Cómo orar
Date cuenta de que, como hijo de Dios, no es que tienes que comunicarte con Él, sino tienes el gran privilegio de hablarle. No te olvides de que el poder de la oración no está en quien lo pronuncia sino en Él quien lo escucha. Dios sabe que no sabemos cómo comunicarle, así que su hijo, Jesús, nos enseñó cómo orar.