José interpretó los sueños del faraón

De esclavo prisionero al segundo más poderoso en Egipto

Después de interpretar los sueños del panadero y copero, nada cambió para José, siguió en la cárcel por dos años más y se sentía muy olvidado. Pero una noche, el faraón tuvo dos sueños que le perturbaron. Aunque consultaron sus libros y los dioses, ninguno de sus magos y sabios podrían interpretarlos, o por lo menos, con la exactitud que el faraón exigió. Los egipcios en aquel tiempo enfatizaron mucho el significado e importancia de los sueños.

El jefe de los coperos se acordó de José; le contó al faraón que había un joven hebreo que conoció mientras estaba en la prisión que le había interpretado sus sueños y los del panadero, y que todo había acontecido exactamente tal y como predijo. Asumió que José todavía estaba en la cárcel, y efectivamente, Dios lo mantuvo allí por ese preciso momento. De inmediato, en un momento de desesperación, el faraón mandó que trajeran a José ante él. Después de un rapidito cambio de ropa y afeitarse, José se presentó ante el faraón y sus magos y sabios.

Esta devocional es parte de nuestra serie en Génesis. Si no has leído las otras devocionales en la serie, te invito a leer las siguientes:

El comienzo: la creación, Adán, Eva, sus hijos Caín y Abel, los hijos de Dios, Noé en el diluvio, y la torre de Babel

La familia de Abraham: Téraj, el padre pagano de Abraham, Abraham, el padre de nuestra fe,  el misterioso sumo sacerdote Melquisedec, la visita del Señor a Abraham, Lot, el sobrino de Abraham que vivía en Sodoma, los secuestros de Sara, Agar, la madre de Ismael, Ismael, primogénito que no heredó la descendencia de Abraham,

La familia de Isaac: Isaac, hijo de Abraham y Sara, Isaac-esperado, envidiado y engañado, Dios le pidió a Abraham sacrificar a su hijo,  la historia de amor de Isaac y Rebeca, la matriarca Rebeca, los gemelos muy distintos, Esaú y Jacob,  Jacob y no Esaú recibió la bendición del primogénito  ¿Quién era Esaú?

La familia de Jacob: la escalera de Jacob, Jacob se enamoró de Raquel, pero se casó con Lea, Raquel, la amada de Jacob,  la rivalidad entre Raquel y Lea, Lea, Raquel, Bilhá, ¿Quién era Labán? Labán era el maestro de estafadoresLabán persiguió a Jacob y hicieron un pacto, Jacob se reunió con EsaúJacob luchó con Dios

Los hijos de Jacob: la violación de Dina, José el soñador, Judá y Tamar, José fue vendido, Potifar y su esposa, José en la cárcel

Comenzamos la historia, leyendo los sueños del faraón.

Los sueños del faraón

Génesis 41:15-24: El faraón le dijo: —Tuve un sueño y no hay quién me lo pueda interpretar, pero he oído que cuando tú escuchas un sueño, lo puedes explicar.

José le respondió al faraón: —¡Yo no puedo! Pero tal vez Dios se lo pueda explicar.

Entonces el faraón le contó: —En mi sueño estaba yo parado al lado del río Nilo. De repente, del río salieron siete vacas gordas y hermosas que se pararon a pastar. Después salieron del río otras vacas que se veían muy mal, feas y flacas. Nunca he visto vacas tan feas en todo Egipto. Luego las vacas flacas y feas se comieron a las primeras siete vacas, las gordas. Pero no se les notaba que se habían comido a las otras vacas ya que seguían estando igual de flacas y feas. En ese momento me desperté.

»Después vi en mi sueño que había siete espigas de trigo, llenas y hermosas, que crecían en un mismo tallo. Después crecieron siete espigas secas y quemadas por los vientos del este.  Luego las espigas secas se tragaron a las espigas llenas y hermosas. Les conté esto a mis magos y nadie me pudo decir su significado.

Dios se lo pueda explicar

Notamos que José no tomó el crédito para poder interpretar los sueños, sino le dijo que él no podía, pero Dios sí. El chico que hizo alarde de los sueños que tuvo ante sus hermanos fue reemplazado por un hombre sabio y humilde. En decir la verdad, tomó el riesgo de enojar al faraón o hacerle echarlo en la cárcel de nuevo, pero José era firme en su fe y todavía después de tanto tiempo en la cárcel, sin esperanza de salir, continuó fiel a Dios. José le explicó al faraón que los dos sueños eran uno mismo, que Dios le mandó este sueño para advertirle exactamente lo que iba a llegar. Le explicó que la repetición de siete vacas y siete espigas significaban un tiempo de siete años de abundancia y las siete vacas flacas y feas y siete espigas quemadas son siete años de escasez que seguirán los siete años de abundancia. La escasez será tan severa que, si no planean bien, destruirá el país. No podrán escapar a otras regiones y pedirles comida porque afectará todo el área, tanto Egipto como Canaán y más allá. José pensaba rápidamente y además de compartir el mensaje que Dios le reveló a través del sueño, le propuso un plan para salvarlos. Continuamos la historia leyendo el plan que José le sugirió al faraón.

El plan de José

Génesis 41:32-36:  »Y el significado de haber tenido dos sueños repetidos es este: Dios ya decidió que va a hacer esto y todo va a comenzar a suceder muy pronto. Entonces el faraón debe buscar un hombre sabio e inteligente para ponerlo a cargo de Egipto. Después el faraón debe asignar gente que recoja una quinta parte de lo que produzca Egipto en los siete años de abundancia.  Deben recolectar toda la comida de estos años buenos que vienen, almacenar el grano bajo el control del faraón en ciudades determinadas y cuidarlo. Esta comida va a ser una reserva para el país para los siete años de escasez que caerán sobre Egipto. De esta manera no se destruirá el país.

El faraón debe buscar un hombre sabio

Tenemos que recordar que el faraón era el soberano, cuya palabra era ley, pero aun así, no se ofendió al atrevido consejo de un prisionero extranjero. José propuso algo que no sería popular dentro de los egipcios: aumentar los impuestos del trigo por 20%. La gente estaba viviendo en abundancia ¿para qué imponer más impuestos por un futuro distante? Seguramente, había muchas personas que no estaban de acuerdo con más impuestos, sea lo que sea la razón. Sin embargo, después de escuchar la interpretación y el plan que José propuso, ambos el faraón y sus consejeros aprobaron la propuesta. El faraón estaba muy impresionado con el Dios de José. Es muy posible que Potifar estuvo allí, secretamente orgulloso del plan que su antiguo esclavo brillante creó tan rápidamente. Lo que aconteció después cambió la vida de José y la trayectoria del pueblo hebreo para siempre. Continuamos con la historia, leyendo el plan del faraón.

Tú estarás a cargo de mi palacio y toda mi gente obedecerá tus órdenes

Génesis 41:39-41: Entonces el faraón le dijo a José: —Como Dios te ha mostrado todo esto a ti, no existe nadie más sabio e inteligente que tú.  Tú estarás a cargo de mi palacio y toda mi gente obedecerá tus órdenes. El faraón será el único con más poder que tú….—Mira, te he puesto a cargo de toda la tierra de Egipto.

De esclavo prisionero al segundo al cargo de Egipto

José no sabía que su vida iba a cambiar; pudiera haber resultado que después de interpretar los sueños, el faraón le devolvió a la cárcel para pudrir hasta la muerte. Aunque se sentía olvidado, las habilidades que aprendió tanto en la casa de Potifar como en la cárcel, junto con su fe en Dios, hizo que José era el único adecuado para la tarea pendiente. El hecho de que el faraón le sometió todo a José parece un milagro. No lo conocía, pero no necesitaba conocerlo sino confiaba en lo que percibió: el espíritu de Dios en José. De cuál dios, no sabemos. Quizás sentía honrado compartir su reino con otro que tenía el espíritu divino, a fin de cuentas, el faraón era considerado el Oros Vivo, o sea, una encarnación del dios Oros.

El texto no nos dice, pero es fácil imaginar que el supuesto crimen de José fuera perdonado y borrado, quizás aun declarado que estuvo en la cárcel bajo una acusación falsa. Aunque Potifar se avergonzó con algo que ya sabía que era la verdad, lo forzó a examinar más a fondo la acusación de su esposa y decidir qué hacer con ella, divorciarla o algo aun peor.

José tuvo un nuevo estilo

Para mostrar que estaba hablando en serio, el faraón se quitó su anillo real y se lo colocó en la mano de José, lo cual probablemente usaba para sellar y firmar en nombre del faraón, dándole mucho poder y autoridad. Lo vistió con ropa fina y con una cadena de oro. Le dio su propia carroza real, y de ahora y adelante, lo puso a cargo de toda Egipto, el segundo más poderoso en toda la tierra. De un día para el otro, salió de la cárcel y entró en un mundo rico, quizás viviendo en el palacio mismo.

Guapo, rico y todavía humilde

José tenía 17 años cuando fue vendido en esclavitud, y el texto nos dice que tenía 30 años cuando comenzó a servir al faraón. El faraón pensó que necesitaba un nombre egipcio y le cambió el nombre a Zafenat Panea. También pensó que necesitaba una esposa, y lo casó con Asenet, la hija de Potifera, un sacerdote de los muchos dioses de Egipto. El texto no nos dice nada más sobre ella, si su adoración de los dioses previno que los dos se entendieran, o si José pudo convencerla que estaba viviendo en las tinieblas y le habló sobre el único Dios.

De todos modos, durante los años de abundancia, José y Asenat tuvieron dos hijos, Manasés y Efraín. Cuando su primogénito Manases nació, José dijo, «Dios me hizo olvidar todos mis sufrimientos y a la familia de mi papá». Cuando Efraín nació dijo: «Dios me ha dado hijos en la tierra en que he sufrido». ¿Realmente pudo olvidar de todo lo que sufrió, incluso ser vendido en esclavitud por sus hermanos? Creo que lo que estaba diciendo es que aunque jamás olvidaría el sufrimiento, en comparación con su propósito en la vida ahora, con una esposa y dos hijos, lo que sufrió se difumó.

José viajaba por todo Egipto durante los siete años de abundancia, poniendo un sistema de juntar una quinta parte de toda la comida y almacenarla en distintas ciudades en alto y bajo Egipto. A lo mejor a veces viajaba con su antiguo amo, Potifar, pero ahora tenía que obedecer a José; me imagino que en privado, Potifar le pidió disculpas por haberlo echado en la cárcel. Como en la casa de Potifar tanto como en la cárcel, José tenía éxito en desempeñar su plan. Continuamos con la historia, leyendo lo exitoso que era en coleccionar y almacenar el alimento, todo con la guía y ayuda de Dios.

Tanto trigo como la arena del mar

Génesis 41:49: Entonces José almacenó mucho trigo, tanto como la arena del mar. Había tanto que dejó de medirlo, porque no se podía medir.

Abundancia a hambruna

Los siete años de abundancia pasaron rápidamente; ahora no había lluvia y las aguas del Nilo bajaron. El sol quemó las cosechas y murieron. La tierra era tan seca que ninguna cosecha crecería. Para los egipcios, la quemadura era como la rabia derramada de Ra, dios del sol, por algún error que cometieron. El texto no nos dice, pero es fácil imaginar que todos fueron muy amables con José durante los años de abundancia, pero durante la hambruna, aun con comida de más, le echaron la culpa a José, que todo fue culpa de él por no adorar a sus dioses. No leemos que el faraón lo forzó a adorar a sus dioses tampoco.

Pero Dios no le envió a José a Egipto para salvar tan solo a los egipcios, sino para salvar a su pueblo. Continuamos con el final de esta historia, leyendo como la buena preparación de José salvó a los egipcios y mucha gente en la región de una hambruna muy severa.

Vayan a ver a José, hagan lo que él les diga

Génesis 41:55-57: Cuando la comida empezó a escasear en toda la tierra de Egipto, la gente comenzó a implorar pan al faraón. El faraón les dijo: «Vayan a ver a José, hagan lo que él les diga».

Cuando la escasez se esparció por todo el país, José abrió sus bodegas y comenzó a venderles trigo a los egipcios. La escasez era muy grande en todo Egipto. Gente de todo el mundo fue a Egipto a comprarle trigo a José, ya que era muy grande la escasez en todo el mundo.

El faraón confiaba totalmente en el hebreo

Después de imponer un impuesto de 20%, José no les dio a los egipcios una porción del trigo, sino que tuvieran que comprárselo, lo cual enriqueció al faraón y empeoró a los egipcios. Me imagino que hubiera algunos que se quejaron del incremento en los impuestos y luego tener que comprar lo que ya tenían que dar. Pero sin este sistema, todos hubieran muerto en la escasez. Los egipcios no eran los únicos que compraron el trigo, venían personas de toda la región después de escuchar que por alguna razón, había trigo en Egipto. El faraón no le refirió a José como Zafenat Panea, sino José, lo cual me dice que el faraón lo aceptó tal y como era, un hebreo, y no lo forzó a cambiar. El faraón le instruyó a la gente hacer lo que José les dijera, confiaba totalmente en José. Con la ayuda del hebreo, el faraón se enriqueció muchísimo, tomando la ventaja de la escasez. En la próxima devocional, leeremos más sobre la nueva familia de José y lo que acontecerá con su familia de origen.

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