La esposa virtuosa
El mero mero
Mi marido es muy conocido en esta ciudad. Es el presidente de su empresa, es un asesor al alcalde, y muchas personas vienen a nuestra casa buscando su consejo. Confío en que él guiará a nuestra familia hacia una relación más profunda con Dios. No siempre fue como así, créeme, hemos enfrentado bastantes problemas, pero lo hicimos juntos. Pero incluso durante los tiempos difíciles, Dios los usó para crecer nuestra fe en Él y confiar más entre nos.
Mi esposo siempre dice que él y yo somos uno. Incluso si no lo dijo, su comportamiento me dice que me ama. Confía en mí, me habla de su trabajo, e incluso me pregunta mi opinión. Tomamos decisiones importantes juntos, pero me someto a su guía y liderazgo.
Más que joyas
Para nuestro último aniversario, me compró un collar con todas las piedras de nacimiento de nuestros hijos. Él dijo: "Vales más que todas las joyas del mundo. ¿Dónde estaría sin ti?" Nunca olvidaré ese momento. Hemos peleado, pero decidimos al principio de nuestro matrimonio que nunca nos haríamos daño con nuestras palabras o acciones. Eso significa pensar antes de hablar, nunca insultarnos la una al otro, y tomar un descanso de la discusión si estamos demasiados enojados. Y sabíamos antes de casarnos que ninguno nunca diría divorcio, pase lo que pase.
Bien Alimentado
Preparo el desayuno para todos, incluso para las señoras que me ayudan con las tareas diarias. Son como de la familia y las amamos. Paso mucho tiempo en la cocina haciendo comida deliciosa y saludable para mi familia. Nos reunimos alrededor de la mesa, oramos y disfrutamos poniéndonos al día. Alrededor de la mesa es donde nos animamos y compartimos nuestras luchas y victorias.
A veces siento la presión societal de trabajar fuera de la casa más y dejar los quehaceres a las señoras, pero nadie puede cuidar de mi familia como yo. Mi valor tiene su raíz firmemente plantada en ser hija de Dios, y no en ser ama de casa. Mis hijas están aprendiendo a mantener un hogar y cocinar también.
Invertir en el futuro
Invertimos en nuestro futuro. Planificamos y ahorramos; nada nos toma por sorpresa. Estamos preparados para una hambruna, una sequía, una pérdida del empleo, cualquier cosa. También soy un inversionista de bienes raíces. Compro un terreno, y la compañía de mi esposo construye casas en él. De hecho, encontré y compré el terreno en el que construimos nuestra casa.
A veces compro una parcela de tierra para sembrar. ¡Me encanta cultivar mi propia comida para mi familia! No hay nada como los vegetales y frutas de cosecha propia. Incluso he cultivado uvas, y hemos hecho vino. Vendo algunos de nuestros productos en el mercado local de agricultores.
Morado es hermoso
¿Cuál es tu color favorito? Bueno, la mía es morada. Parece que la ropa comprada en la tienda en estos días no dura mucho tiempo, así que coso la ropa de mi familia, el lino para el verano y la lana en el invierno. Aquí durante el invierno hace frío, así que hago abrigos y edredones, también. ¡Incluso tengo un abrigo morado! En el invierno, a nuestra familia le encanta envolverse en edredones de lana púrpura y mirar la nieve desde las ventanas de nuestra sala de estar, compartiendo algunos bocadillos y cantando. El frio no nos preocupa, estamos calentitos. También vendo parte de la ropa en el mercado de agricultores.
Servir a los necesitados
Cada semana, soy voluntaria en el refugio para los desamparados. He hecho eso por mucho tiempo, y he llegado a conocer a algunas de las personas. Me cuentan cómo terminaron en el refugio, y mi corazón se rompe. Oramos, y yo rezo por ellos. Veo cómo la gente los trata, es vergonzoso. Son oprimidos y odiados simplemente por ser pobres.
Confía en mí
Nuestros hijos no son perfectos. A veces se meten en problemas y luchan con la tentación del pecado al igual que todos nosotros. Una cosa que me encanta de mi relación con mis hijos es que me hablan. Saben que pueden decirme la verdad, y no me enojaré ni los castigaré. Los ayudo a tomar decisiones difíciles. Quiero que mis hijos amen al Señor y que algún día tengan matrimonios pacíficos y felices. Si piensan que tienen que ocultarme cosas, no podría ayudarlos.
Belleza interior
Mi esposo me dice todo el tiempo la hermosa que soy. Pero, la verdad sea dicha, no soy bella. Y dar a la luz a cinco niños, bueno, eso es difícil para el cuerpo. Pero creo que ser atractiva no es tan importante para mí como era. Hay una belleza que viene de dentro, de amar bien, de ser amable y generoso. Y ese es el tipo de belleza que quiero: una familia bien amada y amada por Dios.
Bendita
Mi esposo no espera hasta una ocasión especial para decirme cuánto me aprecia, ¡y tampoco lo hacen mis hijos! Tienen un apodo para mí: "¡Bendita!". Mis hijos se van a la escuela por la mañana, (¡con un almuerzo casero!) besan mi mejilla y me susurran: "¡Bendita!" al oído.
Levantarme con el sol
¿Te preguntas cómo encuentro el tiempo para hacer todo lo que hago y estar allí para mi familia? Bueno, no es fácil. Me levanto temprano y me acuesto tarde. Siempre he sido muy trabajadora. Todos los días, me levanto a las 5:00 am, ¡así es! Quiero pasar un tiempo tranquilo con Dios antes de que el día se ponga demasiado ocupado. Pero amo mi vida. Lo admito, hay noches en las que me derrumbo en nuestra cama calientita con mi marido. Sabiendo que estoy haciendo la voluntad de Dios, amando y cuidando a mi familia, hace que cada momento valga la pena.
(Adaptado de Proverbios 31:10-31)
Preguntas para procesar
1. Hace una lista de las cualidades de la esposa virtuosa. ¿Cuál de todas admiras más?
2. ¿En que maneras es tu vida como la de la mujer en Proverbios 31? ¿En que maneras es diferente?
3. Escribe una cualidad de la mujer virtuosa que quisieras desarrollar. ¿Cuál sería el primer paso en desarrollar esta cualidad?