Cómo Rey Aquis ayudó a David

David se esconde entre los filisteos

En el previo estudio, David le perdonó la vida de Saúl una segunda vez. Saúl regresó a Guibeá y David siguió escondiéndose con sus 600 hombres valientes y sus familias. En este estudio, desesperado para escapar de las garras de Saúl, David lleva a su pequeño ejército y familiares a vivir en territorio filisteo, un decisión que demuestra lo cansado, asustado, y desesperado que es este futuro rey. Comenzamos con la historia leyendo la lógica de David que le lleva a tomar tal decisión.

Lo mejor es escapar a la tierra de los filisteos

I Samuel 27:1: Sin embargo, David pensó: «Algún día Saúl me atrapará. Lo mejor es escapar a la tierra de los filisteos. Así Saúl dejará de buscarme en Israel y estaré fuera de su alcance».

¿De veras es lo mejor?

David acaba de perdonar la vida de Saúl, pero sabe que tarde o temprano, Saúl iba a perseguirlo otra vez y quizás esa vez será fetal. Ahora no está pensando en las promesas de Dios, ni en el día hace tantos años que Samuel lo ungió; el, sus hombres, y sus esposas están cansados, asustados, y desesperados. Cuando David debe animar a su gente a seguir fiel a Dios, se rinde y se esconde aun más, en un lugar inimaginable para un israelita. No sabe a dónde ir, a quién recurrir. ¿Cómo que pensó en los filisteos? Pues, era el último lugar del mundo donde Saúl lo persiguiera. Parece una decisión precipitada, sin consultar a Dios, pero tampoco le agrada a Saúl; el rey anhela matarlo, no dejarlo escapar.

Los filisteos eran el enemigo mortal de Israel, la nación más peligrosa de Canaán por su conocimiento avanzado de trabajar con el hierro. Eran los únicos con armadura, espadas abundantes, y lanzas afiladas. Por cierto, cuando los israelitas querían afilar sus espadas y lanzas, tuvieron que acudir a los filisteos porque ni siquiera poseían la tecnología para afilar (ni mucho menos producir) sus propias armas. Pagaron mucho por este servicio, y ¿creen que afilaron sus espadas muy afiladas o que las dejaron blandas? Israel consiguió armas después de derrotarlos en batalla. En el territorio filisteo, adoraban a Dagón, sacrificaban a sus niños a los dioses, tenían templos con prostitución como parte de su culto. En cada rincón del territorio filisteo, había tentaciones para David y sus hombres. No diríamos que aguantar estas tentaciones era una prueba de fe en Dios; no vemos a David consultando a Dios antes de tomar esta decisión. Dios quería que confiara en Él para su protección y provisión, no escaparse al territorio de filisteo. ¿Cómo reaccionaron sus 600 hombres, sus familias y sus dos esposas Ajinoán y Abigail? Seguramente pensaron que tanto tiempo bajo el sol castigador del desierto había afectado a David y se enloqueció de verdad esta vez.

Debes realmente estar loco si crees que vamos a seguirte allá

Sin embargo, lo siguen, y aún más sorprendente, El Rey Aquis de Gat (la misma ciudad natal de Goliat) les da cobija. Esta es la segunda vez que David tiene un encuentro con el Rey Aquis. La primera vez, David se asustó cuando se refirieron a él como el rey, y fingió estar loco. Su plan funcionó; en vez de matarlo, Aquis tenía misericordia con él, y lo echó del palacio, exigiendo que jamás entrara en el palacio. Este primer encuentro con el asesino de Goliat e infamoso guerrero invencible debía haber causado Aquis sentirse aliviado. Además de averiguar que perdiera el favor del Rey Saúl, perdió la razón y con ella la capacidad para ser una amenaza para los filisteos. Aun así, si no fuera misericordioso, hubiera mandándolo a su muerte como castigo por haber matado a tantos filisteos. Pero su estado le dio pena y lo soltó a su suerte en el desierto.

Esta vez que David se presentó con su grupo de 600 hombres, ¿Aquis le preguntó si ya sanó de la locura, o que estaba fingiendo? El texto no dice si se lo pregunta, pero probablemente le cuestionó acerca de su estado mental y sus intenciones. Esta vez era diferente: ambos tuvieron un aparente enemigo en común, Israel, y ahora David trajo una banda de 600 hombres a la disposición de Aquis para utilizarlos como quisiera. Aunque el texto no nos dice, sin duda, Aquis no le pidió renunciar a Dios; sabemos si esto hubiera acontecido, David nunca se habría quedado.

Paz en territorio enemigo

El texto dice que cuando Saúl se enteró de que David se escapara a Gat, dejó de perseguirlo. Era influenciado por un espíritu maligno, pero no tuvo un deseo de morir. Inicialmente, David y sus hombres vivieron en Gat, pero David no quiso que Aquis supiera de sus actividades, así que le pidió permiso para vivir en otra parte del territorio. Continuamos con la historia.

¿Puedo alejarme para hacer cosas que no le gustaría que hiciera?

I Samuel 27:5-6: David le dijo a Aquis:

—Si encuentro el favor de Su Majestad, le ruego que me permita vivir en alguno de los pueblos del campo. Soy sólo un siervo suyo, y no tiene caso que viva en la capital del reino.

Ese mismo día, Aquis le dio a David el pueblo de Siclag, y desde entonces pertenece a los reyes de Judá.

¿Eres un loco o un mentiroso?

El texto no dice por qué Aquis permitió que David y sus hombres se quedaran; sabía la reputación de David y que Saúl lo cazaba. También no se había olvidado de que fue David quien mató a su campeón Goliat y quien circuncidó a 200 de sus hombres. Era una amenaza para Filistea, así que, ¿por qué no lo mató? El texto no nos dice. Es casi imposible creer que Rey Aquis dejaría que el asesino de tantos filisteos viviera entre su gente, pero milagrosamente, actuó muy bondadosamente y los permitió vivir en Siclag, una ciudad filistea cerca de Gat. Aunque David no le consultó a Dios, Dios lo protegía durante el tiempo que vivió entre los enemigos. Probablemente Aquis esperó que David se convirtiera en el campeón del ejército filisteo, que se enamorara de mujeres filisteos y seria como uno de ellos, trayéndole muchas victorias, incluso sobre los israelitas.

¿Destruyes a quién? Está bien entonces.

El texto dice que David y su ejército vivieron en Siclag por un año y cuatro meses. Durante aquel tiempo, él y sus hombres mataron a muchos pueblos enemigos de Dios, y, por lo tanto, de Israel. Cuando derrotaron a un pueblo, aniquilaron a todos, sin dejar ningún testigo de lo que hicieron. Quizás parece cruel, pero Dios le instruyó a Moisés y a Josué destruir a todos en la tierra prometida, así que, de cierta forma, David estaba cumpliendo estas instrucciones. Siempre le trajo a Aquis el botín de la guerra; durante el tiempo en que David vivía en tierra filistea, Aquis prosperó mucho. Por lo tanto, el rey le dio a David mucha más libertad que Saúl le había dado. Cada vez que David le trajo los despojos, sus ovejas, ganado, asnos, camellos y ropa, Aquis le preguntó a quién le había atacado esta vez. David le mintió, diciéndole que había atacado a los enemigos de los filisteos, principalmente a Israel. Curiosamente, Aquis dejó que David y sus valientes salieran sin ser acompañados del ejército filisteo para comprobar lo que realmente hacían. Continuamos con la historia, leyendo cómo David lo engañó y, por lo tanto, se ganó la confianza de Aquis.

Si dejo a alguien vivo, ese le puede contar a Aquis lo que hice

I Samuel 27:11-12: David nunca llevaba prisioneros a Gat, porque pensaba: «Si dejo a alguien vivo, ese le puede contar a Aquis lo que hice». Así hizo David durante todo el tiempo que vivió en territorio filisteo. Aquis empezó a confiar en David, y se decía a sí mismo: «Ahora el mismo pueblo de David lo odia. Todo Israel lo odia, y ahora David siempre me servirá a mí».

Ahora David es un malvado como nosotros

Dios le dio ese tiempo a David para preparar su futuro reino, destruyendo a pueblos que los israelitas no pudieron destruir todavía, aunque Dios les mandó destruirlos desde que entraran en Canaán. Parece que Aquis admiró la crueldad de David, aniquilando a todos y saqueándolos cada vez. Por batallar tanto, le dio la excusa perfecta para no permanecer tanto en Siclag. Como estuvieron en territorio filisteo, tuvieron acceso a las mejores espadas y lanzas, hasta armadura. Luego, los filisteos se prepararon para batallar contra Israel. Continuamos la historia con la conversación entre Aquis y David al respecto.

Vamos a luchar contra nuestro propio pueblo

I Samuel 28:1-2: Después los filisteos alistaron sus tropas para pelear contra Israel, y Aquis le dijo a David: —Quiero que sepas que tú y tus hombres irán conmigo a pelear contra Israel.

David respondió: —¡Seguro! Entonces verá usted lo que puede hacer este siervo suyo.

Aquis dijo: —En ese caso, serás mi guardaespaldas. Tú me protegerás de ahora en adelante.

Eres tan jubiloso, serás mi guardaespaldas para siempre

Cuando Aquis vio a David, no vio un futuro rey, sino un guerrero digno de ser su guardaespaldas, pero no más que eso. Ya ha pasado más de un año desde que David y sus hombres vivieron en Siclag, y el rey confiaba en él. Cuando leemos la forma en que David le habló a Aquis, pensamos si fuera un traidor, pero no lo era. Le habló con tanto respeto no porque lo respetó ni lo admiró, sino porque otra vez temaba por su vida. Pero los filisteos no tenían la misma confianza en David que su rey tenía y le pidieron al rey devolverles a David y sus hombres a Siclag. Los oficiales de Aquis temaron que David los traicionaría en una batalla contra su pueblo. Y por su reputación, nadie quisiera luchar contra David. Continuamos con la historia, leyendo una conversación entre el Rey Aquis y sus generales.

¿Qué están haciendo aquí estos hebreos?

I Samuel 29: 3-5: Los generales filisteos preguntaron:

—¿Qué están haciendo aquí estos hebreos?

Aquis les dijo a los generales:

—Es David. Él antes era uno de los oficiales de Saúl, pero ha estado conmigo por mucho tiempo, y nunca he visto nada que me haga desconfiar de él.

Pero los generales filisteos se enojaron con Aquis y le dijeron:

—Ordénale que regrese a la ciudad que le diste. No puede acompañarnos en batalla. ¿Es que no ves que tendríamos un enemigo en nuestro propio bando? Podría congraciarse con su rey llevándole las cabezas de nuestros hombres. Ese es el David por el que los israelitas danzaban y cantaban:

“Saúl mató a miles, pero David mató a diez miles”.

¿No se acuerda de aquel éxito que siempre tocaban?

Por llamar a David y sus valientes como hebreos, sabemos que no les caían bien a los generales. Hebreo era un insulto, como cuando el faraón se refirió a ellos como esclavos hebreos. Aquis lo defendió, diciendo a sus generales que jamás había visto nada que le hiciera desconfiar de David.  Esto quiere decir que David y sus hombres no causaron problemas, y claro, le trajo muchas riquezas de otros pueblos. ¿Por qué los generales desconfiaron en David cuando Aquis confió en él? El texto no nos dice, pero quizás ellos mismos hubieran hecho exactamente lo que describieron, traicionándolos a la primera oportunidad para ganar la confianza de Saúl de nuevo. Le recordaron de la famosa canción que se dispersaba por todo Canaán: “Saúl mató a miles, pero David mató a diez miles”. No persuadieron a Aquis que David tuviera un corazón traicionero. Los generales filisteos no sabían que Dios estuviera usando su desconfianza para rescatar a David, quien, efectivamente, hubiera peleado al lado de Israel en cualquier batalla. Continuamos con el texto, leyendo la conversación entre Aquis y David en que el rey le vuelve a Siclag. Notamos la ternura y confianza que el rey filisteo le mostró a David y sus referencias al Señor Dios.

Tan cierto como que el SEÑOR vive, que tú me eres leal

1 Samuel 29:6-10: Entonces Aquis llamó a David y le dijo:

—Tan cierto como que el SEÑOR vive, que tú me eres leal, me gustaría que sirvieras en mi ejército. No he tenido nada por qué desconfiar de ti desde el primer día que llegaste, y también los jefes filisteos piensan bien de ti. Vuelve a tu casa y no hagas nada que desagrade a los jefes filisteos.

David preguntó:

—Pero ¿qué mal he hecho? ¿Tiene algo, Su Majestad, por qué desconfiar desde que llegué? ¿Por qué no se me permite pelear contra los enemigos de Su Majestad?

Aquis contestó:

—Yo sé que eres un buen hombre, como un ángel de Dios, pero los generales filisteos insisten que no debes acompañarlos en la batalla.  Mañana temprano, tú y tus hombres deben regresar a la ciudad que te di, y no hagas caso de lo que los generales digan de ti. Tú eres un buen hombre, así que devuélvete tan pronto amanezca.

Espera- ¿Aquis creyó en Dios?

¿Aquis realmente creía que David era un buen hombre después de matar a tantos filisteos? Otra vez, vemos la protección de Dios; nadie más que Dios podría hacer que Aquis tuviera un buen opinión del asesino de tantos filisteos. Por la forma en que habló, ¿acaso Aquis creyó en Dios? Según comentaristas bíblicos, eso sería improbable. Proclamar el nombre del Señor era una manera de mostrarle a David lo serio que era en anhelar que David permaneciera a su lado, tanto como reconocer al Dios de David.

Al día siguiente, David y sus hombres regresaron a Siclag, escondiendo su profundo alivio de no tener que desenmascarar el gran engaño de David. Efectivamente, será en esta batalla con los filisteos en que murieron ambos Saúl y Jonatán. Cuando David se entera de la muerte de Saúl y después de lamentarla, toma el trono de una parte de Israel. El texto no dice qué hizo Rey Aquis cuando descubrió el gran engaño de David. Todo ese tiempo el hombre que creía ser tan bueno era un mentiroso que pasó su tiempo en Siclag matando enemigos de Israel, facilitando su futuro reino. Después de este engaño, me imagino que Aquis se opusiera aun más al Dios de Israel. En el próximo estudio, veremos otro acto desesperado, Saúl consultando a la espiritista de Endor.

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