La jueza Débora

Jueza, profetiza, y esposa

En la devocional anterior, estudiamos el defecto del juez Aod que Dios usó para liberar a Israel y darle al pueblo 80 años de fidelidad a Dios y paz. Pero Aod murió y Israel volvió a pecar, adorando a dioses falsos y viviendo como sus vecinos paganos. En la devocional de hoy, veremos cómo Dios levantó la lidera Débora, la única mujer jueza de Israel. Es una historia un poco complicado, así que comenzamos con una lista de los personajes y lugares pertinentes en el texto antes de entrar en detalle.

Personajes en la historia de Débora:

Débora: la única jueza de Israel; también era profetisa y esposa

Rey Jabín: el rey de Jazor en Canaán

Sísara: el comandante del ejército del Rey Jabin

Barac: un hebreo que tenía entrenamiento militar

Héber: era un descendiente de Jetro, el suegro de Moises. Estaba en paz con el Rey Jabin.

Jael: esposa de Héber.

Lugares en la historia de Débora

Jazor: ciudad en Canaán donde Jabín era el rey

Cedes: la ciudad dónde Barac reclutó a 10000 hombres para luchar

Monte Tabor: donde los israelitas lucharon contra el ejército de Rey Jabín

La única mujer jueza de Israel

Al principio de la historia de Débora, el autor nos comenta que Aod se murió y los israelitas volvieron a pecar. Por lo tanto, Dios dejó que el Rey Jabín derrotara a Israel. Jabín tenía un comandante de su ejército llamado Sísara. El texto dice que Sísara había sido muy cruel con los israelitas durante 20 años, lo cual fue el ímpetu para que le clamaran a Dios por ayuda. El comandante Sísara tenía 900 carros de hierro a su disposición, lo cual nos dice que era muy rico, o por lo menos su rey lo fuera.

Dios escuchó las plegarias de Su pueblo y le envió a la única mujer jueza de Israel, Débora. Comenzamos la historia de Débora leyendo una descripción de ella.

Jueza, profetisa, y esposa

Jueces 4:4-5: Débora era la líder de Israel. Era profetisa y esposa de Lapidot. Débora acostumbraba sentarse bajo una palmera, conocida como la palmera de Débora, y los israelitas acudían a ella para que les resolviera sus problemas. La palmera de Débora queda entre Ramá y Betel, en la región montañosa de Efraín. 

Papel triple

Débora era una mujer única: Dios llamó a muy pocas mujeres a ser profetizas, y tan solo una para ser jueza, pero ella era las dos cosas además de esposa y poeta. En su papel de jueza, Débora se sentó bajo una palmera nombrada por ella y como Moisés, les resolvía los problemas de su pueblo. El texto no dice como llego a ser jueza, pero si llenaba este papel como Moisés lo hacía, los israelitas acudían a ella por todo: disputas de cómo interpretar la ley, y lo justo en casos de romper la ley. Seguramente resolvía todo tipo de problemas relacionales, personales, y espirituales. Llevaba a cabo este papel muy bien, porque la gente seguía viniendo a ella. Era profetisa, escuchando mensajes del Señor, los cuales compartía con Israel. También era esposa; como su marido no la prohibió trabajar de una manera tan pública, suponemos que la apoyó. Ser jueza, profetiza y esposa era un trabajo triple.

El texto dice que un día, Débora mandó llamar a un guerrero israelita llamado Barac de Cedes. Cuando llegó, Débora tuvo un mensaje de Dios para él: Dios quería que reuniera a 10000 hombres de las tribus de Neftalí y Zabulón y que los llevara al monte Tabor. Allí, El Señor iba a entregarles el comandante Sísara, su ejército y sus carros para que Israel los derrotara. Pero Barac no estaba conforme con este mensaje. Débora era la jueza, pero, ¿Dios realmente iba a entregarle a Sísara, su ejército, y carros? A fin de cuentas, torturaba y abusaba de Israel por 20 años.  Continuamos la historia, leyendo la respuesta de Barac.

Tuviste tu oportunidad

Jueces 4:8-9: Barac le dijo a Débora:

—Si tú vas conmigo, iré; pero si tú no vas, yo tampoco iré.

—Claro que iré contigo—respondió Débora—, pero en esta campaña, no tendrás el honor de derrotar a Sísara. El SEÑOR hará que una mujer derrote a Sísara.

Así que Débora se fue con Barac para la ciudad de Cedes. 

No tendrás el honor de derrotar a Sísara

Dios iba a entregarle el honor de derrotar a Sísara a Barac, pero desde que no obedeció e insistió en que Débora lo acompañara, una mujer derrotará a Sísara. A lo mejor, aun con el mensaje de Dios para él, Barac tenía miedo: Sísara tenía una reputación infamosa. Seguramente, Barac pensó que Débora sería esa mujer quien derrotará al comandante enemigo. Pero ¿Cómo? Era una jueza, profetiza y esposa, no una guerrera. Además, las mujeres nunca iban a la guerra, y no recibieron entrenamiento militar. A lo mejor, no quiso recibir órdenes de una mujer, aunque ella era la mensajera de Dios. Pero Barac se encogió de hombros y comenzó el viaje a Cedes. Al llegar allí, reunió a las tribus de Zabulón y Neftalí, tal y como Dios se lo instruyó. De las dos tribus, reunió a los 10 000 hombres requeridos. Como había prometido, Débora fue con este grupo hacia el monte Tabor.

Héber y los que estaban acampando cerca de Cedes le informaron a Sísara que Barac y su ejército habían subido el monte Tabor. Al escuchar eso, Sísara mandó reunir sus 900 carros de hierro tan intimidantes, junto con todo su ejército, y marcharon hacia el monte Tabor. Pensó que iban a derrotar a los hebreos. Saboreaba la sangre y sudor; se emocionó con cada paso. Continuamos la historia, leyendo la derrota de Sísara, su ejército, y sus 900 carros de hierro.

Sísara y su ejército se asustaran y no supieran qué hacer

Jueces 4:14-15: Luego Débora le dijo a Barac:

—Levántate. Hoy es el día en que el SEÑOR te va a ayudar a derrotar a Sísara. El SEÑOR irá delante de ti.

Entonces Barac bajó del monte Tabor con sus 10 000 hombres y atacaron a Sísara. Durante la batalla, el SEÑOR hizo que Sísara y su ejército se asustaran y no supieran qué hacer. Barac y sus hombres ganaron la batalla y Sísara se bajó de su carro y huyó a pie. 

Sísara el cobarde

El texto no dice que Débora los acompañó a la batalla, sino le dijo el momento preciso que debieran bajar del monte. Barac y sus 10 000 hombres atacaron a Sísara. De repente, Sísara y su ejército se asustaron. No sabemos qué fue lo que les asustó: si fuera Barac y sus hombres, o un ruido, o una luz en el cielo. Quizás fue un susto supernatural que tan solo afectara a Sísara y su ejército. Al asustarse, no supieron qué hacer. Barac y sus hombres seguían luchando y ganaron la batalla. Sísara era un cobarde y dejó a su ejército, bajando de su carro, y huyó a pie. El texto dice que Barac y sus hombres mataron a filo de espada a todo el ejército de Sísara; ni un soldado se quedó con vida. Luego, persiguieron a Sísara, quien corría y corría. Llegó a la tienda de Jael, esposa de Héber. Fue conocido que la familia de Heber estaba en paz con Rey Jabin. Continuamos la historia, leyendo como Jael cuidó de Sísara.

Entre a mi tienda y no tenga miedo

Jueces 4:18-20: Jael salió a recibirlo y le dijo:

—Señor, entre a mi tienda y no tenga miedo.

Entonces Sísara entró, y Jael lo cubrió con un tapete.

Sísara le dijo a Jael:

—Tengo sed, por favor dame agua para beber.

Jael le dio un poco de leche que tenía en una jarra de cuero y luego lo cubrió. Sísara le dijo a Jael:

—Ahora ve a la entrada y quédate allí. Si viene alguien y te pregunta: “¿Hay alguien adentro?”, contesta que no.

¿Sísara sale con la suya?

Sísara tuvo la fortuna de encontrar a la esposa de Héber, Jael, quien le ayudó, escondiéndolo y protegiéndolo. Tomó un poco de leche, respiró profundo, y se acostó, calentito, escondiéndose bajo un tapete. Tan cansado por correr por su vida, el texto dice que Sísara se durmió en la tienda de Jael. Sentía confiado que ella iba a protegerlo. Pero aquí es donde la historia toma otro rumbo. Continuamos la historia con el cumplimiento de la profecía de Débora.

La enemiga servicial

Jueces 4:21: Sísara estaba tan cansado que se quedó dormido. Mientras tanto, Jael fue a conseguir una estaca y un martillo, entró sin hacer ruido y clavó la estaca en la sien de Sísara. La estaca le atravesó la cabeza y se enterró en la tierra. Así fue como murió Sísara.

El cumplimiento de la profecía

No fue Deborah quien mató a Sísara, sino Jael. Si el autor se tomó la molestia de decirnos que la familia de Héber estaba en paz con el Rey Jabín, ¿por qué su esposa mató a Sísara? No lo sabemos, pero así cumplió la voluntad de Dios. Un poco después de matarlo, el texto dice que Barac llegó a la tienda de Jael, buscando a Sísara. Jael le mostró lo que acababa de hacer con el comandante. Barac lo vio, y se dio cuenta de que por su hesitación, Dios usó a esta mujer en vez de él para derrotar a Sísara. Sentía aliviado por verlo muerto y a la vez avergonzado de no obedecer completamente al mensaje de Dios. Después de derrotar a Sísara, su ejército, sus carros de hierro, y el Rey Jabin, el texto dice que eventualmente destruyó a la ciudad de Jazor. Israel tuvo paz por 40 años con Débora como su jueza. En la próxima devocional, estudiamos la vida del juez Gedeón.

Evelyn Bou

Empatizo con el caos que el dolor traiga. Sé lo que es tratar de utilizar los recursos disponibles para mejorar, al terminar sintiéndose frustrada y aún más sola. Aprendí tanto sobre el dolor que me convertí en una coach certificada en el duelo y las relaciones, y profesional del trauma, con la esperanza de ayudar y brindándoles apoyo emocional a otras mujeres cristianas.

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