Cómo orar

Jesús nos enseña cómo orar

He escuchado muchos sermones de cómo orar, pero cuando viene el momento de ponerlo en práctica, se me dificulta hablar con mi Salvador. Sigo dos patrones: repito lo mismo todos los días, trayéndole a Dios mi lista de peticiones, o comienzo a orar y después de un minuto, me distraigo y estoy pensando en los quehaceres que tengo que hacer. Dios sabe que no sabemos cómo comunicarle, así que su hijo, Jesús, nos enseñó cómo orar. Hoy vamos a estudiar la enseñanza de cómo orar que proviene de Mateo 6. Comenzamos con las palabras de Jesús.

Mateo 6:5-6

»Cuando oren, no sean como los hipócritas, que les gusta pararse en las sinagogas y en las esquinas de las calles a orar en voz alta para que los vean. Les digo la verdad: ellos ya han recibido su recompensa.  Pero tú cuando ores, entra a tu cuarto, cierra la puerta y habla con tu Padre. Así recibirás recompensa de tu Padre, porque él ve todo lo que se hace en secreto. 

Ora en privado

No ores para impresionar a la gente, sino sé honesto y humilde frente a tu Padre Celestial. Si es posible, ora en privado porque es más fácil concentrarte. Si esto te ayuda, ten apuntes de lo que quieres darle gracias, lo que necesitas, y lo que quieres confesar. Si estás en público, ora en silencio. Confía que Dios, quien es omnipotente y omnipresente, sabrá tus pensamientos.

Cuando ores, no seas un hipócrita; si algo realmente no pesa en tu corazón, no ores por tal cosa o persona. No te comprometas orar por alguien si no lo vas a hacer. Si alguien te pide orar por ella y pide un resultado que parece un intento de manipular a Dios o pide algo que va en contra de la palabra de Dios, de una manera amable dile qué vas a orar en vez de eso, para verificar que todavía le gustaría que ores. Por ejemplo, si una amiga te pide orar que su exnovio, quien es abusivo, regrese con ella y quiere que cohabiten de nuevo, eso claramente va en contra de las enseñanzas bíblicas. Eso no sería lo mejor para ella y Dios quiere lo mejor para cada uno de sus hijos.

Sin palabras

No te preocupes por lo que dirás cuando rezas, sino depende del Espíritu Santo para guiarte. Esto es especialmente verdad cuando oras por alguien más; no sabemos lo que realmente necesita, solo Dios lo sabe, así que no te preocupes si no tienes idea qué orar por ellos. No te olvides de que el poder de la oración no está en quien lo pronuncia sino en Él quien lo escucha. Si te congelas al rezar por ti misma, reza una de las oraciones en la biblia, o lee un pasaje de la biblia y reza lo que te viene a la mente. Continuamos con la enseñanza de Jesús. 

Mateo 6:7-8

»Cuando oren, no alarguen demasiado su oración. No hagan como los que no conocen a Dios, que creen que porque hablan mucho Dios tendrá que hacerles caso. No sean como ellos, porque su Padre sabe lo que ustedes necesitan, incluso antes de que se lo pidan.

No seas hablador

Cuando oras, repetir las palabras, las confesiones, o lo que necesitas no te ayuda acercarte más a Dios. En vez de eso, ora con honestidad y sencillez. Cuando sigues repitiendo lo mismo una y otra vez, esto demuestra que no confías que Dios sepa lo que necesitas y te escucha. Los hijos de Dios deben entrar ante el trono de Dios con confianza, sabiendo que su Padre Celestial los escucha y ya sabe lo que realmente necesitan. Entonces, si Dios ya sabe lo que necesito, ¿para qué orar? Porque más que nada, Dios quiere tu atención, quiere la cercanía contigo y la forma en que nos dio para acercarnos a Él es a través de la oración. En vez de llenar el tiempo con las mismas palabras, intenta escuchar, pidiéndole que te hable. Dale gracias por todo, incluso las dificultades, porque a través de las pruebas espirituales, crezcamos en las personas que Dios quiere que seamos y vemos más claramente la misericordia de Dios. Continuamos con la enseñanza.

Mateo 6:9

Ustedes deben orar así: »“Padre nuestro que estás en los cielos, que siempre se dé honra a tu santo nombre.

Honra a El Creador del Universo

Date cuenta de que, como hijo de Dios, no es que tienes que comunicarte con Él, sino tienes el gran privilegio de hablarle.

En oración, comienza ligándote con Dios, reconociéndolo como El Creador y El Salvador. Cuando oras, enfócate en a quién estás dirigiéndote la oración. Nos ayuda descansar en Dios reconociendo quien es. No es nuestro amigo y vamos a pasar el rato platicándole. Es el Creador del Universo y está encargado de todo. Aun en las peores circunstancias, puedes descansar en eso. Ora a Dios, no a Jesús, ni a un santo, ni al aire.

Muchas veces oramos en un pánico, pidiéndole a Dios lo que necesitamos en un instante: “¡Ayúdame!” “¡Protégeme!” No hay nada mal en eso, si eres hijo de Dios, Él siempre te escucha. Pero Dios quiere más que ayudarte; quiere tu atención, quiere que estés consciente de la presencia del Espíritu Santo. Cuando Él tiene nuestra atención, podemos observarlo obrando. Termina la oración diciendo, “en el nombre de Jesús,” porque Dios no niega a su hijo. Continuamos con la lección.

Mateo 6:10

Venga tu reino. Que se haga tu voluntad en la tierra como se hace en el cielo.

Su reino, Su voluntad

Jesús nos enseña a pedir que el reino de Dios venga y que haga Su voluntad en la tierra. Pidiéndole que venga Su reino en la tierra nos ayuda recordar que en el medio de catástrofes personales, lo más importante no es mi “reino” ni mi voluntad, sino el Suyo. Notamos que debemos pedir Su reino y Su voluntad antes de cualquier pedido personal porque si eres como yo, suelo venir ante la presencia de Dios con una lista de peticiones y estoy ansiosa comunicárselas. Cuando reconocemos quién es Dios y anhelamos que Su reino venga y se haga Su voluntad en la tierra, quizás no oramos igual, sino oramos lo que le agrada. En todo lo que pides, termina la petición con “si es tu voluntad.” Cuando decimos “venga tu reino”, también pedimos que El Señor regrese y que nos lleve al cielo para estar con Él para siempre, lo cual debe ser el deseo de todo creyente.  Continuamos con las palabras de Jesús.

Mateo 6:11

Danos hoy los alimentos que necesitamos cada día, 

Ya sabe lo que necesitas

¿Qué necesitas de Dios? ¿Que te sana? ¿Que te ayuda con tu matrimonio? ¿Que te ayuda con un defecto de carácter? No tengas miedo de ser específico cuando rezas. Aun si no ves un cambio de inmediato, o aun por mucho tiempo, sigue orando, sin cesar. Como Dios ya sabe exactamente lo que necesitas, quizás lo que cambiará antes de la situación es tu perspectiva y eventualmente lo que oras estará ligado con la perspectiva de Dios. A menudo, brincamos toda la enseñanza anterior para comenzar con nuestras peticiones y así terminamos la oración también. Dios quiere escucharte pedirle lo que necesitas, pero como ya lo sabe, no tienes que repetírselo. Confía en que Dios es totalmente bueno y quiere lo mejor para ti. Le da mucho gusto suplir tus necesidades y bendecirte. Seguimos con la enseñanza.

Mateo 6:12

y perdona nuestros pecados como nosotros también perdonamos a los que nos han hecho mal.

Confesión, perdón y arrepentimiento

Jesús nos enseña confesar pecados personales, pedir perdón por pecados, arrepentirnos del pecado, y perdonar a los que han pecado contra nosotros. ¿Qué tal si eres como yo, cometiendo el mismo pecado una y otra vez y te da pena confesarte tanto por lo mismo? Dios no es como nosotros: es paciente, no se cansa, y además, ya sabe nuestros pecados, pero quiere que se los confesemos. Dios quiere que admitamos como hemos fallado no para degradarnos sino para que nos demos cuenta de que estamos totalmente dependientes de Él, que nada bueno proviene de nosotros.

Hay una diferencia entre confesar y arrepentirme. Si le confieso a Dios que mentí otra vez, pero si estuviera en la misma situación lo haría de nuevo, eso es confesar, pero no arrepentirme. Cuando me arrepiento, Dios es fiel a limpiarme totalmente. Pídele ayuda para dejar de cometer el mismo pecado, que te dé una nueva perspectiva a lo que podrías hacer en vez de pecar la próxima vez. Y recibe en tu alma el perdón de Dios. Dice que cuando confesamos y nos arrepentimos, nos separa de nuestros pecados tan lejos como el este es del oeste. Así que, cuando confiesas y te arrepientes, no es necesario seguir confesándote. Si te sientes la necesidad de confesarte otra vez, quizás es una señal de que no te hayas arrepentido. Continuamos con la enseñanza de Jesús.

Mateo 6:13

No nos dejes caer en tentación, y líbranos del maligno”.

Libre de tentación

Todos enfrentamos la tentación. La mayoría de nosotros tenemos áreas de debilidad ¿conoces los tuyos? Jesús nos enseña pedirle a Dios ayuda para no caer en la tentación y protección contra Satanás. Si durante tu tiempo de confesión confiesas lo mismo una y otra vez, pídele ayuda para no caer en la tentación de pecar de esta manera y Él te ayudará. Continuamos con la última parte de la enseñanza.

Mateo 6:14-15

»Porque si ustedes perdonan a los demás el mal que les hagan, su Padre que está en el cielo también los perdonará a ustedes. Pero si ustedes no los perdonan, su Padre tampoco los perdonará a ustedes.

Perdonar y ser perdonado

Jesús enfatiza la importancia de perdonar a los demás; si no perdonamos a los demás, aun si confesamos nuestros pecados, Dios no nos perdonará. ¿Por qué? Perdonar está ligado al arrepentimiento. Perdonar significa dejar la esperanza de que una persona o situación fuera diferente, mejor o más de lo que era. Si nos arrepentimos de verdad, es probable que nos damos cuenta de la gravedad de nuestros pecados personales y los pecados de los demás ya no se verán tan tremendos y los soltamos. Estaremos más propensos a no buscar la venganza ni preocuparnos tanto por cómo nos han maltratado. Podemos dejar de perseguir nuestra propia justicia y dejarlo en las manos de Dios, quien es totalmente justo y perfecto.

Pero, perdonar no quiere decir que nos reconciliamos con los que han pecado contra nosotros y nos han lastimado, especialmente si no han mostrado que hayan cambiado y arrepentido cómo nos han maltratado. En oración, Dios te guiará a pedir perdón, perdonar, confrontar en amor o cortar una relación tóxica.

Actividades para procesar:

Cuando has intentado comenzar un hábito de orar, ¿Qué te ha impedido? Ejemplos comunes: me distraigo, no sé qué decir, le pido lo mismo una y otra vez, etc.  ¿Cuál paso podrías tomar para que ya no sea un impedimento?

La próxima vez que rezas, trata de seguir los siguientes pasos:

·       Ora en privado

·       Reconozca a quien estás orando, al Creador del Universo

·       Ora concisamente, sin repeticiones

·       En todo lo que le pides, pídeselo según Su voluntad

·       Se honesto y directo con lo que necesitas

·       Pídele perdón por pecados específicos y arrepiéntete

·       Perdona a los que te han lastimado

·       Pide ayuda con no caer en la tentación

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Evelyn Bou

Empatizo con el caos que el dolor traiga. Sé lo que es tratar de utilizar los recursos disponibles para mejorar, al terminar sintiéndose frustrada y aún más sola. Aprendí tanto sobre el dolor que me convertí en una coach certificada en el duelo y las relaciones, y profesional del trauma, con la esperanza de ayudar y brindándoles apoyo emocional a otras mujeres cristianas.

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