¿Quién era Pilato?

Condenó Jesucristo a la muerte y su vida nunca fue lo mismo

Los villanos de la crucifixión

Pilato era el gobernador romano en Judea cuando Jesús vivía y estuvo en Jerusalén para la pascua judía. Era él y no Caifás ni Herodes quien tenía la autoridad verdadera en los ojos de Roma, por lo tanto, los judíos buscaron su autoridad para poder matar a Jesús. Pilato no quería condenarlo, al contrario, les anunció una y otra vez que lo encontró inocente, pero la multitud no quiso escucharlo y lo presionaron para condenarlo. Para complacer a los judíos y tratar de mantener la calma de la muchedumbre, contra su propia voluntad, Pilato autorizó la crucifixión de Jesús. En este artículo, vamos a conocer más sobre este gobernador romano, como intentó ayudar a Jesús, y el gran problema de complacer a la gente en vez de Dios.

Este artículo es parte de nuestra serie de cuaresma, los villanos de la crucifixión. Puedes leer los siguientes artículos en la serie:

 Caifás, sumo sacerdote quien exigió la crucifixión de Jesús.

Judas, seguidor de Jesús quién lo traicionó por dinero.

Herodes, rey y asesino de los judíos

Pilato no quería juzgar a Jesús

Después del juicio ilegal de Jesús en la casa de Caifás, encontrándolo culpable de la blasfemia, los jefes de sacerdotes necesitaban la autorización romano para condenarlo a muerte, así que lo llevaron a ser juzgado por Pilato. Él no quería cuestionarlo y les mandó a llevarlo y juzgarlo ellos mismos, pero le dijeron que necesitaban su autoridad para condenarlo a muerte.  

Pilato lo cuestionó acerca del supuesto crimen, de declararse rey de los judíos. Jesús le respondió que su reino no es de este mundo. Quizás al escuchar eso, Pilato se alivió y pensó que era un loco, pero no un peligro público. En contraste con los demás villanos de la crucifixión (Caifás, Judas, y Herodes), Pilato no sabía de Jesús y no lo había escuchado predicar. Irónicamente, como el único romano, le escuchó e intentó rescatarlo de la muerte. Comenzamos con el texto en que Pilato, para complacer a los judíos, cuestionó a Jesús y discutieron si la verdad existe.

Juan 18:37-38

Entonces Pilato le dijo: —¿Así que eres un rey?

Jesús respondió: —Tú dices que soy un rey. Nací para serlo y vine al mundo para ser testigo de la verdad. Todo el que sea de la verdad, escucha mi voz.

Pilato le preguntó: —¿Qué es la verdad?

Después de decir esto, salió otra vez a hablar con los judíos y les dijo:

No lo encuentro culpable de nada. (Itálicos míos).

El problema de una verdad relativa

Pilato demuestra el problema de no tener sus valores y principios basados en la verdad de Dios. Tenía una actitud que sería aceptada por la sociedad moderna: la verdad es cambiable, el bien y el mal no se distinguen, hay que complacer a los lideres que tengan el poder, y hay que tomar la decisión que sería más provechosa en dicho momento según las circunstancias.

La esposa de Pilato le advirtió que había soñado con Jesús, y se le reveló que era inocente y que no debiera hacer nada en su contra. Aun así, Pilato ordenó que sus soldados azotaran a Jesús, esperando que este castigo satisficiera a los judíos. Seguimos con el texto en que Jesús estuvo en frente de la muchedumbre, sangrando, y Pilato les anunció que Jesús es un hombre inocente, pero la multitud comenzó a gritar que lo crucificara.

Juan 19:4-6

 Pilato salió otra vez y les dijo:

—Miren, aquí lo traigo, para que sepan que yo no encuentro ningún delito en este caso.

Entonces Jesús salió con la corona de espinas y el manto de color rojo oscuro. Pilato dijo:

—¡Aquí está el hombre!

Cuando lo vieron, los jefes de los sacerdotes y los guardias gritaron:

—¡Crucifícalo! ¡Crucifícalo!

Pilato les dijo:

—¡Llévenselo ustedes y crucifíquenlo! Yo no he podido encontrar nada contra él. (Itálicos míos).

Pilato no era inocente

Pilato no es inocente en el complot para crucificar a Jesús. Al final, condenó un hombre inocente a la muerte para complacer a los judíos. Intentó rescatarlo de la muerte; les dijo una a otra vez a los judíos de que, si querían matarlo, que lo llevaran y crucifíquenlo ellos mismos.

No sabemos exactamente por qué Pilato no quisiera participar en condenarlo. Después de todo, había mandado la crucifixión de muchos judíos anteriormente- su puesto era mantener la paz y la ley, castigando cuando fuera necesario. Pero Pilato intentó razonar con los líderes judíos para evitar la crucifixión de Jesús. Aunque se lavó las manos, simbolizando su inocencia en la condenación a la muerte, no era inocente. Fue su autorización y sus soldados quienes lo pusieron en la cruz. 

Trató de no condenar a Jesús

Los lideres judíos le explicaron a Pilato que, según sus leyes (la ley de Moisés), la blasfemia (decir que Él es El Hijo de Dios) era un delito tan grave que Él tenía que morir. Al escuchar su exigencia, Pilato se asustó. A todo costo quería evitar una insurrección y mantener la paz, pero sabía que envidiaban a Jesús y que Él era un hombre inocente.

Pilato cuestionó a Jesús de nuevo, desesperado para que Él dijera algo que lo ayudara no tener que condenarlo, algo tan poderoso que ni siquiera los judíos podían refutarlo. Se frustró cuando Jesús no contestó sus preguntas y le dijo que era él quien tenía la autoridad de vida y muerte. Entonces, Jesús le explicó que no tenía ninguna autoridad que no fuera dada por Dios. Seguimos con este intercambio entre Pilato y Jesús.

Juan 19:9-12

Entró de nuevo al palacio y le dijo a Jesús:

—¿De dónde eres?

Pero Jesús no le respondió.

Entonces Pilato le dijo:

—¿No vas a hablarme? ¿Acaso no sabes que yo tengo la autoridad para dejarte libre o para matarte en una cruz?

Jesús le contestó:

No tienes ninguna autoridad sobre mí a menos que te la haya dado Dios. Por esto, el hombre que me entregó a ti es más culpable que tú.

 Desde ese momento, Pilato trataba de encontrar una manera de dejarlo en libertad, pero los judíos gritaban: —¡Si lo dejas libre, no eres amigo del emperador! ¡Todo el que se hace rey, se opone al emperador! (Itálicos míos).

Pilato tuvo miedo de roma

Los judíos sabían exactamente como asustar a Pilato, amenazando con contarle a Roma que él era un traidor si no hiciera lo que ellos querían. Pilato entró en un lío de lo cual no hubo salida: si dejó a Jesús libre, sería declarar que hubo otra autoridad además que roma, pero si lo entregó a ser crucificado, sabría que era el responsable de la muerte de un hombre inocente.

Pilato intentó razonar con los judíos, pero no resultó. Quería soltar a Jesús, pero la multitud pidió que soltara a Barrabas, un rebelde y asesino. Pilato les dio otra oportunidad para salvar a Jesús de la muerte, defendiéndolo. Continuamos con el texto, leyendo el intercambio entre Pilato y la multitud.

Mateo 27:22-24

Pilato preguntó otra vez:—¿Entonces qué debo hacer con Jesús, al que llaman el Mesías?

Todos dijeron:—¡Crucifícalo!

Pilato preguntó:—¿Por qué? ¿Qué ha hecho de malo?

Pero todos gritaban más fuerte:—¡Crucifícalo!

Pilato se dio cuenta de que no podía hacer nada para cambiar la intención de ellos. Vio que se iba a formar un disturbio, así que agarró un poco de agua y se lavó las manos enfrente de todos y dijo: —Yo no soy responsable por la muerte de este hombre. Allá ustedes. (Itálicos míos).

Sigue complaciendo a los judíos

Después de la crucifixión, José de Arimatea le pidió permiso para llevar el cuerpo y enterrarlo en su sepulcro y Pilato consintió. El día después de la crucifixión, los jefes de los sacerdotes se reunieron con Pilato y le pidieron que pusiera el sepulcro bajo vigilancia. Cuando Caifás se lo pidió, le dio más soldados para el sepulcro, mandando guardias a vigilarlo, además que sellaron la entrada. Con remordimiento por su parte en matar un hombre inocente, Pilato pensaba que con complacer a los líderes, sería el fin, pero fue solo el comienzo.

¿Cómo terminó Pilato?

Según historiadores y la tradición rabínica, no hay concordancia de cómo terminó Pilato. Unos años después de la crucifixión de Jesús, mandaron a Pilato a Roma. Según unos, El Emperador Calígula exigió su muerte y por lo tanto se suicidó. Según otros, la crucifixión de Jesús lo conmovió tanto que él se convirtió en seguidor de Cristo. A ciencia cierta no sabemos cómo terminó, pero me gustaría pensar que se convirtió en un seguidor de Cristo y que lo vamos a conocer algún día en el cielo.  

Actividades para procesar:

Pilato dijo que la verdad no existe, que todo es relativo. ¿Qué opinas de eso? ¿Dónde buscas la verdad cuando no sepas qué hacer?  Si crees que la verdad no es relativa, escribe un poco sobre los valores y principios que siempre son verdaderos.

Evelyn Bou

Empatizo con el caos que el dolor traiga. Sé lo que es tratar de utilizar los recursos disponibles para mejorar, al terminar sintiéndose frustrada y aún más sola. Aprendí tanto sobre el dolor que me convertí en una coach certificada en el duelo y las relaciones, y profesional del trauma, con la esperanza de ayudar y brindándoles apoyo emocional a otras mujeres cristianas.

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