Los Diez Mandamientos
Pacto de Dios con Israel y Los Diez Mandamientos
En la devocional anterior, vimos la conversión de Jetro y el consejo que le dio a Moisés que le ayudó a trabajar más eficientemente. También leímos que Moisés no se reconcilió con su esposa Séfora, ni les prestó atención a sus hijos, todos ellos regresando con su abuelo Jetro a Madián.
En los últimos meses, los hebreos habían testificado muchos milagros: las plagas, los egipcios entregándoles sus tesoros, cruzar el mar Rojo, el derrote del ejército egipcio, el pan del cielo, entre otros.
Después de tres meses de vagar por el desierto del Sinaí, Dios le comunicó a Moisés que iba a formar un pacto con ellos y darles diez mandamientos que tenían que obedecer. Después, les daría más mandamientos y tenían que obedecerlos todos. Pero antes de formalizar el pacto con Israel, tenían que lavarse la ropa, abstenerse de tener relaciones con su cónyuge por tres días, y no acercarse a la montaña, la misma montaña donde Moisés tuvo su primer encuentro con Dios. Comenzamos la historia leyendo lo que Dios quería hacer con los israelitas.
El pacto del Señor
Éxodo 19:5-6: Ahora bien, si en verdad ustedes me escuchan y me obedecen, yo los trataré a ustedes como mi propiedad preferida. O sea, si de veras cumplen mi pacto, aunque todos los pueblos del mundo me pertenecen, de entre todos ellos a ustedes los trataré como mi pueblo. Ustedes serán un reino de sacerdotes, una nación santa”…
Éxodo 34: 10-16: Entonces Dios dijo:
—Voy a hacer un pacto frente a tu pueblo y voy a realizar milagros que no se han visto nunca antes en la tierra. El pueblo verá las obras del SEÑOR porque voy a realizar un acto asombroso con ustedes. Obedece lo que hoy te ordeno y yo expulsaré de la presencia de ustedes a los amorreos, cananeos, heteos, ferezeos, heveos y jebuseos. Ten cuidado, no hagas ningún pacto con el pueblo que vive en las tierras donde ustedes van a vivir. Si haces pactos con ese pueblo, ellos te traerán problemas. Tienes que derribar sus altares, destruir las piedras que adoran y cortar sus postes de Aserá. No adores a ningún otro dios, porque el SEÑOR es muy celoso. Su nombre es Dios celoso. Así que no hagas ningún pacto con la gente que vive en esa tierra. Si haces pactos con ellos, corres el riesgo de abandonarme y comenzar a adorar a sus dioses, de que uno de esos pueblos termine invitándote a que te les unas a comer de sus sacrificios, o de querer elegir a algunas de sus hijas para que se casen con tus hijos. Ellas adoran a dioses falsos y te llevarán a ti a hacer lo mismo.
Si me obedecen, van a ver milagros asombrosos
Todo el mundo pertenece a Dios, pero Israel goza de una relación y cercanía especial con Dios. Si lo obedecieran, Dios los derramaría bendición, provisión, y protección sobrenatural a Su pueblo, como jamás lo habían experimentado anteriormente. Les proclamó un reino de sacerdotes, con cada uno con la habilidad de actuar como un sacerdote, interviniendo para otros que no fueran santos.
Los israelitas tuvieron que tomar una decisión: obedecer a Dios y los mandamientos que les dio, o desobedecer y sufrir las consecuencias. Dios fue muy específico en el pacto: si le escucharan y obedecieran, Él iba a destruir sus enemigos, aunque no les dijo cómo. Después de testificar las plagas, los hebreos sabían muy bien de qué es capaz. Les advirtió que jamás debieran hacer pactos con cualquier pueblo en Canaán, porque si hicieran un pacto con ellos, caerían en la tentación de ser como ellos, con un rey y adorando a dioses falsos. Dios quería ser su rey. Los pueblos que vivían en Canaán ya no eran redimibles: practicaban todo tipo de abominación imaginable contra Dios, sacrificando sus hijos a dioses, participando en orgías, violaciones de la naturaleza, violencia y mucho más. Eran parecidos a Sodoma y Gomorra. Tan solo hay que leer las leyes que Dios les dio a Su pueblo; muchos de ellos ni se debe mencionar, pero Dios fue muy explícito en mandar que nunca participaran en ninguna de estas prácticas horrendas.
Destruir, no asimilar
En vez de hacer pactos con sus enemigos, Dios les instruyó derribar y destruir sus dioses, altares y postes de Aserá. Los hebreos necesitaban mantenerse puros, separados y distintos de los otros pueblos en Canaán. Dios sabía que si hicieran pactos con ellos, su influencia malvada sería demasiado para ellos. Comenzarían a adorar sus dioses, comer de sus sacrificios a tales dioses, participar en celebraciones paganas, hasta dar a sus hijos en matrimonio con sus hijos paganos.
Dios decidió dejar que los hebreos le escucharan hablar con Moisés para que le creyeran que realmente tenía contacto directo con Él. Para lograr este fin, Dios le dijo a Moisés que iba a entrar en una nube densa que cubriría la montaña y dejaría que los hebreos lo escucharan. Continuamos con la historia, leyendo lo glorioso y temeroso momento de presenciar la voz de Dios.
Éxodo 19:16-19: En la mañana del tercer día, una nube muy densa se colocó sobre el monte. Cayeron truenos y relámpagos y se escuchó el fuerte sonido de una trompeta. Todos los que estaban en el campamento temblaron. Moisés llevó al pueblo fuera del campamento para encontrarse con Dios y ellos se detuvieron al pie del monte. El monte Sinaí estaba totalmente cubierto de humo porque el SEÑOR había bajado sobre él entre el fuego. El humo subía como de un horno y todo el monte temblaba. El sonido de trompeta se hacía cada vez más fuerte mientras que Moisés hablaba con Dios y él respondía con truenos.
Relámpagos, truenos, fuego, humo, y una trompeta
Relámpagos, truenos, fuego, humo, una nube muy densa que cubría el monte- todo estos son naturales. Pero sonaba una trompeta tan fuerte que hizo la tierra temblar, junto con los truenos. La trompeta provino de Dios y la gente se asustó por estar en la presencia de Él. Moisés habló con Dios y Él le contestó como con truenos, los cuales Dios le reveló el significado a su mente. Como parte del pacto, continuamos con el momento en que Dios les dio los diez mandamientos.
Los Diez Mandamientos
Éxodo 20:3-4, 7-8, 12-17:
»No adores otros dioses además de mí.
»No hagas para ti ningún ídolo ni nada parecido de lo que hay arriba en cielo, ni de lo que hay abajo en la tierra, ni de lo que hay en las aguas que están debajo de la tierra.
»No jures a la ligera por el nombre del SEÑOR tu Dios, pues el SEÑOR no dejará sin castigo al que jure usando su nombre a la ligera.
»Recuerda el día de descanso y considéralo un día santo.
»Respeta a tu papá y a tu mamá para que tengas una larga vida en la tierra que te da el SEÑOR tu Dios.
»No mates.
»No cometas adulterio.
»No robes.
»No sirvas de testigo falso contra los demás.
»No codicies…
El malentendido de los Diez Mandamientos
Es importante notar que la meta de la ley no es si los obedezcamos perfectamente, nos salvaríamos, sino para mostrarnos nuestra necesidad de un perfecto Salvador, de hacernos anhelar por El Mesías, el único quien nos puede salvar. Además, nadie menos Jesucristo mantenía la ley perfectamente, ni tenía la capacidad para hacerlo.
En los primeros dos mandamientos, Dios nos exige no adorar a otros dioses, ni hacer otro dios. Es fácil decirnos que no adoramos ninguna estatua ni dios hecho a mano. Pero podemos adorar cualquier cosa: la belleza, la salud, una relación, un auto, una casa, dinero, sexo- realmente cualquier cosa que dedicamos mas tiempo y anhelo que a Dios tiene el potencial de convertirse en un dios.
Dios les exigió no asesinar, pero en los próximos años, mataron a muchos en las naciones vecinas. Al matar a los que ocuparon a Canaán, estaban matando los enemigos de Dios, bajo sus instrucciones explícitas, con una justificación moral. Sin embargo, asesinar implica no operar bajo las instrucciones de Dios, sin una justificación moral.
Dios prohibió cualquier acto sexual fuera del matrimonio, no tan solo una aventura. Dios quería que todo acto íntimo, incluso las relaciones, tan sólo acontecieran dentro de matrimonio.
Dios nos exige no robar cualquier cosa, pero tampoco no codiciar, lo cual viene primero. Codiciamos, y luego robamos lo que pertenece a otro.
Chismear, lo cual difama el carácter de otro, también es servir de testigo falso contra otros. Tampoco debemos mantener el silencio cuando nuestro testigo podría ayudar o salvar a otro.
Por favor, no nos hables
Los relámpagos y los truenos eran tan fuertes que el pueblo se asustó y mantuvo su distancia. Por su miedo, le dijeron a Moisés que no querían escuchar a Dios directamente, que Dios se comunicara solamente con Moisés y que él les comunicara lo que dijo. Dios estaba conforme con su pedido, con tal de que escucharan a todo lo que Moisés se lo comunicara y que obedecieran.
Dios quería que Moisés trajera a su hermano Aarón, Nadab, y Abiú (que eran hijos de Aaron y por lo tanto sacerdotes), y a 70 de los ancianos líderes de Israel. Ellos se inclinaron ante El Señor a una distancia, pero únicamente Moisés pudo acercarse, subiendo a El Señor. Terminamos esta devocional leyendo lo asombroso que Dios permitió que vieran.
Vieron a Dios y vivieron
Éxodo 24:10-11: y vieron al Dios de Israel. Bajo los pies de él parecía haber un pavimento de piedras de zafiro tan claro como el cielo. Dios no le hizo daño a ninguno de estos líderes de Israel. Ellos vieron a Dios y comieron y bebieron.
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Había 74 hombres que vieron los pies de Dios ese día, aunque no se atrevieron levantar la vista, ni eran permitidos ver más. Dios los escogió para comer y beber en su presencia, verlo y no morir. En la próxima devocional, veremos la impaciencia de Israel, y cómo rompieron el primer y segundo mandamiento haciendo un becerro de oro para adorar.