Circuncisión, Pascua y el jefe del ejército del Señor
Antes de la guerra, la consagración
En la devocional anterior, Dios secó las aguas del río Jordán para que Su pueblo cruzara a la tierra prometida. Cruzaron justo enfrente de Jericó, y acamparon allí. Las noticias del milagro se difundieron rápidamente; el texto nos dice que los reyes al otro lado del Jordán se atemorizaron y perdieron toda la esperanza. Pero antes de comenzar la conquista de la tierra prometida, tenían que ser circuncidados, celebrar la primera Pascua en la nueva tierra, y Josué tendrá un encuentro con el jefe del ejército del Señor. Comenzamos la historia, leyendo lo que Dios había ordenado de los varones israelitas, y cómo desobedecieron.
La circuncisión de los israelitas
Josué 5:2: Entonces el SEÑOR le dijo a Josué: «Yo ordené a todos los varones israelitas que fueran circuncidados antes de que salieran de Egipto. Ahora, haz unos cuchillos de piedra y circuncida a los israelitas que nacieron desde que saliste de Egipto».
Los padres desobedecieron
El texto nos dice que todos los hombres que salieron de Egipto estaban circuncidados, pero no obedecieron y no siguieron con esta práctica, así que ninguno de los hijos estaba circuncidado. Josué, Caleb y Eleazar eran los únicos en la tierra prometida que salieron de Egipto, los demás murieron en el desierto como castigo por su falta de fe y desobediencia. Ahora que salieron del desierto y estaban a punto de conquistar la tierra prometida, lo más importante no era afilar sus espadas ni entrenar para la batalla pendiente, sino consagrarse al Señor. Josué mandó hacer cuchillos de piedra y él mismo circuncidó a los millones de hombres que no fueron circuncidados al nacer. Si fueran circuncidados al nacer, habría sido mucho menos arriesgado y doloroso para ellos. Como ya eran adultos o niños, era una cirugía muy dolorosa, con un alto riesgo de infección.
Después de que los varones fueran circuncidados, se quedaron en el campamento descansando hasta que las heridas sanaran; esto también fue muy peligroso. Recordamos cuando Simeón y Levi quemaron toda la ciudad donde su hermana Dina había sido violada. Engañaron al pueblo enemigo con la promesa de una alianza falsa, con el único requisito de circuncidar a todos los varones. Cuando los hombres estaban débiles y recuperándose, quemaron la ciudad y mataron a todos los varones. Pero para los israelitas recién llegados a la tierra prometida, como Dios les exigió la circuncisión, los protegió de todos sus enemigos mientras sus guerreros sanaran.
Continuamos con la historia, leyendo las palabras de Josué sobre la circuncisión del pueblo hebreo.
Los hijos fueron obedientes
Josué 5:7-8: Él hizo que los hijos de esos hombres los reemplazaran a ellos. Josué circuncidó a los hijos de esos hombres porque no habían sido circuncidados durante el viaje. Cuando todos fueron circuncidados, se quedaron en el campamento hasta que se recuperaron.
No celebraron la Pascua por muchos años
Hace tiempo que los israelitas no celebraron la Pascua. Durante los años de vagar castigado por el desierto, no la celebraban. Pero ahora, esta nueva generación iba a celebrar la Pascua, la mayoría de ellos por primera vez. Volvemos por un momento a la primera Pascua para recordar cómo celebraron. En la primera Pascua, los israelitas hicieron preparaciones justo antes de salir de Egipto. Dios le dio a Moisés instrucciones muy específicas sobre los preparativos necesarios, y así siguiéndolas al pie de la letra, estarían protegidos de la plaga. En el día indicado, cada hombre de la familia iba a sacrificar uno de sus corderos de buena salud. Tomaron un poco de su sangre y la untaron por todo el marco de la puerta donde iban a comer la carne asada con hierbas amargas y pan sin levadura, levadura representando el pecado. Si había carne que sobró, tenían que quemarla. Continuamos la historia leyendo otros preparativos que Dios les dio para la primera Pascua.
La primera Pascua
Éxodo 12:11-13: Cuando lo vayan a comer estarán vestidos así: la ropa ceñida a la cintura, las sandalias puestas y el bastón en la mano. Tienen que comer rápido porque es la Pascua del SEÑOR. »Esa noche, voy a pasar por todo Egipto y voy a matar a todos los hijos mayores, tanto de los seres humanos como de los animales. Voy a juzgar a todos los dioses egipcios. Yo soy el SEÑOR. La sangre en los marcos de sus puertas será mi señal: cuando la vea pasaré de largo. No habrá ninguna plaga que los destruya a ustedes cuando yo ataque Egipto.
Preparativos para la Pascua
Esta fue la primera Pascua, y desde aquel día, ha sido una celebración de generación en generación, comiendo cordero y pan sin levadura. En preparación para la Pascua, hay que quitarse toda la levadura de la casa y no comerla por los siete días indicados. Dios tenía más instrucciones para Su pueblo; continuamos la historia de la primera Pascua.
Untar sangre, quédese en casa, y el Destructor pasará
Éxodo 12:21-23: Moisés llamó a todos los líderes de Israel y les dijo: «Vayan a buscar un cordero para sus familias y mátenlo para celebrar la Pascua. Tomen un ramo de hisopo y sumérjanlo en la sangre que está en la vasija. Unten con sangre los lados y la parte superior del marco de la puerta. Ninguno de ustedes debe salir de su casa antes de que amanezca. Cuando el SEÑOR pase matando a los egipcios, verá la sangre en todo el marco de la puerta y pasará de largo por esa casa. Así el SEÑOR no dejará que el Destructor entre en sus casas a matar.
Pero, ¡me encariñé con el corderito!
Dios les instruyó poner el cordero elegido dentro de su casa para que vivieran con él por cuatro días. En el lapso de cuatro días, seguramente los niños jugarían con él, todos le hablarían, lo alimentarían, hasta le pondrían un nombre. Cuando vino el momento en que el hombre de la casa tuvo que sacrificarlo, no sería como sacrificar un animal, sino una mascota. Los niños llorarían, implorando que su papá no lo hiciera, y su esposa procuraría ser valiente, pero tendría lágrimas en los ojos. Dios quería que les costara algo sacrificar el cordero, como años después, le costaba todo a El Mesías ser sacrificado por nosotros. Dios enfatizó la importancia de recordar esa noche en la Pascua cada año, a contárselo a futuras generaciones de cómo Dios protegió a los suyos del Destructor. Continuamos con la historia en Josué, leyendo lo que Dios le dijo a Josué en cuanto a celebrar la Pascua, recordando su pasado siendo esclavos.
Era vergonzoso que fueran esclavos de Egipto y siguieran prácticas egipcias
Josué 5:9: Luego el SEÑOR le dijo a Josué: «Era vergonzoso que ustedes fueran esclavos de Egipto y siguieran prácticas egipcias. Hoy he quitado de ustedes esa vergüenza»….
La primera Pascua en Canaán
Los israelitas celebraron la Pascua como hicieron esa última noche en Egipto, parados, apurados, con las sandalias puestas. Seguramente el sumo sacerdote Eleazar, junto con Josué y Caleb le platicaron al pueblo sobre cómo era aquella noche. El texto nos dice que el día después de la Pascua, el maná ya no apareció y comenzaron a alimentarse de lo que sembraron en esta nueva y fértil tierra, los legumbres, vegetales, y frutas. Tuvieron que aprender a cocinar diferentemente, y aprendieron cómo sembrar y cosechar. Disfrutaron de los ricos sabores de esa tierra que rebosaba de leche y miel.
Un poco después de la Pascua, pero antes de conquistar a Jericó, Josué tuvo un encuentro con el jefe del ejército del Señor. Terminamos esta historia leyendo su encuentro.
El jefe del ejército del Señor
Josué 5:13-15: En una ocasión, Josué se acercó a Jericó y vio a un hombre frente a él, con una espada en la mano. Josué se le acercó y le dijo:
—¿Eres de los nuestros o eres enemigo?
Él respondió:
—No soy enemigo, acabo de llegar. Soy el comandante del ejército del SEÑOR.
Entonces Josué se postró rostro en tierra ante él y lo adoró. Luego le dijo:
—Yo soy su siervo, Señor, ¿tiene algo que ordenarme?
El comandante del ejército del SEÑOR le dijo a Josué:
—Quítate las sandalias, porque el lugar donde estás es sagrado.
Y Josué obedeció.
Soy el comandante del ejército del SEÑOR
Josué se acercó al extranjero, aunque sostuvo la espada en la mano. Con valentía, le habló, preguntándole quién era y creyó la respuesta. Sabemos que era Dios y no un ángel porque Josué se postró y lo adoró, algo totalmente prohibido sino con el único Dios. No es la primera vez que Jesús aparece en la biblia. Recordamos a Melquisedec y los tres hombres que visitaron a Abraham. La única orden que El Señor tuvo para Josué fue quitarle las sandalias, honrándolo. Si hablaron más sobre estrategia de guerra, o de cualquier otra cosa, Josué no nos dice. ¿Por qué El Señor escogió mostrarse a Josué en ese preciso momento, y como el comandante del ejército del SEÑOR? Josué tampoco nos dice, pero pienso que Dios quería que Josué supiera que no tan solo le hablaba como hacía con Moisés, sino Su ejército, un ejército de ángeles, guerreros más feroces que cualquier ser humano, iban a ser la fuente de la victoria, y no el ejército hebreo. Con tal de que lo obedecieran, Su ejército asumiría el mando. En nombre, Josué era el comandante del ejército, pero esta escena nos da el mensaje que Dios es y siempre será el comandante, el jefe, de todo. En la próxima devocional, leeremos cómo Dios cumplió esta promesa, derribando las murallas impenetrables de Jericó, pidiéndole a Israel hacer algo que no tenía sentido para verificar que El Comandante del ejército de El Señor era el encargado.