La estigmatización del duelo
¿Nadie me quiere cuando estoy triste?
Si has sufrido una pérdida substancial y quisieras buscar ayuda por ti misma, a sanar, y recibir apoyo, acudiendo a un grupo comunitario o en la iglesia del duelo usualmente no es muy beneficial si la pérdida no se trata de una muerte. Entonces, ¿Dónde puedes encontrar ayuda? Debido a la estigmatización del duelo, es posible que tienes dificultad en encontrar los recursos que necesitas para sanar. Lamentablemente, la mayoría de los programas del duelo se centran en la muerte de un ser querido y no son útiles con los numerosos otros tipos de pérdidas, como perder una relación, un divorcio, un aborto espontaneo, perder la salud, la carrera, o ser abandonada o abusada, y muchas otras pérdidas.
Si tu dolor no cae en una categoría que es tradicionalmente aceptada, probablemente ni crees estar de luto. Por lo tanto, no buscarás los recursos que necesitas para sanar. El dolor debiera ser sólo una temporada y no toda una vida. Cuando no encuentras los recursos que necesitas para sanar, encuentras maneras de adormecer e ignorar el dolor, y continúas en duelo silencioso. Es un ciclo triste y desafortunado. Puedes ocultar tus sentimientos y fingir que todo está bien, incluso si estás miserable y te sientes sola. Pero no tienes que vivir así.
Primero, permíteme asegurarte que tu dolor es genuino. Comenzamos con leer que nos dice la biblia sobre el duelo. He seleccionado unos para guiarnos:
Lamento bíblico
“Si se pudiera medir mi sufrimiento, y pesar en la balanza todos mis problemas,” (Job 6:2).
“Mis ojos están hinchados de tanto llorar; todo mi cuerpo parece una sombra,” (Job 17:7).
“SEÑOR, tengo muchos problemas, ten compasión de mí. Mis ojos están cansados de tanto llorar que ya me duelen la garganta y el estómago,” (Salmos 31:9).
“La depresión se oculta con la risa, pero al final, reaparece la tristeza,” (Proverbios 14:3).
“Los rescatados por el SEÑOR volverán y entrarán cantando a Sion. Serán felices eternamente. Vivirán rebosantes de gozo y alegría; la tristeza y los quejidos se alejarán de ellos,” (Isaías 35:10).
“Eres como una esposa abandonada y angustiada, como una esposa todavía joven, aunque rechazada. Pero el SEÑOR te ha llamado…” (Isaías 54:6)
“Me invade la tristeza, me duele el corazón,” (Jeremías 8:18).
“¿Por qué tuve que salir del vientre de mi madre? ¿Para ver todo este dolor y sufrimiento y para pasar lleno de vergüenza el resto de mi vida?” (Jeremías 20:18).
“Él secará todas sus lágrimas, y ya no habrá muerte ni sufrimiento, ni llanto, ni dolor, porque el mundo como existía antes ya desapareció,” (Apocalipsis 21:4).
No saben qué hacer con tu dolor
Cuando el duelo no se trata de la muerte, es difícil encontrar un grupo apropiado para procesar y sanar de los muchos diferentes tipos del duelo. Necesitas una comunidad donde encontrarás comprensión, alivio, y aprenderás como procesar el dolor.
Por desgracia, muchas veces se trivializa el duelo si una pérdida no cae en la categoría comúnmente aceptada, como la muerte de un familiar inmediato. Quizás alguien te ha preguntado algo como, “¿Todavía estas triste por terminar con tu ex? ¡Solamente necesitas conocer a alguien nuevo!” Esta trivialización ocurre cuando los demás no saben cómo procesar sus proprios sentimientos alrededor de tu pérdida, o no están sincronizados con sus propios sentimientos alrededor de pérdidas que han sufrido, sino las ignoran.
Es más fácil para ellos no reconocer tu perdida como legitima, y en el proceso, terminas sintiéndote avergonzada, y lo peor, no buscas la ayuda que necesitas porque adoptas su actitud, preguntándote a ti mismo, ¿De veras no me siento mejor, ya? Cuando la realidad es claro que no te sientes mejor porque no has tenido la oportunidad de hacer nada para procesar la perdida y sanar. Recuerda, el tiempo en si no sana, tienes que estar en un proceso de ser honesta con toda tu verdad, con todos tus sentimientos y los acontecimientos y solo así, puedes sanar y dejar el dolor en el pasado.
Conclusión
Si te encuentras en esta situación, si es posible, pídele a tu iglesia que te recomiende un consejero cristiano. Unos consejeros especializan en el duelo, pero usualmente es duelo de una muerte, así que, lo más importante es que te sientas cómoda con él o ella, y que está calificado ayudarte a entrar en un proceso de lamentar.
Si por otras razones finánciales acudir a un consejero no es posible, pídele a la iglesia que te recomiende alguien entre los congregantes quien, por una temporada, esté dispuesto ayudarte a procesar tus sentimientos de una manera confidencial y seguro. Otra alternativa es procesar tu pérdida con una amiga cercana o con alguien que haya pasado por algo similar. Espero que encuentres el grupo o persona que Dios tiene para ti para ayudarte y que tengas paciencia mientras buscas.