Antes de morir, Jacob bendijo a sus hijos y nietos

Palabras proféticas para los 12 tribus de Israel

En la devocional anterior, vimos como la hambruna seguía y debido a que los egipcios no tuvieron nada conque comprar el trigo, vendieron sus tierras y se convirtieron en esclavos del faraón. Pero en Gosén, Jacob y sus hijos prosperaron, comprando tierras y volviéndose muy numerosos. Cuando Jacob se acercó al tiempo de morir, le hizo a José prometer que no lo enterrara en Egipto, sino que lo llevaría a Canaán para enterrarlo con sus abuelos, padres y Lea. Antes de morir, Jacob quería bendecir a sus nietos e hijos. Las bendiciones que examinaremos a continuación, más que bendiciones, son palabras proféticas personales para cada uno, pero también aplicarán para la tribu que vendrá de la familia de cada uno.

Bendiciones para Manasés y Efraín

Jacob ya era muy anciano y quería bendecir a los hijos de José y Asenat, Manasés y Efraín. Aunque Jacob tenía varios nietos, fueron los únicos que recibieron una palabra profética. José los llevó a ver a su abuelo. Jacob estaba débil; se esforzó sentarse en la cama, y era casi ciego, como su padre Isaac. Jacob le dijo a José la promesa que Dios le dio, la misma promesa que Dios le dio a Abraham.  Comenzamos la historia leyendo la explicación que Jacob nos dio sobre por qué Efraín y Manasés son incluidos en la lista de las doce tribus de Israel.

Génesis 48:5-6: Tus dos hijos que nacieron en la tierra de Egipto antes de que yo viniera, serán como mis hijos. Efraín y Manasés serán para mí como lo son Rubén y Simeón. Pero los hijos que hayas tenido después de ellos serán tuyos. Ellos recibirán una parte de la tierra que se les dé a Efraín y Manasés. 

Efraín y Manasés serán para mí como lo son Rubén y Simeón

Luego, Jacob le pidió a José que los trajera cerca para que los bendijera. Se acercaron y Jacob los abrazó y los besó. El texto nos dice muy específicamente la posición de los hijos, un detalle que tendrá importancia más adelante. José puso a Efraín (el menor) a su derecha y a Manasés (el mayor) a su izquierda, pero su abuelo estiró su brazo derecho y puso su mano sobre la cabeza del menor. Continuamos con la historia leyendo la bendición que Jacob les dio a sus nietos.

José se molestó con su padre

Genesis 49:15-19: Israel bendijo a José y le dijo: «Que el Dios que mis padres Abraham e Isaac adoraron, el Dios que ha sido mi pastor toda mi vida hasta hoy, el ángel que me salvó de todo peligro, bendiga a estos muchachos. Es para que así mi nombre y el nombre de mis padres Abraham e Isaac sigan viviendo en ellos, y para que se multipliquen sobre la tierra».

 Cuando José vio que Israel tenía su mano derecha sobre la cabeza de Efraín, se molestó. Así que tomó la mano de su papá y trató de moverla de la cabeza de Efraín a la de Manasés. José le dijo a su papá:

—¡Así no, papá! Este es el mayor, pon tu mano derecha sobre su cabeza.

Pero su papá se rehusó y dijo:

—Lo sé, hijo, lo sé. Él también va a ser importante y de él también nacerá mucha gente, pero su hermano menor va a ser todavía más importante y sus descendientes formarán muchas naciones.

Jacob bendijo al menor

¿Por qué Jacob hizo a Efraín más importante que su hermano mayor, Manasés? Es un patrón que vemos a través de Génesis: Isaac más importante que Ismael, Jacob más importante que Esaú, y José (a través de su hijo menor) más importante que Rubén.

Jacob bendijo a sus hijos

Jacob vivió 17 años en Egipto, muriendo a los 147 años. Poco antes de morir, Jacob reunió a sus hijos y les bendijo. Recordamos que, más que bendiciones, eran palabras proféticas para cada uno. Leemos una porción de las palabras proféticas que Jacob les dio a sus hijos, comenzando con la bendición a Rubén.

La bendición para Rubén

Génesis 49:3-4: »Rubén, tú eres mi hijo mayor, mi fuerza y la primera muestra de mi hombría. Tú fuiste el más honorable y poderoso de mis hijos. Pero eres incontrolable como el agua. No seguirás siendo el más honorable, por haberte metido en la cama de tu papá. Llevaste vergüenza a mi cama, la cama en la que te metiste.

Jacob no lo perdonó

Jacob admitió que era Rubén el más honorable y poderoso de todos, un elogio que no esperamos de Jacob, que usualmente reservaba estos elogios para José, pero al final lo admitió. Hace muchos años que Rubén se acostó con Bilhá, una de las concubinas de su padre. En su lecho de muerte parece que es la única vez que Jacob se lo comentó con Rubén, ni dándole la oportunidad de pedir perdón, ni explicar nada. Es hasta ahora que entendemos por qué parece que Judá lo reemplazó como el hijo mayor y por qué Jacob dio su bendición del primogénito a José. El texto nos dice que Jacob se enteró de lo que Rubén hizo hace muchos años (Génesis 35:22), pero a lo mejor ninguno de sus hermanos lo sabía y fue la primera vez que escucharon esto. ¿Cómo reaccionaron los hijos de Bilhá, hermanos de Rubén? El texto no nos dice, pero seguramente esta revelación fue la fuente de mucha tensión entre ellos. Parece que a Jacob no le importara la paz, estaba a punto de morir e iba a decir lo que quería, cueste lo que cueste. Continuamos con la bendición para Simeón y Levi.

Que su ira sea una maldición

Génesis 49:5-7:  »Simeón y Leví son unos chacales, sus espadas son armas de violencia. Mi alma no quiere ser parte de sus planes, ni quiere tomar parte en sus reuniones. Porque en su furia, ellos mataron hombres e hirieron animales por diversión. Que su ira sea una maldición; es demasiado violenta. Que su furia sea maldita porque es despiadada…

¿Una maldición para Simeón y Leví?

Simeón y Levi eran los responsables por vengarse de la violación de su hermana Dina, matando a cada hombre y con la ayuda de sus hermanos, llevaron a todas las mujeres y niños, todas las cosas valiosas, todos los animales- en fin, todo. Aunque el texto no nos dice, es probable que Simeón y Levi fueran los que convencieron a los demás matar a José, arrojándolo en un pozo seco. Su padre dijo que hirieron a animales por diversión- ¿Qué perversos son ellos? Como la bendición de Rubén, parece más una maldición. Es notable que aun siendo hombres violentos y malos, los dos son incluidos en las doce tribus de Israel, y los levitas eran una tribu sagrada de sacerdotes. Continuamos con la bendición para Judá.

El león de la tribu de Judá

Génesis 49: 9-10: Judá es como un cachorro de león. Hijo mío, tú te has parado sobre animales que has matado. Se agacha y se acuesta como un león. Y como a un león, ¿quién lo va a molestar?  Nadie le va a quitar el poder a Judá, ni el cetro que tiene entre los pies, hasta que llegue el verdadero rey y todas las naciones lo obedezcan.

Bendición para Judá

Judá no era un buen hombre. Fue su idea vender a su hermanito, crió dos chicos malvados, y se acostó con su nuera pensando que era una prostituta. A pesar de esto, su padre lo describió como el león de la tribu de Judá. Jacob nos indicó de cuál tribu vendría el verdadero rey, Nuestro Mesías, Jesucristo. Otros reyes, incluyendo David, vendrán de esta tribu. Continuamos con la bendición para José.

Bendición para José

Génesis 49:22-25: »Como una viña muy productiva es José; viña muy productiva al lado de una fuente. Sus ramas se trepan por toda la pared.  Mucha gente luchó contra él…Pero él ganó…Recibe su poder de El Fuerte de Jacob, del Pastor, la Roca de Israel, del Dios de tu padre. Que Dios te ayude. Que el Dios Todopoderoso te bendiga y te mande bendiciones desde arriba en el cielo, y bendiciones desde abajo en lo más profundo…

Que el Dios Todopoderoso te bendiga

Jacob bendijo a su hijo predilecto con la bendición del primogénito, elogiándolo por lo que había logrado en su vida y reconoció que todo fue por la mano de Dios. Aunque Dios lo había bendecido grandemente, fue el único hijo por lo cual Jacob le pidió a Dios que siguiera bendiciéndolo.

Cuando Jacob terminó de hablarles, se murió. En la próxima devocional, veremos el entierro de Jacob en la tierra de sus ancestros.

Evelyn Bou

Empatizo con el caos que el dolor traiga. Sé lo que es tratar de utilizar los recursos disponibles para mejorar, al terminar sintiéndose frustrada y aún más sola. Aprendí tanto sobre el dolor que me convertí en una coach certificada en el duelo y las relaciones, y profesional del trauma, con la esperanza de ayudar y brindándoles apoyo emocional a otras mujeres cristianas.

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