¿Es homosexualidad realmente un pecado?
Lot, el sobrino de Abraham
Lot era el sobrino de Abraham. Crecía entre lujos e ídolos hasta que Dios escogió a Abraham para salir del paganismo y Lot siguió a su tío. Continuamos nuestro estudio en Génesis examinado la vida de Lot, su posición privilegiada, y las decisiones imprudentes que tomó.
Esta devocional es parte de nuestra serie en Génesis. Si no has leído las devocionales anteriores en la serie, te invito a leer sobre la creación, Adán, Eva, sus hijos Caín y Abel, los hijos de Dios, Noé en el diluvio, la torre de Babel, Téraj, el padre pagano de Abraham, el misterioso sumo sacerdote Melquisedec, y la visita del Señor a Abraham.
Salió del paganismo, pero nunca se lo quitó de su corazón
Abraham tenía tres hermanos, uno de los cuales se llamaba Jarán, pero él murió, dejando a su hijo Lot. Lot nació en Ur, una nación pagana y territorio de Babilonia, una ciudad lujosa y moderna en aquella época. La vida en Ur, como la de Sodoma, se concentraba en agradar a sus dioses. Adoración en los templos incluyó sacrificios, prostitución, y varias prácticas paganas. Fue en este ambiente que Lot se criaba. Téraj, el abuelo de Lot, decidió salir de Ur de Babilonia para mudarse a Canaán, llevando consigo a algunos de sus familiares, incluyendo a Lot, pero nunca llegó a Canaán, sino que se estableciera en Jarán. Cuando Dios llamó a Abram a salir de Jarán, Lot acompañó a su tío Abram, viviendo muchos años con él bajo su buena influencia. Tenía el gran privilegio de observar su llamada de Dios y su cercanía con Él mientras vagaban en la tierra de Canaán. Lot era leal a su tío Abram, quien era un padre sustituto para su sobrino.
Lot se crio, se casó y tuvo dos hijas. Después de unos años de vagar por el desierto, tanto Lot como Abraham tuvieron muchos rebaños, ganado, y siervos; los dos no podían alimentar a tantos animales con el pasto que había en el área. Los que cuidaban el ganado de los dos se peleaban entre sí. Abram vio el lío que esto causó y propuso una solución: que se separaran. Comenzamos la historia leyendo la separación de los dos y la lamentable decisión que Lot tomó.
Abram y Lot se separan
Génesis 13:8-12: Entonces Abram le dijo a Lot: «Nosotros somos familiares, por eso no debe existir ninguna pelea entre tú y yo, o entre tus pastores y los míos. ¿No está todo el país a tu disposición? Debemos separarnos. Si te vas al sur, yo iré al norte. Si te vas al norte, yo iré al sur».
Lot miró a su alrededor y vio que el valle del Jordán hacia el sur hasta Zoar estaba bien abastecido de agua como en Egipto; en realidad, como el jardín del SEÑOR. Eso fue antes de que el SEÑOR destruyera Sodoma y Gomorra. Lot eligió todo el valle del Jordán, viajó hacia el oriente y así se separaron el uno del otro. Abram vivió en Canaán, pero Lot vivió en las ciudades del valle y movió su campamento cerca de Sodoma.
Miró, eligió, se separó
El mayor error que Lot cometió fue juzgar por las apariencias y no con sus valores. Lot miró y vio el potencial para crecer sus negocios y riqueza. No buscó guía por Dios ni por su tío. No le difirió la decisión a Abram. Tan solo con ver a distancia, sin investigar por sí mismo y ver lo malo que era con sus propios ojos, se mudó con su familia, incluso con dos niñas, la cual fue una decisión muy tonta.
Luego, hubo una guerra entre varias naciones cerca de Sodoma. En el caos de la guerra, Lot y su familia fueron secuestrados y se llevaron todas sus posesiones. Uno de los siervos de Lot se escapó y llegó a Abraham para contarle el peligro que su sobrino corría. Continuamos con la historia, leyendo como Abraham respondió.
Liberó a Lot
Génesis 14:14-16: Cuando Abram escuchó que su pariente había sido capturado, reunió a 318 hombres bien entrenados que habían nacido en su hogar, y se fue hasta Dan a perseguir al enemigo. Por la noche Abram y sus siervos se desplegaron contra los enemigos, y los derrotaron... Abram recuperó todo lo que se habían llevado, liberó a Lot y lo que le habían quitado y liberó también a las mujeres y a los demás cautivos.
Una segunda oportunidad desperdiciada
Por su sobrino querido, Abram recuperó todo lo que se habían llevado. Aunque casi se murió a manos de los pueblos paganos, eso no fue suficiente para que Lot aprendiera que debía haberse quedado con su tío Abram. Por segunda vez, Lot tomó la decisión equivocada de no quedarse bajo la protección de Dios, sino regresó a vivir en Sodoma.
Por lo malo que Sodoma era, Dios le informó a Abraham que iba a destruir a Sodoma. Por su amor por Lot, Abraham le rogó a Dios de si encontrara tan solo 10 justos en Sodoma, que no la destruyera. Dios estaba de acuerdo, sabiendo que no había 10 personas rectas allí. Dios les envió dos ángeles para sacarle a Lot y su familia de la ciudad antes de que la destruyera por completo. Cuando los ángeles llegaron a Sodoma, Lot estaba sentado en la entrada de la ciudad, lo cual significó que era un hombre de influencia allí que tomaba parte en la vida cívica y legal. Imagina por un momento lo que esto significa: una ciudad pagana tan mala, conocida por la homosexualidad y Lot era una parte fundamental en el proceso legislativo. Cuando los ángeles llegaron a la entrada de Sodoma, de inmediato Lot reconoció que no eran visitantes ordinarias. Continuamos la historia, leyendo la reacción de Lot al encontrarse con los ángeles.
Acepten quedarse en la casa de su siervo
Génesis 19:1-3: Los dos ángeles llegaron a la ciudad de Sodoma al atardecer. Lot estaba sentado a la entrada de Sodoma y los vio. Se levantó y fue a encontrarse con ellos, luego se postró rostro en tierra y les dijo: —Miren, señores, por favor acepten quedarse en la casa de su siervo, pasen aquí la noche y lávense los pies. Mañana pueden levantarse temprano y seguir su camino.
Los ángeles respondieron: —No, pues pasaremos la noche en la calle.
Pero Lot les insistió y los ángeles aceptaron y fueron a su casa. Entonces Lot les preparó comida, les horneó pan sin levadura y los ángeles comieron.
Pero Lot insistió
Lot los reconoció de inmediato como seres celestiales; si no fuera así, no se hubiera postrado ante ellos. Sabía lo que les sucedería si los ángeles pasaran la noche en la calle. Aun sabiendo que eran ángeles, mensajeros de Dios, se preocupó por lo que podría sucederles. Tenemos que preguntarnos, si Lot se preocupaba tanto por la seguridad de dos extranjeros, ¿Por qué se quedó en Sodoma? Lot les insistió y los ángeles aceptaron ser sus huéspedes. Como Dios probó a Abraham en el capítulo anterior con contarle sobre la pendiente destrucción de Sodoma, quizás el rechazo de la oferta de Lot también fuera una prueba. A lo mejor Lot ya no creyera que Dios fuera todopoderoso y que podía proteger a sus ángeles de los hombres de Sodoma. Hubiera sido mejor que Lot se les acercara a los ángeles y en vez de invitarles a sus casa, les rogara que les sacaran a él y su familia ahorita mismo. La próxima sección de la historia es gráfica, pero nos da un idea más amplia porqué Dios destruyó a Sodoma.
Todos los hombres de Sodoma
Génesis 19:4-8: Antes de que los ángeles se acostaran a dormir, todos los hombres de Sodoma, viejos y jóvenes, rodearon la casa. Llamaron a Lot y le dijeron: —¿Dónde están los hombres que llegaron aquí esta noche? Hazlos salir para que podamos tener relaciones sexuales con ellos.
Entonces Lot salió y cerrando la puerta tras él les dijo: —Amigos míos, por favor no vayan a hacer algo tan perverso. Yo soy padre de dos hijas y ellas todavía no han tenido relaciones sexuales con ningún hombre. Se las traeré para que hagan con ellas lo que ustedes deseen, pero no toquen a estos señores porque están en mi casa y por eso yo debo protegerlos. (Negrita mía).
Debo protegerlos
El texto nos dice que todos los hombres de Sodoma rodearon la casa. No había ninguno justo entre ellos, ni siquiera intentaron esconder sus intenciones con los desconocidos. Lot salió para tratar de hacer un acuerdo malvado con ellos, una oferta que nunca debiera haberles hecho: entregarles sus dos hijas vírgenes para que las violaran. Tenemos que preguntarnos ¿cómo podría un padre hacer semejante cosa? Lot había pasado demasiado tiempo entre malvados, y había adoptado algunos de sus costumbres. Vivía con una lucha interna de los valores que su tío le había dado y los de Sodoma. Aunque nunca estuvo de acuerdo con Sodoma, la maldad ganó porque nunca se mudó por voluntad propia para proteger a su familia. Le importó proteger a los visitantes divinos, quienes no necesitaban protección, pero no protegió a sus propias hijas. Continuamos la historia, leyendo lo que aconteció después de la propuesta de Lot.
Te trataremos a ti peor que a ellos
Génesis 19:9-11: Pero ellos dijeron: —¡Tú, ven acá! ¿Acaso este que llegó aquí como un extraño nos va a juzgar? ¡Ahora te trataremos a ti peor que a ellos!
Luego rodearon a Lot y se acercaron para tumbar la puerta.
Los hombres que estaban adentro abrieron la puerta, agarraron a Lot, lo metieron en la casa y cerraron la puerta. Luego los ángeles hicieron que todos los hombres que estaban afuera, viejos y jóvenes, quedaran ciegos, para que así no pudieran encontrar la puerta.
La ceguera espiritual
No sabemos qué iban a hacer con Lot, pero iba a ser peor de lo que querían hacer con los ángeles. Los ángeles salvaron a Lot, aunque Lot todavía creyó que tenía que protegerlos; Lot acabó de testificar un milagro, pero todavía sufría de la ceguera espiritual. En el momento justo, los ángeles rescataron a Lot y cegaron a todos los que estaban persiguiéndolo. Después de rescatar a Lot, los ángeles le informaron de la razón por la que estaban allí: iban a destruir la ciudad y él y su familia tenían que irse de inmediato. Lot intentó convencer a los prometidos de sus hijas de venir con su familia, pero ellos pensaron que estaba bromeando. Aun siendo rescatado por los ángeles, Lot se demoró en huir de Sodoma. A lo mejor intentó juntar sus riquezas más valiosas, pero no hubo tiempo. Continuamos con la historia, leyendo cómo los ángeles rescataron a Lot de nuevo, mostrando la paciencia y la misericordia de Dios con el sobrino de Abraham.
Lot se demoró
Génesis 19:15-17: Al amanecer, los ángeles apuraron a Lot diciéndole: —Levántate y toma a tu esposa y a tus dos hijas que están aquí, porque si no lo haces serás destruido cuando esta ciudad sea castigada.
Pero Lot se demoró en irse. Así que los hombres lo tomaron de la mano con su esposa y sus hijas, porque el SEÑOR estaba siendo misericordioso con él, lo sacaron y lo dejaron fuera de la ciudad. Cuando los habían sacado de la ciudad, uno de los ángeles dijo: —¡Escapa para salvar tu vida! No mires atrás y no te detengas en ningún valle. Corre hacia las montañas porque si no lo haces, serás destruido.
No mires atrás
Dios había mandado la destrucción de Sodoma y Gomorra, el valle entre ellos, y todos viviendo allí, incluso los animales y la vegetación. Pero Lot no quiso correr a las montañas y les pidió permiso a los ángeles ir a una ciudad pequeña cerca de Sodoma. Los ángeles le permitieron huir allá, desviando la destrucción al no incluir la ciudad donde iba a vivir. Al amanecer, Lot llegó a la otra ciudad, y El Señor envió fuego y azufre sobre Sodoma, Gomorra y todo lo que existía en esa región. Por días, había humo y oscuridad en todo el valle.
La esposa de Lot, con ansiedad de ver lo que estaba oyendo, con el corazón destruido por la pérdida de su casa, siervos, y todos de sus bienes, miró hacia atrás y tal y como los ángeles habían prometido, fue castigada, convirtiéndose en un bloque de sal. No había 10 justos en Sodoma, en realidad, no hubo ni uno, pero Dios salvó a Lot por Abraham. Su esposa y sus hijas eran malas, corrompidas por vivir en Sodoma. Lot perdió todo, su esposa, negocio, casa, y todos sus bienes. Había prosperado en Sodoma, criando una familia y gobernando, pero en realidad no tenía nada valiosa. Acabó de perder la ceguera de la forma más cruel, dándose cuenta de que todo lo que le había importado anteriormente era una mentira, no valía nada. El Apóstale Pedro describe muy bien el estado mental de Lot.
Lot era un buen hombre, pero confundido
2 Pedro 2:7-8: Pero Dios salvó a Lot, un buen hombre que se angustiaba por la mala vida que llevaba esa gente perversa. Lot era bueno, pero su corazón se atormentaba por todo lo que tenía que ver y oír todos los días viviendo entre tantos perversos.
Se atormentaba por todo lo que tenía que ver y oír viviendo entre tantos perversos
Desamparados y muy asustados por lo acontecido, Lot y sus hijas se fueron a vivir en una cueva fuera de la ciudad pequeña. Tenían miedo de entrar en la ciudad y reintegrarse en la sociedad por temor de lo que les sucedería si se enteraran de que eran los únicos que escaparon de la destrucción. Las hijas, por crecer en Sodoma y absorber los valores de esa ciudad, eran muy malas. Creían que no tenían la menor oportunidad de casarse y tener sus propias familias, que iban a vivir en la cueva para el resto de sus vidas. La hija mayor tuvo una idea. Terminamos esta devocional con esta historia triste, leyendo lo que el mal siembra.
Aquí no hay un hombre que se case con nosotras
Génesis 19:31-34: La hija mayor le dijo a la otra: —Nuestro papá está viejo, y aquí no hay un hombre que se case con nosotras como sería lo normal. Ven, emborrachemos con vino a papá, luego irás tú a acostarte en su cama y tendremos relaciones sexuales con él. De esta manera mantendremos viva nuestra familia a través de nuestro padre.
Esa noche ellas le dieron vino a su papá y lo emborracharon. Entonces la hija mayor fue y tuvo relaciones sexuales con su papá, aunque él no se dio cuenta cuando ella se acostó con él ni cuando ella se levantó.
Al día siguiente, la hija mayor le dijo a la otra: —Anoche me acosté con mi papá y tuve relaciones sexuales con él. Emborrachémoslo con vino esta noche también, luego tú irás a acostarte y a tener relaciones sexuales con él. De esta manera mantendremos viva nuestra familia a través de nuestro papá.
Engañamos, emborrachamos, y sembramos maldad
Lot fue igual de responsable por este pecado. Se permitió emborracharse y no se cuidó para que no le pasara una segunda vez. ¿Cómo pudiera seguir viviendo, sabiendo que tuvo relaciones con las dos? Las dos hijas dieron a luz a dos hijos, uno llamado Moab y el otro Ben Amí. Eran fundadores de los moabitas y amonitas, enemigos del futuro pueblo de Israel, pero naciones que Dios protegió por el padre de estas naciones, Lot.