La traición de Siba y la maldición de Simí

Engañado y maldecido, ¿Dios abandonó a David?

En el previo estudio, Absalón ganó la confianza y amor de Israel fingiendo escuchar sus quejas y sembrando semillas de amargura contra su padre. Con la ayuda del consejero de su padre, Ajitofel, encabezó un golpe de estado, proclamándose rey en Hebrón. Al enterarse, David, junto con su familia y oficiales, huyen para salvar sus vidas. Al terminar el previo capítulo, David está en el desierto, orando a Dios que haga fracasar los planes de Ajitofel. Envió a su amigo Husay para lograr este fin. En este estudio, Siba, el siervo de Mefiboset, lo engaña, y Simi, un pariente de Saúl, lo maldice.

Siba trae suministros y mentiras

Cuando dejamos a David en el capítulo anterior, subía al Monte de los Olivos con la cara cubierta y descalzo. Acaba de enterarse que Ajitofel lo traicionó, planeando la conspiración de poner a Absalón en el trono. Llora y ora que Dios haga fracasar los planes de Ajitofel, quien claramente es el cerebro detrás del golpe de estado. Husay acaba de irse, regresando a Jerusalén para procurar hacer que los planes de Ajitofel fracase.

El texto dice que un poco más allá de la cima del monte, David se encontró con Siba, el siervo de Mefiboset. Recordamos que Siba era el encargado de la tierra de Saúl, pero David le dio toda esa tierra a Mefiboset, el hijo de Jonatán y nieto de Saúl. Mefiboset era tullido de ambos pies y como tal, no pudo trabajar la tierra de su abuelo, así que David le dio Siba a Mefiboset como su siervo. En un día, Siba perdió todo, destinado a que él y sus muchos hijos serán siervos de Mefiboset y sus herederos. El texto dice que Siba trajo dos asnos que llevaban 200 panes, 100 racimos de uvas pasas, 100 higos y un odre de vino. Eran suministros suficientes para alimentar a un grupo por unos días, como Abigail hizo hace años, pero con la motivación totalmente diferente. Comenzamos la historia leyendo el engaño de Mefiboset y la decisión equivocada de David.

Vengo con suministros y mentiras

2 Samuel 16:2-4:  El rey David le preguntó a Siba:

—¿Para qué es todo esto?

Siba contestó:

—Los asnos son para que los monte la familia del rey; el pan y los higos son para que alimente a los siervos; y el vino es para que lo beban los que empiecen a sentirse débiles en el desierto.

Entonces el rey preguntó:

—¿Y dónde está Mefiboset?

Siba contestó:

—En Jerusalén. Cree que hoy es el día en que los israelitas le devolverán el reino de su abuelo.

Entonces el rey le dijo:

—Muy bien, en este momento te entrego todo lo que perteneció a Mefiboset.

Siba dijo:

—Me postro a los pies de Su Majestad y espero siempre contar con su favor.

¿El hijo de mi mejor amigo también me odia?

Antes de conocer a David, Mefiboset vivía en un cuarto de la casa de un conocido en Lo Debar, un área sin oportunidades ni amenidades. Después de venir a vivir en Jerusalén, Mefiboset y su hijo Mica disfrutaban de la generosidad de David, comiendo en su mesa. Ya no tenía que vivir por la caridad de los demás, al contrario, se convirtió en un hombre rico con las ganancias de la tierra de su abuelo, sin tener que hacer nada. Siba, que tenía muchos hijos y sirvientes, se convirtió en siervo de Mefiboset y ya no era dueño de nada. Como era tullido de los pies, ¿Por qué David le pregunta dónde está Mefiboset? Claramente no podría subir un monte, aunque hubiera sido más seguro si pudiera salir de Jerusalén. David mismo dijo que si no huyeron todos, Absalón los mataría; es probable que esto incluyera a Mefiboset.

¿Mefiboset realmente diría eso?  Es una mentira débil de un siervo desesperado para volver a ser el amo. Si Absalón toma el trono, sin duda no pensará dos veces matar a cualquier que cree que es una amenaza a su reino, incluso a Mefiboset, uno de los únicos vivos de la casa de Saúl. Además, como David no lo mató, Absalón corregirá el error de su padre. La respuesta de Siba obviamente perturba a David; se siente lastimado. ¿Cómo podría el hijo de Jonatán traicionarlo, especialmente en su momento más bajo, cuando su propio hijo está en su contra? Quizás por sentirse tan lastimado, David tomó una decisión precipitada y equivocada, dándole todo a Siba, una decisión de la que se arrepentirá más adelante cuando leeremos lo que realmente sucedió entre Siba y Mefiboset.

Simí maldice a David

Ahora con las provisiones, David y su grupo vagan por el desierto hasta llegar a Bajurín donde se encuentra con otro miembro de la familia de Saúl, Simí. A diferencia del engaño encubierto de Siba, el texto dice que Simí salía maldiciendo a David y tirándoles polvo y piedras a David y a sus oficiales. Quizás parezca poco, pero lapidar a la gente era una forma oficial de matar a los que rompían ciertas leyes; una piedra en la cabeza podría ser fetal. Los soldados que lo acompañaban tuvieron que cubrir a David por completo de las piedras que le tiró. Continuamos con la historia leyendo la maldición de Simí y la reacción de David.

¡Largo de aquí asesino bueno para nada!

2 Samuel 16:7-12: Simí seguía maldiciendo a David diciendo:

—¡Largo de aquí asesino bueno para nada! El SEÑOR te ha castigado por todos los que mataste de la familia de Saúl. Destronaste a Saúl y ahora a ti te pasa lo mismo. El SEÑOR le ha dado el reino a tu hijo Absalón porque tú eres un asesino.

Abisay hijo de Sarvia le dijo al rey:

—¿Cómo se atreve este perro muerto a maldecir a Su Majestad? Déjeme ir y cortarle la cabeza.

Pero el rey le contestó:

—Hijos de Sarvia, ¿Es que no tienen nada que hacer? ¿Qué pasa si Simí me maldice por orden del SEÑOR? ¿Quién le va a decir que no lo haga?... —Si mi mismo hijo está tratando de matarme, qué puedo esperar de este hombre de la tribu de Benjamín. Déjenlo que me maldiga. El SEÑOR se lo ha ordenado. Tal vez el SEÑOR vea las cosas malas que están sucediendo y el SEÑOR me dé algo bueno por cada maldición de Simí.

El SEÑOR se lo ha ordenado

¿De qué está hablando Simí? ¿David mató alguien de la familia de Saúl? Los filisteos mataron a Saúl, Jonatán, y sus otros hijos, menos a Isbaal. Joab mató a Abner. Unos israelitas mataron a Isbaal. Protegía a Mical, su primera esposa e hija de Saúl, igual que a su nieto Mefiboset. David no destronó a Saúl, al contrario, le perdonó la vida dos veces, viviendo en el desierto por años, escondiéndose de él. Entonces, ¿Por qué Simí le diría que merece ser destronado por su hijo?  Simí, como Ajitofel, Absalón, y Siba, le guardaba mucho rencor y esperó hasta el momento cuando pensaba que sería seguro mostrarle su ira al rey. Si David fuera un hombre sanguinario, mataría a Simí.

Déjeme ir y cortarle la cabeza a este perro muerto

Abisay, el hermano de Joab, comparte su humor vengativo e impulsivo, pidiéndole permiso ejecutar a Simí ante la vista de todos. David nos da un ejemplo a seguir, recordándole a Abisay y todo su grupo que quizás la maldición sea de Dios, y si es así, se lo merece, pero si no lo merece, quizás Dios traiga algo bueno de las maldiciones de Simí. Luego, el texto dice que David y su grupo siguieron su camino, mientras Simí los seguía, maldiciéndole a David y tirándole polvo y piedras. ¿Por qué Dios permitió que Simí lo tratara así? El texto no nos dice, pero puede ser parte de las consecuencias de su pecado con Betsabé.  

David y sus seguidores caminaron y caminaron hasta llegar al río Jordán. Recordamos otras veces que los israelitas cruzaron el río Jordán; siempre había algo nuevo esperándolos al otro lado. El texto dice que cuando llegaron al río, estaban cansados y descansaron allí. Parece que Simí se cansara de perseguirlo y desistió.

En el próximo estudio, mientras David y su grupo se quedaban en el desierto, Absalón llegó a Jerusalén. A plena luz del día, Absalón, bajo la dirección de Ajitofel, se acostará con todas las diez concubinas que su papá dejó encargadas del palacio.

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Absalón se acuesta con las 10 concubinas de su padre

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