David miente y actúa como un loco
Una mentira fatal, pan sagrado, la espada de Goliat, y actuar como un loco
En el previo estudio, Jonatán y David con su complejo plan, confirmaron que Saúl quisiera matar a David. Se despidieron el uno al otro, entre lágrimas y promesas de ser amigos para siempre. En este estudio que toma lugar inmediatamente después, David es un fugitivo que busca comida y armas con un sacerdote, pero le miente y esta mentira tendrá consecuencias fetales. Luego, en desesperación, David huirá a filistea y finge estar loco para sobrevivir.
Corazones unidos marchando en direcciones opuestas
Jonatán y David acaban de despedirse. Jonatán regresa a Guibeá para lidiar con el loco de su papá enojón, y David se va hacia el pueblo de Nob, una ciudad cerca de Ramá. Por su cercanía a Ramá, muchos sacerdotes viven allí. Solo, David va a ver al sacerdote Ajimélec. Cuando alguien le avisa a Ajimélec que David está allí solo, teme por él, y sale para hablarle. Probablemente se sorprende por su estado: cubierto en polvo, cansado, con los ojos rojos por tanto llorar. Trata de sonreírle, pero hasta su sonrisa le da pena. El sacerdote le pregunta por qué nadie viene con él, sospechoso que algo anda mal. Comenzamos la historia leyendo la mentira de David que tendrá efectos fatales más tarde.
El mendigo es un rey
I Samuel 21:2-5: David respondió:
—Cumplo una orden del rey y me dijo que no le dijera a nadie sobre esta misión, que nadie debería saberlo. Les dije a mis hombres dónde encontrarme. ¿Qué tienes de comer? Dame cinco piezas de pan o lo que tengas de comer.
El sacerdote le dijo a David:
—Aquí no tengo pan común y corriente, pero sí tengo algo de pan sagrado. Tus oficiales lo pueden comer si no han tenido relaciones sexuales con ninguna mujer.
David le respondió:
—No hemos estado con ninguna mujer. Mis hombres mantienen su cuerpo puro cada vez que salimos a la batalla, aun en misiones ordinarias. Y especialmente hoy, que nuestra misión es extraordinaria.
El pan sagrado para un mentiroso
David le miente a Ajimélec; no está allí por órdenes del rey, está huyendo de él. Ya no tiene hombres bajo su mando, es fugitivo. David le pide algo de comer. Ajimélec sospecha que algo anda mal; esto de andar solo, sin comida ni espada en una misión secreta le parece muy fuera de lugar, pero siente pena por David. Reconoce que este joven esté lleno del Espíritu del Señor, así que no le niega lo que tiene a mano. Pero no tiene pan común, sino pan sagrado.
El pan sagrado es descrito en Éxodo 25:30: “Colocarás en la mesa, permanentemente ante mí, el pan de la presencia.” Según escolares bíblicos, el pan de la presencia era comida ofrecida a Dios y siempre estaba presente en el templo. Los sacerdotes hornearon 12 piezas cada día, una para cada tribu de Israel. El pan simbolizaba que Dios es la fuente de vida para los israelitas. Cada día, los sacerdotes comían el pan en la presencia del Señor después de reemplazarlo con pan fresco. Como no tenía nada más que comer, Ajimélec tiene compasión por el triste David. Le dice que le daría el pan sagrado si ni él ni sus hombres no han tenido relaciones con ninguna mujer. ¿Por qué eso importa? Para ingerir el pan sagrado, pan que ha estado en la presencia de Dios, no pueden estar impuros. Cuando contesta, David tan solo habla por sí mismo, no está acompañado. Como está huyendo de Saúl y su esposa Mical todavía vive con su papá, no miente cuando dice que no ha estado con ninguna mujer. David le informa que sus hombres siempre se mantienen puros antes de salir para cualquier misión; eso es creíble, David esforzando eso, deseando la guía y protección de Dios. Aun sospechoso, pero sin querer que ni David ni sus hombres sufran hambre, le da el pan sagrado de ayer.
Pagano en el santuario
El texto nos da un dato curioso que será muy útil más tarde: por casualidad, ese día estaba allí uno de los oficiales de Saúl, un hombre llamado Doeg el Edomita, que tenía que quedarse en el santuario del Señor y que era el jefe de los pastores del rey. En el próximo capitulo, veremos que Doeg ve a David y luego se lo comunica a Saúl. El texto no indica si David reconozca a Doeg ni si detecte la posibilidad de ser traicionado por él. Recordamos que los edomitas eran los descendientes de Esaú; eran paganos que no adoraban a Dios.
¿Por qué un edomita vive entre los israelitas? Los israelitas no eran fieles al mandato de Dios de eliminar a todos en las naciones que conquistaron (con pocas excepciones, como Rajab, quien ayudó a los espías en Jericó). Había varios extranjeros viviendo entre ellos, algunos todavía practicaban idolatría y otros costumbres paganas que influenciaron al pueblo de Israel a tal grado que la adoración de dioses falsos era una práctica común. Según comentaristas bíblicas, fue probable que Doeg entrara en el servicio de Saúl como un esclavo o un traidor de Edom; notamos que no era un soldado sino un pastor. Los edomitas odiaban a los israelitas; podemos suponer que Doeg también los odia, especialmente si está allí como esclavo forzado a trabajar. Si los odiara, le facilitará lo que hará en el siguiente capítulo.
¿Por qué Doeg tiene que quedarse en el santuario del Señor? Según escolares bíblicos, hay varias razones por las cuales uno tenía que quedarse en el santuario del Señor. Quizás estaba cumpliendo una promesa a Dios, o tal vez signifique que lo habían detenido allí por algún crimen, como matar a alguien por accidente. Como es un edomita, probablemente está allí contra su voluntad por una impureza tan grave que aislarse fuera del campamento no era suficiente.
Después de recibir el pan sagrado, David finge no recordar que la espada de Goliat está allí con los sacerdotes. Le pide un arma, como salió tan de prisa que no trajo ninguna. Continuamos con la historia leyendo el último pedido de David y la respuesta de Ajimélec.
Por casualidad, ¿tienes algún arma?
I Samuel 21:8-9: David le preguntó a Ajimélec:
—¿Tienes alguna lanza o espada por aquí? El asunto del rey es muy importante. Tengo que irme de prisa y no traje mi espada ni ninguna otra arma.
El sacerdote respondió:
—La única espada que hay aquí es la de Goliat, el filisteo que mataste en el valle de Elá. Está detrás del efod, envuelta en un paño. Puedes tomarla si quieres.
David le dijo:
—Dámela. No hay como la espada de Goliat.
Con pan y espada
Probablemente a Ajimélec todo este asunto le parecía muy raro, aun más raro cuando David dice que no trae ningún arma. Viaja solo, sin armas, sin comida- esto no tiene ningún sentido, así no opera el ejército, ni en asuntos urgentes. No pausa y pregunta por qué el rey le permite viajar así. Sin embargo, le entrega la espada de Goliat, la única arma que tienen allí, y ora por él. ¿Cómo era para David cargar la espada enorme del gigante? Recordamos que con esta espada David le cortó la cabeza de Goliat. Sin duda, pesaba mucho y no era nada fácil cargarla. Ahora con unos panes, la espada, y la oración de Ajimélec, tan rápido como llegó, David se marcha.
Voy a andar en la tierra de los rivales
Sin saber a dónde ir y con la espada filistea de la mejor calidad, David se dirige a Gat, la ciudad natal de Goliat, y donde reinaba el rey Aquis. Sus soldados lo capturan; aun en filistea, David es famoso, no tan solo por matar a su campeón Goliat, sino por asesinar y circuncidar a 200 filisteos. Aunque es el enemigo, están curiosos por qué es tan fuerte, tan valiente, mucho mejor que Saúl. Sus soldados lo llevan ante el rey Aquis, recordándole de su fama. Continuamos con la historia, leyendo cómo hasta los oficiales de filistea conocen la canción sobre David.
Rey, el rey está aquí
I Samuel 21:11: Los oficiales de Aquis dijeron:
—Este es David, el rey del país, de quien cantan los israelitas. Por él bailan y cantan:
“¡Saúl mató a miles, pero David mató a diez miles!”
¿Este es el rey?
Hasta los filisteos creen que es el rey de Israel. A lo mejor los soldados se diviertan por un momento, imitando a las mujeres, cantando y bailando como ellas hasta que Aquis les grita que paren de jugar, ¿no saben cuántos de sus compatriotas ha asesinado? El texto dice que David ponía mucha atención a lo que dijeron desde que tenía miedo de Aquis, quien era un hombre sumamente poderoso y cruel. Notamos que los filisteos no hablaban hebreo, así que, posiblemente David aprendió algo del idioma que hablaron, o únicamente prestó atención a su entonación y lenguaje corporal. Tenían mil razones para matar a David, nadie les culparía. David debiera estar loco para entrar en territorio filisteo. Y eso es exactamente lo que David hizo, actuando como un loco, quizás tomando del ejemplo de Saúl. El texto dice que mientras estaba frente a Aquis y sus oficiales, hacía garabatos y dejaba que la saliva le corriera por la barba. Terminamos con el final de esta historia, leyendo la reacción de Aquis y cómo David se salvó de las garras de los filisteos.
¡Este hombre está loco!
I Samuel 21:14-15: Aquis les dijo a los oficiales:
—¡Miren nada más! ¡Este hombre está loco! ¿Para qué me lo traen? Ya tengo suficientes locos. ¡No necesito ni uno más que venga a hacer sus locuras delante de mí! ¡No dejen que entre a mi casa nunca más!
¿Este es David? ¡No puede ser!
David mintió a Ajimélec y recibió pan y espada. Fingió estar loco, y fue echado de Gat en vez de asesinado. David tenía el Espíritu del Señor. ¿Por qué mentir? Tenía la protección de Dios, pero esto no quiere decir que la bendición de Dios para David provino de tiempos duros de persecución de su propio rey. David no tenía que mentir ni fingir, esa no es la manera de Dios, pero tenía miedo. En el próximo estudio, veremos la tragedia que ocurre por la mentira de David y la locura de Saúl.