos estarían limpias. Judá dijo que era su hermano, que tenían la misma sangre y por eso no lo mataran, él era cruel y sin escrúpulos, quizás aun de peor carácter que sus hermanos.
¿Dónde estaba Rubén?
Aparentemente, Rubén no estaba cuando vendieron a José, aunque el texto no nos dice dónde estaba, pero regresó al pozo, probablemente para sacarlo, amenazar a silencio y luego mandarlo de regreso a su padre. ¿Dónde estaba Rubén en un momento tan critico? Sabía que sus hermanos lo arrojaron en un pozo porque era el único que se opuso a matarlo. Quizás después de tirarlo en el pozo, Rubén confirmó que sobrevivió, y llamó a las profundidades del pozo que iba pero que regresaría para sacarlo. Pero ¿a dónde fue?
Cuando Rubén se enteró de que ya no estuviera en el pozo, rasgó su ropa para lamentar esta desgracia. Primero, lamentó la desaparición de su hermano y luego se levantó y se reunió con sus hermanos, preguntándoles qué debían hacer. Era el primogénito, pero no realizaba el papel, no era el líder, diciéndoles que seguirán a los comerciantes para rescatar a su hermano, o por lo menos que le pedirán ayuda de su padre, contándole lo que hicieron, pero ya fue una conclusión preconcebida que no iban a contarle la verdad a su padre.
Y papá- ¿Qué le contamos?
Antes de venderlo, ¿qué pensaron contarle a su padre cuando no regresaron con José? En el éxtasis del momento, no creo que pensaran en que decirle, nada más en deshacerse de él. Cuando la realidad llegó de que tendrían que explicarle la desaparición de su hermano a su padre, los hermanos regresaron a su primera explicación, que un animal lo devoró en el camino, que nunca lo vieron, nada más encontraron rastros de la túnica. Mataron a una cabra y usaron la sangre para manchar la túnica regalada a José, y probablemente la destruyeron como si un animal salvaje le hubiera atacado. Continuamos con el final de la historia, leyendo la reacción de Jacob al escuchar la mentira de sus hijos.
«Voy a estar de luto por mi hijo hasta el día en que me muera».
Génesis 37:32-33: Después los hermanos le llevaron la túnica larga con mangas al papá y le dijeron: «Encontramos esto, mira a ver si es la túnica de tu hijo».
Jacob la reconoció y dijo: «Sí, esta es la túnica de mi hijo, lo devoró un animal salvaje; con seguridad José quedó despedazado».
Sus hermanos salieron con la suya, ¿o no?
Parece que Jacob aceptó su cuento demasiado fácilmente. ¿Les preguntó si había carne y huesos, algún rastro de su hijo, dónde encontraron lo que resto de la túnica, si seguramente no lo vieron vivo, no le hicieron nada? El texto no nos dice, pero amándolo como lo amaba, me imagino que eventualmente les hizo estas preguntas, pero al ver la túnica, se congeló, que lo peor imaginable aconteció. Como Rubén, Jacob rasgó su ropa y estuvo de luto por José por mucho tiempo. Jacob era inconsolable; sus hijos trataron de consolarlo, pero Jacob rehusó su consuelo falso y les dijo que estaría de luto por José hasta el día que se muera. Si los hermanos querían disfrutar de una relación más íntima con su padre, en eso también fracasaron; Jacob nunca era lo mismo después de este día, sino un hombre siempre en luto por su hijo favorito.
Mientras tanto, José viajaba hacia Egipto, donde fue vendido a Potifar, el capitán de guardia del faraón, donde seguiremos la historia en la próxima devocional.