Tu pasado es la clave para cambiar el futuro

Todos tenemos una historia, como llegamos a este punto en la vida, como hemos adquirido nuestros valores, creencias, perspectivas y dolores. Tu historia es la clave para cambiar tu futuro; no estás destinado a seguir viviendo como vivías. “Por lo tanto, el que está unido a Cristo es una nueva persona. Las cosas viejas pasaron; se convirtieron en algo nuevo,” (II Corintios 5:17).

 La historia de tu vida influye en gran parte cómo te ves a ti mismo y las decisiones que tomas. Si quisieras que mañana sea diferente, conoce tu historia. “Cada mañana se renuevan; ¡qué grande es su fidelidad!” (Lamentaciones 3:23).

No puedes empezar a hacer cambios hasta que conozcas y entiendas la trama de tu historia. Piénsalo: Si estuvieras escribiendo una novela, no podrías cambiar la forma de ser de un personaje sin entender bien su historia.

Lo mismo es cierto para ti: una vez que conoces y entiendes el camino en el que has estado, puedes elegir continuar en él o cambiar la dirección. Para comenzar a entender tu historia, hay que dejar la negación de problemas y dificultades, enfocarte en los hechos y enfrentar los partes difíciles y confusos con la ayuda de Dios y tu comunidad. El primer paso en sanar el pasado es evaluar los mensajes que has recibido y estás viviendo.

Mensajes buenos y malos

Nuestras historias se componen de los mensajes buenos y malos que hemos recibido, y los acontecimientos que hemos vivido, los cuales influyen en la forma en que nos vemos y nos percibimos. “Por el encargo que Dios en su bondad me ha dado, digo a todos ustedes que ninguno piense de sí mismo más de lo que debe pensar. Antes bien, cada uno piense de sí con moderación, según los dones que Dios le haya dado junto con la fe,” (Romanos 12:3).

Desde cierto punto, nuestra historia es el resultado del impacto de los mensajes y como respondemos a ellos. Si no evaluamos los mensajes negativos y los aceptamos como ciertos, cambian nuestra perspectiva y vivimos como si fueran la verdad en vez de la perspectiva o opinión de otra persona.

Mensajes abiertos y encubiertos

Hay dos tipos de mensajes: abiertos y encubiertos.  Hay ejemplos abajo en Paso 1. En mensajes abiertos, usualmente son cosas que la gente te dijo directamente. En mensajes encubiertos, probablemente nadie te dijo tal cosa directamente, pero por el comportamiento y actos de la gente, los aceptaste como la verdad. Algunos mensajes podrían ser positivos o negativos dependiendo del contexto. 

Paso 1

En una hoja de papel, escribe una lista de los mensajes buenos y malos que has recibido. Comienza con los mensajes abiertos, cosas que la gente te ha dicho y luego sigue con los mensajes encubiertos.

Algunos ejemplos:

Abierto

Mi mama siempre me decía, "Nunca vas a poder mantenerte." 

"Eres tan inteligente."

"Eres hermosa."

"Nunca serás elegido para la promoción." 

"Eres muy buen jugador de equipo."

"¿Por qué no puedes ser más como tu hermano?"

 Encubierto

Cuando un hombre te quiere de verdad, es celoso.

Mi padre abusó de mi madre y ella se quedó por nosotros, sus hijos. Si me voy, me avergonzaré.

Como no soy inteligente, todo me cuesta más.

La gente te deja.

La gente solamente me quiere cuando estoy feliz.

Puedo usar mi cuerpo para conseguir lo que quiero.

Paso 2

 A continuación, escribe una lista de los acontecimientos que impactan quién eres hoy.

Algunos ejemplos:

"Mi madre se murió cuando tenía seis años."

“Reprobé el examen de licenciatura."

"Conocí a mi esposo en la secundaria. "

"Nuestros vecinos me ayudaron a asistir a la universidad; yo jamás habría ido de otra manera.

Paso 3

Saca dos o tres hojas de papel y pégalas con cinta por atrás. Luego, con una regla, dibuja una línea horizonte en el centro de la hoja; esta línea representa tu historia. Es útil escribir años en la parte superior de la hoja como una guía. Comienza la línea de tiempo con tu nacimiento, poniéndolo por encima de la línea.

A continuación, marca el mensaje o evento más reciente al final de la línea. Utiliza los mensajes y acontecimientos que notaste en paso 1 y 2. Déjate suficiente espacio para completar este ejercicio y no te preocupes por registrar eventos en un orden cronológico. Escribe eventos y mensajes a medida que los recuerdas, o trabaja en una sección de tu historia a la vez y vuelve a otra sección a medida que recuerdes más.

Escribe mensajes y acontecimientos positivos por encima de la línea y negativos por debajo de la línea. Para indicar acontecimientos o mensajes muy positivos o negativos, escríbalos más arriba o más debajo de la línea. Si te gustaría, podrías dibujar en vez de escribir con tal de que entiendas los dibujos. No te preocupes por cuanto tiempo tomas para completar esto. Para cada entrada, escribe suficientes palabras (o dibuja) para que lo entiendas, no importa si nadie más lo entienda. Cuando termines, pon un círculo alrededor los mensajes y eventos que te influyeron más.

Si no procesas los mensajes negativos, persisten los efectos dañinos de ellos. A medida que revisas tu línea de tiempo, contesta estas preguntas de reflexión:

1. ¿Qué es lo que más te llama la atención en tu línea de tiempo?

2. ¿Qué piensas de los mensajes?

3. ¿Cómo tu vida refleja estos mensajes? 

4. ¿Cuáles mensajes negativos has aceptado como si fueran la verdad?

5. Para cada mensaje negativo, ¿cuál es la verdad?

Cuando procesas tu pasado con Dios y tu comunidad sana, cumples un deseo de Dios para ti. ”Alejen de ustedes la amargura, las pasiones, los enojos, los gritos, los insultos y toda clase de maldad. Sean buenos y compasivos unos con otros, y perdónense mutuamente, como Dios los perdonó a ustedes en Cristo,” (Efesios 4:31-32).