Jacob se enamoró de Raquel, pero se casó con Lea
El tramposo fue engañado
Continuamos nuestro estudio en el libro de Génesis examinado por qué Jacob se enamoró de Raquel, pero se casó con Lea.
Según la tradición rabínica, Rebeca se mantenía en contacto con su hermano Labán a lo largo de los años y arreglaron el matrimonio de sus dos hijos con sus dos hijas. Lea, siendo la mayor de las dos, fue prometida a Esaú, pero Esaú se casó con dos mujeres paganas y luego tomó una tercera. Pero no fue el plan de Dios que Lea se casara con Esaú. Muy pronto, conocerá al hijo menor y su futuro esposo.
Esta devocional es parte de nuestra serie en Génesis. Si no has leído las otras devocionales en la serie, te invito a leer sobre las siguientes temas:
El comienzo: la creación, Adán, Eva, sus hijos Caín y Abel, los hijos de Dios, Noé en el diluvio, y la torre de Babel
La familia de Abraham: Téraj, el padre pagano de Abraham, Abraham, el padre de nuestra fe, el misterioso sumo sacerdote Melquisedec, la visita del Señor a Abraham, Lot, el sobrino de Abraham que vivía en Sodoma, los secuestros de Sara, Ismael, primogénito que no heredó la descendencia de Abraham, Agar, la madre de Ismael, Dios le pidió a Abraham sacrificar a su hijo
La familia de Isaac: la historia de amor de Isaac y Rebeca, los gemelos muy distintos, Esaú y Jacob, Isaac, hijo de Abraham y Sara, y Jacob y no Esaú recibió la bendición del primogénito
La familia de Jacob: la escalera de Jacob
Llegó a Padán Aram
Después de tener su primer encuentro con Dios y hacer un tipo de trato con Él, Jacob continuó su viaje a Padán Aram, todo el tiempo preocupado que Esaú o sus hombres estuvieran escondiéndose detrás de una roca o en una cueva, esperando matarlo. Ansioso para llegar a la casa de su tío, viajó lo más rápido que podía hacia el oriente. Llegó a un campo con tres rebaños de ovejas descansando al lado de una fuente cubierta con una piedra grande. Jacob se acercó a los pastores andando por allí y les preguntó de dónde eran y le contestaron de Jarán. Emocionado con pensar que por fin llegó a su destino, Jacob les preguntó si conocían a Labán y confirmaron que sí, lo conocían.
Mientras platicaba con ellos, Raquel, la hija menor de Labán, vino con las ovejas de su padre. Parece que Jacob quería estar a solas con Raquel, porque les sugirió a los pastores reunir sus ovejas, darles agua y volver a llevarlos a pastar en los campos. Pero no pudo deshacerse de ellos tan rápidamente; le contestaron que no pudieron hacer eso. Raquel llegó con las ovejas; le guste o no, era la encargada de cuidarlas, llevándolas a pastar todos los días mientras aguantaba la charla aburridísima de los hombres. Soñaba despierta de un día cuando su príncipe azul llegaría y la llevaría muy lejos dónde jamás tendría que cuidar ningún animal. Recordamos que Jacob acaba de tener su primer encuentro con Dios y ahora tendrá su primer encuentro con la mujer que será el amor de su vida. Comenzamos la historia leyendo el momento en que Jacob conoció a Raquel.
La conoció y la besó
Génesis 29:10-12: …Cuando Jacob vio a Raquel, fue y movió la piedra de la boca de la fuente y les dio agua a las ovejas. Luego le dio un beso a Raquel y se puso a llorar. Jacob le contó a Raquel que él era pariente del papá de ella y que era el hijo de Rebeca. Entonces Raquel fue corriendo a la casa de su papá a avisarle.
El fanfarrón
Cuando Rebeca conoció al siervo de Abraham, les dio agua a sus camellos. Ahora su hijo movió la piedra grande él solo y les dio agua a todas sus ovejas, aunque los pastores acaban de decirle que no lo hiciera. Jacob estaba siguiendo las instrucciones de sus padres quienes lo instruyeron casarse con una de las hijas de su tío Labán; pues una de ellas estaba llegando y hasta en la distancia, podía ver que era bella. Antes de conocerla, le mostró a su futura esposa lo fuerte que era. Parece que Jacob conoció a Raquel y se enamoró instantáneamente de ella. La besó ya fuera porque se sentía atraído por ella, o porque su viaje fuera largo y estuviera feliz de haber llegado finalmente a su destino, agradecido de estar con su familia extendida. La segunda opción es más probable: es importante notar que en aquella época, los hombres solamente besaban a sus madres o a sus esposas, por lo tanto, podemos suponer que no fue un beso en los labios, sino uno en la mejilla.
Cuando Labán supo que su sobrino estaba allí, corrió a conocerlo, no tanto porque era un buen tipo, sino porque sabía que su hermana se había casado con un hombre muy rico, y quería compartir una parte de su fortuna. Lo dio una calurosa bienvenida, llevándolo a su casa. Jacob le contó sobre su viaje, quizás su encuentro con Dios y la razón por la cual vino así sin nada, que su hermano Esaú quería matarlo, que por nada del mundo pudo regresar a Canaán. A lo mejor, Labán ya había escuchado de cómo era Esaú y simpatizó con su sobrino Jacob. Quizás hasta lo admirara por ser tan astuto y robarle la bendición. Escuchando la historia de Jacob, viéndolo con nada, la mente tramposa de Labán se le encendió. Bajo circunstancias normales, exigiría una dote para el privilegio de casarse con una de sus hijas, pero ahora se cambió de idea. Le dio otro abrazo y le invitó a quedarse en su casa el tiempo que quería. Continuamos con la historia, leyendo la oferta que Labán le hizo a Jacob, dejándole pensar que estaba saliendo con la ganga del siglo.
Labán engaña a Jacob por la primera vez
Génesis 29:15-19: Un día Labán le dijo a Jacob:—No está bien que sigas trabajando para mí sin recibir pago a cambio. Tú eres mi pariente, no mi esclavo. Dime, ¿cuánto debo pagarte?
Labán tenía dos hijas. La mayor se llamaba Lea y la menor Raquel. Lea era de ojos tiernos pero Raquel era linda y tenía un cuerpo hermoso.
Jacob amaba a Raquel, así que dijo: —Trabajaré para ti durante siete años si dejas que me case con Raquel, tu hija menor.
Labán dijo: —Es mejor que te cases con ella y no que ella se case con cualquier otro hombre. Así que quédate conmigo.
¿Una fea y una bella?
La tradición rabínica contiene varias teorías sobre Lea y Raquel. La idea de que Raquel era hermosa y que Lea era fea podría ser exégeta o no una traducción precisa. Es posible que fuera más preciso que Lea tuviera mala visión, no tanto que fuera fea. Si Lea no veía bien, entonces era un rasgo que tendría que compensar por ello u ocultarlo.
Siete años eran demasiado por un dote
El salario de siete años que un siervo ganaría era mucho más que el dote requerido. Parece un tonto por ofrecérselo a su tío tanto, y Labán no pudo resistir una oferta tan tentador. Tenemos que recordar que, en Canaán, Jacob jamás hizo trabajo duro manual, sino que ayudaba con la administración del negocio de su padre. Pero para casarse con Raquel y quedarse lejos de Esaú, propuso hacer el trabajo de siervos. Por la oferta que su tío le hizo, sabemos que aunque no tenía experiencia trabajando, trabajaba bien y su tío lo reconoció. Es probable que además de laborar, Jacob le trajo algo de su experiencia de administración de negocios, una habilidad que un simple siervo no tendría.
No tengo dinero ni nada que dar
No tenía nada, ni dinero, ni casa, y todo por haber engañado a su padre y enfadar a su hermano; tan solo recibió comida y donde dormir durante siete años. Si no fuera así, pudiera haber regresado a Canaán y volver con una dote aun más impresionante a lo que ofrecieron para Rebeca. Como sus padres lo mandaron a Labán especialmente para casarse con una de sus hijas, es incomprensible que no lo enviaran con nada, aun en el caos de la huida. Así que Jacob trabajó siete años, cada día levantándose temprano con una sonrisa, soñando el día en que se despertaría con Raquel a su lado.
Tenemos que recordar que en aquella época, nunca había un momento en que dejaron a solas a los prometidos. Esto tendrá importancia más adelante cuando tratamos de entender como Labán logró engañar a su sobrino; Jacob realmente no conocía a las hermanas, sino que percibió que Raquel fuera la más guapa. Jacob no estaba pensando en las promesas de Dios, que Raquel sería una madre ejemplar para sus descendientes, sino que era guapa y quería una esposa bella. Mientras cuidaban a los rebaños, soñaba en cómo sería su vida con Raquel a su lado, los muchos niños que tendrían, y que algún día regresaría a Canaán para estar con sus padres de nuevo. Pero eso no fue el plan de Dios.
El tiempo se acabó
No sabemos con certeza cuántos años Jacob tuviera, pero si Esaú tenía 40 años cuando se casó con dos mujeres antes de la huida de Jacob, Jacob tendrá alrededor de 47 años cuando los siete años terminaron. Cuando cumplió el tiempo de trabajar para el dote, Jacob le pidió a su tío Labán que le diera a Raquel, tal y como había prometido. Labán les dio una fiesta de bodas muy grande. Debiera haber sido el día más feliz de sus vidas. Pero no lo fue. Continuamos con la historia, leyendo cómo Labán engañó a Jacob en la noche de boda, muy similar a como Jacob había engañado a su padre Isaac.
Labán engaña a Jacob otra vez
Génesis 29:23, 25-27: pero, por la noche, Labán le llevó a su hija Lea, y Jacob tuvo relaciones sexuales con ella. …A la mañana siguiente Jacob se dio cuenta de que se había acostado con Lea y entonces le dijo a Labán: —¿Por qué me hiciste esto? Trabajé muy duro para casarme con Raquel. ¿Por qué me engañaste?
Labán respondió: —En nuestro país no se permite que la hija menor se case antes que la hija mayor. Cumple con la semana de celebración de bodas y también te daré a Raquel para que te cases con ella, si trabajas otros siete años para mí.
Si trabajas otros siete años para mí
Quizás fuera cierto que la mayor siempre tenía que casarse antes de la más joven, pero si fuera así, ¿por qué Labán no se lo comunicó en todos estos años? ¿Por qué Labán no le dio Lea a otro? El texto no nos dice, pero quizás en la descripción de ella nos da la clave, que quizás no veía bien y ningún pretendiente se presentó por esta discapacidad, quizás pensando que tampoco sería saludable y tendría problemas en tener hijos. Cada vez que pensó en todo el trabajo que iba a hacerle por gratis, no pudo resistir sonreír. El estafador fue vencido por el estafador maestro.
Las hermanas participaron en el engaño
Engañar a Jacob no era totalmente la culpa de Labán: sus hijas también tenían sus papeles. Es probable que Labán les hiciera saber sus intenciones antes de la ceremonia de la boda e hizo que aceptaran engañar a Jacob. Aunque estaban inconformes, tenían que obedecer la voluntad de su padre. Por su comportamiento más adelante, parece que Lea realmente lo amaba, pero Raquel era algo indiferente. En la boda, la novia siempre era cubierta con un velo hasta el momento de estar a solas con su marido. Cuando llegó la noche, trajeron a Lea, cubierta en un velo, a la nueva tienda de Jacob y Raquel. El siervo más leal a Labán aseguró que no había lámparas, estaban en la oscuridad total. Además, Jacob tomó en la fiesta y a lo mejor estuviera algo borracho, lo cual ayudó que el engaño funcionara. Y allí, pensando que era Raquel, la hizo suya.
Una sorpresa muy desagradable
La mañana siguiente, Jacob se despertó y recibió la sorpresa de la vida: fue Lea y no su amor durmiendo a su lado. Confundido, se cubrió, le preguntó qué estaba haciendo allí, y Lea, esperando que él se enfadara, no sabía qué decirle. De repente, Raquel, con los ojos rojos de llorar, entró en su tienda y le confesó todo a Jacob, que su padre tenía la culpa. Todavía incrédulo, Jacob se vistió rápidamente y fue en busca de su tío, exigiéndole una explicación. Al descubrir el engaño de su tío, ¿Por qué no devolvió a Lea? Labán aseguró que esto no pasaría, que Jacob se acostara con ella. En aquel entonces, después de consumir el matrimonio, ya era demasiado tarde para devolver la novia.
Jacob nunca tenía la intención de casarse con ambas hermanas, y tampoco trabajó siete años para Lea y siete para Raquel, sino trabajó 14 años por Raquel. Tal y como Esaú era un obstáculo en recibir la bendición del primogénito, Lea era un obstáculo a lo que Jacob quería, la bella Raquel. En vez de disfrutar de su primera semana juntos, Jacob tenía que pasar toda la primera semana con una mujer que no amaba. La primera semana parecía durar una eternidad, pero por fin Jacob y Raquel se casaron, pero no fue la gran fiesta que tuvieron la primera vez. Terminamos la historia, leyendo la noche de bodas tan esperada.
La boda más esperada
Génesis 29:30: Entonces Jacob tuvo relaciones sexuales también con Raquel. Él amó a Raquel más que a Lea y trabajó para Labán otros siete años.
Él amó a Raquel más
El texto no nos dice que Jacob no amaba a Lea, sino que amaba más a Raquel. Como veremos más adelante, Lea le dará muchos hijos, y quizás sentía amor por ella por ser la madre de sus hijos. Pero quien lo atrajo era Raquel, la que tenía su corazón. Después de casarse con Raquel, tenía que dividir su tiempo entre su amada y la otra. Como veremos más adelante, parece que Jacob fue engañado por la belleza de Raquel. Era una mujer de mala carácter, sin embargo, Jacob la amaba, aparentemente a pesar de sus exigencias y caprichos.