¿Quiénes eran los filisteos?
¿Quiénes eran los filisteos?
De todos los pueblos que ocuparon la tierra prometida, una y otra vez escuchamos de los filisteos, el enemigo mortal de Israel. Los filisteos provinieron de Grecia y eran la nación más peligrosa de Canaán por su conocimiento avanzado de trabajar con el hierro. Eran los únicos con armadura de la cabeza a los pies, espadas abundantes, y lanzas afiladas. Si los israelitas adquirían armamentos, probablemente fuera en una batalla contra los filisteos. Por cierto, cuando los israelitas querían afilar sus espadas y lanzas, tuvieron que acudir a los filisteos porque ni siquiera poseían la tecnología para afilar, ni mucho menos producir, sus propias armas. En el territorio filisteo, eran paganos y adoraban a Dagón. Muchas veces Dios permitió que derrotaran a los israelitas, pero también temaban a Dios y protegieron a David y unos de sus hombres. En este estudio, vamos a repasar unas historias con los filisteos para mejor entender a este enemigo de Israel.
Robaron el cofre del pacto con Dios
Israel tenía una larga historia de pelear con los filisteos; en la biblia hay muchas batallas detalladas entre las dos naciones. Para animar a las tropas, trajeron al cofre al campamento de batalla. Cuando llegó, el texto dice que los israelitas gritaron tan fuerte que hicieron que la tierra retumbara. Cuando los filisteos oyeron el griterío, se preguntaron qué ruido provenía del campamento del enemigo. ¿Se mataron con el susto por un reencuentro con ellos? Pronto, un soldado llegó al campamento filisteo y les dio las malas noticias: la presencia de El Dios de los israelitas llegó a su campamento. Los filisteos se equivocaron pensando que el cofre del pacto era su dios, pero es comprensible que pensaron así, siendo paganos que adoraban a dioses de metal y piedra. Leemos lo que los filisteos dijeron ante la amenaza del cofre del pacto del Señor.
¡Pobres de nosotros!
I Samuel 4:7-9: Se atemorizaron y dijeron: «¡Han llegado los dioses a su campamento! ¡Pobres de nosotros porque nunca antes había sucedido esto! ¡Pobres de nosotros! ¿Quién puede salvarnos de estos dioses poderosos? Estos son los mismos dioses que les mandaron a los egipcios esas plagas y esas terribles enfermedades. ¡Sean valientes, filisteos! ¡Peleen como hombres! Antes, los hebreos fueron esclavos nuestros. ¡Así que peleen como hombres o ustedes se convertirán en sus esclavos!»
¡Sean valientes, filisteos! ¡Peleen como hombres!
Los filisteos no dudaron en la existencia de un poder mayor que ellos, pero pusieron su fe en dioses falsos en vez del único Dios. Las palabras de ánimo los animaron tanto que el texto dice que los filisteos pelearon tan duro que mataron a 30 000 soldados israelitas, una derrota total. Como un golpe final, los filisteos mataron a Ofni y Finés y se apoderaron del cofre de Dios.
Pusieron el cofre del pacto en el templo de Dagón
Los filisteos se apoderaron del cofre del pacto del Señor. Los filisteos regresaron al territorio filisteo cantando y bailando, muy alegres que Dagón derrotó al Dios de los israelitas. Llevaron el cofre de Dios a una ciudad filistea llamada Asdod y lo metieron al templo de Dagón, uno de los dioses principales de los filisteos, el supuesto padre de Baal, otro dios que los israelitas habían adorado en el desierto. Dagón parecía hombre hasta la cintura, pero con la cola de pez. Era un dios de la fertilidad; era el recipiente de todo tipo de rituales sexuales y lascivias. (Mientras tuvieron una parranda en el templo de Dagón en Gaza, los filisteos llevaron al ciego Sansón al templo para entretenerlos.)
Pusieron el cofre del pacto al lado de Dagón; creían que habían capturado la divinidad de los israelitas. Dios no quería que este objecto sagrado compartiera el lugar con Dagón. Leemos de la venganza de Dios contra los filisteos por haberse apoderado del cofre del pacto con lo que Él hizo en el templo de Dagón.
Dagón adorando al cofre
I Samuel 5:3-4: A la mañana siguiente, cuando los habitantes de Asdod se levantaron, vieron que la estatua de Dagón estaba tirada en el suelo, boca abajo, frente al cofre del SEÑOR. Entonces la levantaron y la colocaron en su lugar. Pero cuando se levantaron a la mañana siguiente, ¡otra vez encontraron la estatua tirada en el suelo frente al cofre del SEÑOR! Esta vez la cabeza y las manos de la estatua estaban quebradas, tiradas en el umbral. Lo único que quedaba entero era el cuerpo de la estatua.
Dagón ‘murió’
Los sacerdotes de Dagón lo tomaron muy mal viendo a su dios tirado en el suelo, boca abajo, como si estuviera adorando el cofre del pacto. Al día siguiente, Dagón estaba tirado en el suelo, boca abajo frente al cofre del pacto, pero esta vez, estaba decapitado y sin manos, una muerte dolorosa y humillante. Dagón literalmente no pudo hacer nada ante el poder de Dios. Además de derrotar a Dagón, el texto dice que Dios le hizo la vida difícil al pueblo de Asdod y las ciudades cercanas. El texto dice que les envió tumores, que sangraron y dolían mucho, y una infestación de ratones. Los filisteos tenían mucho miedo. El pueblo de Asdod, de alguna manera, sabía que fue el cofre del pacto de Dios que causó las dificultades. Continuamos, leyendo lo que el pueblo de Asdod hizo.
Dagón vs Dios
I Samuel 5:7-8: El pueblo de Asdod vio lo que pasaba y dijo: «¡El cofre del Dios de Israel no puede quedarse aquí! Dios nos está castigando a nosotros y a nuestro dios Dagón».
El pueblo de Asdod convocó a los cinco gobernantes filisteos y les preguntó:
—¿Qué debemos hacer con el cofre del Dios de Israel?
Los gobernantes respondieron:
—Llévenlo a la ciudad de Gat…
Dios nos está castigando a nosotros y a nuestro dios Dagón
Su declaración era como admitir que el Dios de los israelitas es el más poderoso, tan poderoso que podía castigar a Dagón. El cofre trajo sufrimiento, ratones y tumores. A estas alturas, nadie quería el cofre en su ciudad, así que cuando llegó a Ecrón, sus habitantes protestaron. Leemos lo que los de Ecrón pidieron.
¿Quieren matarnos?
I Samuel 5:10-12:…pero cuando el cofre llegó a esa ciudad, el pueblo de Ecrón empezó a quejarse gritando: «¿Por qué traen el cofre del Dios de Israel a nuestra ciudad de Ecrón? ¿Quieren matarnos a nosotros y a nuestro pueblo?» El pueblo de Ecrón convocó a todos los gobernantes filisteos y les dijo: «Devuelvan el cofre del Dios de Israel a su lugar antes de que nos mate a nosotros y a nuestro pueblo». Los habitantes de Ecrón tenían mucho miedo. Dios les hizo la vida imposible en ese lugar, y a los que no murieron les salieron tumores. Los gritos del pueblo de Ecrón llegaban hasta el cielo.
Los gritos del pueblo de Ecrón llegaban hasta el cielo
Les salieron tantos tumores que muchos murieron, y los que no murieron, querían morir por sufrir tanto. El texto dice que gritaron tan fuertemente, que hasta el cielo los escuchó. Notamos que los filisteos sabían sin duda que los tumores, ratones y muerte provenían de El Dios de los israelitas; al darse cuenta de eso, ¿no hubiera tenido más sentido rendirse y someterse a Dios?
Los filisteos devuelven el cofre del Señor a Israel
Los filisteos llamaron a sus sacerdotes y magos, preguntándoles qué deben hacer para devolver el cofre a su lugar. Los sacerdotes y magos estaban de acuerdo en devolverle el cofre a Israel, pero, aconsejaron que, si por acaso los tumores e infestaciones de ratones fueran un castigo de Dios, no debieran devolver el cofre vacío, sino con ofrendas para que Dios les perdonara y les sanara. Continuamos con la devolución del cofre de pacto leyendo el consejo de los sacerdotes y magos filisteos para su pueblo tan desesperado.
Háganle a Dios de Israel tumores y ratones de oro para apaciguarlo
I Samuel 6:4-6: …Los sacerdotes y los magos contestaron:
—Como hay cinco líderes filisteos y todo el pueblo y sus líderes tuvieron los mismos problemas, hagan cinco figuras de oro que asemejen cinco tumores y cinco figuras de oro que asemejen cinco ratones. Así que hagan figuras de los tumores y de los ratones que están arruinando el país y preséntenselas al Dios de Israel como pago. Tal vez entonces el Dios de Israel dejará de castigarlos a ustedes, a sus dioses y a su tierra. No sean tercos como el faraón y los egipcios, a quienes Dios castigó. Por eso los egipcios dejaron escapar al pueblo israelita.
Tal vez Dios dejará de castigarnos y a nuestros dioses
Lo único que los filisteos entendieron era el mundo de ídolos, así que, tiene sentido que pensaron que tumores y ratones de oro podrían calmar la ira de Dios. Dijeron que si Dios aceptara la ofrenda, quizás dejaría de castigarlos a ellos y a sus dioses, un reconocimiento de lo poderoso que percibían que Dios fuera. Los sacerdotes y magos conocían la historia de los hebreos, y les advirtieron no ser tercos como el faraón, quien rehusó dejar a los israelitas libres y terminó destruyendo Egipto por completo. Los sacerdotes y magos dejaron instrucciones peculiarmente específicas. Continuamos con la historia con las instrucciones de los sacerdotes y magos para los filisteos.
Las figuras de oro son sus ofrendas para que Dios les perdone sus pecados
I Samuel 6:7-9: »Tienen que hacer una carreta nueva y conseguir dos vacas con cría que nunca hayan arado el campo. Átenlas a la carreta para que la tiren, lleven a los becerros al establo y no dejen que sigan a las vacas. Pongan el cofre del SEÑOR en la carreta y las figuras de oro en la bolsa dentro del cofre. Las figuras de oro son sus ofrendas para que Dios les perdone sus pecados. Envíen la carreta y obsérvenla. Si se va hacia Bet Semes, en su propio territorio, entonces quiere decir que Dios nos ha mandado esta tremenda calamidad. Pero si las vacas no se van directo a Bet Semes, entonces sabremos que el Dios de Israel no nos ha castigado, sino que nuestra calamidad fue sólo una coincidencia.
Una prueba tramposa
Le pusieron a prueba a Dios: pusieron términos muy específicos, y si el resultado fue de una manera, sería como verificar que la plaga era un castigo de Dios, pero si el resultado fue de otra, sabrían que esa supuesta plaga no fue de un fuente divino, y tendrían que hacer otra cosa para aliviarse de la plaga. Estaban tratando de reconocer sus fallos y pagar por sus pecados de la única forma que conocían. Creo que Dios reconoció que ellos estuvieran tratando de agradarle sin conocerlo ni Sus leyes, algo que Su pueblo ni siquiera hacía en esa época. Tenía misericordia con filistea por su esfuerzo ignorante.
Los filisteos hicieron exactamente lo que los sacerdotes y magos sugirieron. Sus artesanos crearon réplicas doradas de los ratones y tumores. Consiguieron una carreta nueva y ataron las vacas a la carreta. Pusieron el cofre en la carreta, metiendo dentro la bolsa con la ofrenda. El texto nos da un detalle muy específico, que las vacas se fueron mugiendo por el camino, caminando directamente a Bet Semes, sin desviarse para nada. Los cinco gobernantes filisteos siguieron a las vacas hasta los límites de esta ciudad, aliviados que el cofre por fin estaba fuera del territorio filisteo y quizás sus vidas regresarían a la normalidad.
Cómo el filisteo Rey Aquis ayudó a David
Durante los años que Saúl cazaba a David, forzándolo a vivir en el desierto, David buscó refugio en el último lugar donde pensaría encontrarlo, en territorio filisteo. David llevó a su pequeño ejército y familiares a vivir en territorio filisteo, una decisión que demuestró lo cansado, asustado, y desesperado que era este futuro rey.
El Rey Aquis de Gat les ofreció protección. La relación entre Aquis y David no da una mirada más humana a los filisteos. Inicialmente, David y sus hombres vivieron en Gat, pero David no quiso que Aquis supiera de sus actividades, así que le pidió permiso para vivir en otra parte del territorio. Continuamos con la historia de los filisteos.
¿Puedo alejarme para hacer cosas que no le gustaría que hiciera?
I Samuel 27:5-6: David le dijo a Aquis:
—Si encuentro el favor de Su Majestad, le ruego que me permita vivir en alguno de los pueblos del campo. Soy sólo un siervo suyo, y no tiene caso que viva en la capital del reino.
Ese mismo día, Aquis le dio a David el pueblo de Siclag, y desde entonces pertenece a los reyes de Judá.
Quédate en Siclag
El texto no dice por qué Aquis permitió que David y sus hombres se quedaran; sabía la reputación de David; no se había olvidado de que fuera David quien mató a su campeón Goliat y quien circuncidó a 200 de sus hombres. Es casi imposible creer que Rey Aquis dejaría que el asesino de tantos filisteos viviera entre su gente, pero milagrosamente, actuó muy bondadosamente y les permitió vivir en Siclag. Probablemente Aquis esperara que David se convirtiera en el campeón del ejército filisteo, que se enamorara de mujeres filisteos y seria como uno de ellos, trayéndole muchas victorias, especialmente sobre los israelitas.
El texto dice que David y su ejército vivieron en Siclag por un año y cuatro meses. Durante aquel tiempo, él y sus hombres mataron a muchos pueblos enemigos de Dios, y, por lo tanto, de Israel. Cuando derrotaron a un pueblo, aniquilaron a todos, sin dejar ningún testigo de lo que hicieron. Siempre le trajo a Aquis el botín de la guerra. Cada vez que David le trajo los despojos, Aquis le preguntó a quién le había atacado esta vez. David le mintió, diciéndole que había atacado a los enemigos de los filisteos, principalmente a Israel. Curiosamente, Aquis dejó que David y sus valientes salieran sin ser acompañados del ejército filisteo para comprobar lo que realmente hacían. Continuamos, leyendo cómo David lo engañó y, por lo tanto, se ganó la confianza del rey filisteo.
Si dejo a alguien vivo, ese le puede contar a Aquis lo que hice
I Samuel 27:11-12: David nunca llevaba prisioneros a Gat, porque pensaba: «Si dejo a alguien vivo, ese le puede contar a Aquis lo que hice». Así hizo David durante todo el tiempo que vivió en territorio filisteo. Aquis empezó a confiar en David, y se decía a sí mismo: «Ahora el mismo pueblo de David lo odia. Todo Israel lo odia, y ahora David siempre me servirá a mí».
Ahora David es un malvado como nosotros
Parece que Aquis admiró la crueldad de David, aniquilando a todos y saqueándolos cada vez. Luego, los filisteos se prepararon para batallar contra Israel. Continuamos la historia con la conversación entre Aquis y David al respecto.
Vas a luchar contra tu propio pueblo
I Samuel 28:1-2: Después los filisteos alistaron sus tropas para pelear contra Israel, y Aquis le dijo a David: —Quiero que sepas que tú y tus hombres irán conmigo a pelear contra Israel.
David respondió: —¡Seguro! Entonces verá usted lo que puede hacer este siervo suyo.
Aquis dijo: —En ese caso, serás mi guardaespaldas. Tú me protegerás de ahora en adelante.
Serás mi guardaespaldas para siempre
Ya ha pasado más de un año desde que David y sus hombres vivieron en Siclag, y el rey confiaba en él. Pero los filisteos no tenían la misma confianza en David que Aquis tenía, y le pidieron al rey devolverles a David y sus hombres a Siclag. Los oficiales de Aquis temaron que David los traicionaría en una batalla contra su pueblo. Continuamos, leyendo una conversación entre el Rey Aquis y sus generales.
¿Qué están haciendo aquí estos hebreos?
I Samuel 29: 3-5: Los generales filisteos preguntaron:
—¿Qué están haciendo aquí estos hebreos?
Aquis les dijo a los generales:
—Es David. Él antes era uno de los oficiales de Saúl, pero ha estado conmigo por mucho tiempo, y nunca he visto nada que me haga desconfiar de él.
Pero los generales filisteos se enojaron con Aquis y le dijeron:
—Ordénale que regrese a la ciudad que le diste. No puede acompañarnos en batalla. ¿Es que no ves que tendríamos un enemigo en nuestro propio bando? Podría congraciarse con su rey llevándole las cabezas de nuestros hombres. Ese es el David por el que los israelitas danzaban y cantaban:
“Saúl mató a miles, pero David mató a diez miles”.
¿No se acuerda de aquel éxito que siempre tocaban?
Por llamar a David y sus valientes como hebreos, sabemos que no les caían bien a los generales. Aquis lo defendió, diciendo a sus generales que jamás había visto nada que le hiciera desconfiar de David. Le recordaron de la famosa canción que se dispersaba por todo Canaán: “Saúl mató a miles, pero David mató a diez miles”. No persuadieron a Aquis que David tuviera un corazón traicionero. Los generales filisteos no sabían que Dios estuviera usando su desconfianza para rescatar a David, quien, efectivamente, hubiera peleado al lado de Israel en cualquier batalla. Continuamos, leyendo la conversación entre Aquis y David en que el rey le devuelve a Siclag. Notamos la ternura y confianza que el rey filisteo le mostró a David y sus referencias al Señor Dios.
Tan cierto como que el SEÑOR vive, que tú me eres leal
1 Samuel 29:6-10: Entonces Aquis llamó a David y le dijo:
—Tan cierto como que el SEÑOR vive, que tú me eres leal, me gustaría que sirvieras en mi ejército. No he tenido nada por qué desconfiar de ti desde el primer día que llegaste, y también los jefes filisteos piensan bien de ti. Vuelve a tu casa y no hagas nada que desagrade a los jefes filisteos.
David preguntó:
—Pero ¿qué mal he hecho? ¿Tiene algo, Su Majestad, por qué desconfiar desde que llegué? ¿Por qué no se me permite pelear contra los enemigos de Su Majestad?
Aquis contestó:
—Yo sé que eres un buen hombre, como un ángel de Dios, pero los generales filisteos insisten que no debes acompañarlos en la batalla. Mañana temprano, tú y tus hombres deben regresar a la ciudad que te di, y no hagas caso de lo que los generales digan de ti. Tú eres un buen hombre, así que devuélvete tan pronto amanezca.
Yo sé que eres un buen hombre, como un ángel de Dios
Otra vez, vemos la protección de Dios; nadie más que Dios podría hacer que Aquis tuviera una buena opinión del asesino de tantos filisteos. Proclamar el nombre del Señor era una manera de mostrarle a David lo serio que era en anhelar que David permaneciera a su lado, tanto como reconocer al Dios de David. El texto no dice qué hizo Rey Aquis cuando descubrió el gran engaño de David. Todo ese tiempo el hombre que creía ser tan bueno era un mentiroso que pasó su tiempo en Siclag matando enemigos de Israel, facilitando su futuro reino.