Las muchas mujeres del Rey David
Las muchas mujeres y los muchos problemas que le trajeron al rey
No sabemos cuántas esposas y concubinas el Rey David tenía, pero había por lo menos ochos esposas y diez concubinas. En este estudio, vamos a repasar algunas de las historias sobre las mujeres de David y los dolores de cabeza que ambos se causaron.
Mucho drama de mamá
En 2 Samuel 3, el autor del mismo nombre nos da los nombres de unas de las esposas e hijos de David. Además de Mical, había Ajinoán, Abigail, Macá, Jaguit, Abital, Eglá, y Betsabé. El texto no da más detalles sobre esas esposas, con la excepción de Mical, Abigail, y Betsabé, la más famosa de las esposas del rey.
Mical, la primera, pero no la última
Recordamos que Saúl le prometió al hombre que mató a Goliat casarse con una de sus hijas. De alguna forma, Saúl se enteró de que Mical estuviera enamorada de David. Comenzamos la historia de Mical leyendo cómo Saúl pensó usar los sentimientos de Mical para atrapar a David.
Atraparé a David por medio de Mical
I Samuel 18:20-21: Mical, la otra hija de Saúl estaba enamorada de David. Cuando Saúl lo supo, le agradó la noticia, y pensó: «Atraparé a David por medio de Mical. Se la daré en matrimonio y luego dejaré que los filisteos lo maten». Así que Saúl habló con David de nuevo:
—Puedes casarte con mi hija hoy mismo.
Una dote asquerosa
Probablemente David tenía muy poco trato y conversación con Mical. La joven Mical estaba encaprichada con la idea de él, tan valiente, con una voz tan bonita, con manos tan hábiles al tocar el arpa. En ese entonces, era costumbre que el novio pagaba una dote al padre de la joven. Saúl le comunicó que no se preocupara, que lo único que quería como dote era 100 prepucios filisteos. ¡Qué dote más asquerosa y extraña! Con un pequeño grupo de hombres, mataron a 200 filisteos, circuncidando a cada uno, añadiendo su prepucio a una bolsa sangrienta.
El texto dice dos veces que Mical amaba a David, pero nunca dice que él le correspondía. Como no le quedó de otra, Saúl le entregó Mical a David, y se casaron. Después de la boda, Mical averiguó que su padre planeara matar a su marido. Continuamos con la historia de Mical, leyendo lo que hizo por el hombre que amaba.
¡Vete ya mi amor!
I Samuel 19:11-13: Saúl envió hombres a la casa de David para que vigilaran su casa toda la noche. Planeaban matarlo en la mañana, pero Mical, la esposa de David, lo puso sobre aviso diciéndole: «Si no escapas esta noche y te pones a salvo, mañana serás hombre muerto». En seguida Mical lo ayudó a escapar por una ventana, y así salió huyendo. Luego tomó un ídolo familiar y lo vistió, lo puso en la cama y le puso un tejido de pelo de cabra en la cabeza.
No te preocupes, tengo un ídolo que parece a ti
Mical le convenció a escaparse esa misma noche; aunque no quería que se fuera, tampoco quería ser viuda. Por fin David se acordó, y Mical lo ayudó a salir por una ventana sin ser visto, escapando al silencio de la noche. Después, el texto dice que hizo algo curioso: tomó un ídolo familiar, lo vistió, y lo metió en su cama. Tenemos que preguntarnos de dónde sacó un ídolo, cómo lo escondió por tanto tiempo, y si creyera en Dios. A la mañana cuando los hombres vinieron a la casa preguntándole por David, Mical les señaló la cama, diciéndoles que se callaran, que David estaba enfermo, que regresaran otro día. Los matones la creyeron y se fueron, pero Saúl los envió de nuevo a sacar a David de la cama. Cuando se enteró del engaño de su hija, Saúl se puso furioso, pero el texto dice que Mical le mintió, diciéndole que su esposo la amenazó de muerte si no lo dejaba escapar. Como veremos, su lealtad duró poco tiempo.
Devuélveme a mi esposa Mical
Pasaron los años y David no hizo nada para volver con Mical. A lo mejor ella se enterara de que Saúl le dio a un hombre llamado Paltiel y decidió no perseguirla. Quizás Mical esperara años para que su primer amor volviera y la llevara con él. Pero esto nunca ocurrió. Después de la muerte de Saúl y el fracaso del príncipe Isbaal como rey, Abner hace un pacto con David para ponerlo en el trono sobre todo Israel. Antes de establecer un pacto con Abner, David pone la condición de que tenga que devolverle su primera esposa.
Aun reunidos, no parecen muy felices. Años después, David, con unos levitas y todo el pueblo de Israel, trajo al cofre del pacto del Señor a Jerusalén. Llevó un efod de lino y danzó ante la presencia del Señor. El texto dice que Mical no estaba nada contenta con su marido el rey bailando entre la chusma. Terminamos la historia de Mical viendo lo que tal vez fuera el fin de la relación entre Mical y David.
Sintió desprecio por él
2 Samuel 6:16, 20-23: Cuando el cofre del SEÑOR entró en la ciudad, Mical hija de Saúl se asomó por la ventana y al ver a David saltando y danzando ante el SEÑOR, sintió desprecio por él.
Cuando David volvió para bendecir a su familia, Mical salió a recibirlo, y le dijo:
—¡El rey de Israel no se vio nada bien hoy, desnudándose como un tonto y un cualquiera frente a las esclavas de sus oficiales!
Entonces David respondió:
—El SEÑOR me eligió a mí para ser líder de Israel, el pueblo del SEÑOR. No eligió a tu papá ni a nadie de su familia. Así que seguiré bailando y celebrando delante del SEÑOR, y a lo mejor hasta haga cosas más humillantes. Tal vez tú no me respetes, pero las esclavas de las que hablas sí estarán orgullosas de mí.
Y Mical hija de Saúl murió sin haber tenido hijos.
Mical hija de Saúl murió sin haber tenido hijos
¿Por qué Mical sintió desprecio por David cuando lo vio danzando ante el Señor? Es interesante que el texto identifique a Mical como la hija de Saúl, pero no como la esposa de David. Recordamos que ni Mical ni su padre eran muy espirituales. Para Mical, danzar entre el pueblo no fue comportamiento digno de un rey ni de una reina. No sabemos si las demás esposas estuvieran de acuerdo con ella, pero, por su respuesta, David quería que Mical supiera que acaba de cruzar una línea, que había muchas más mujeres que lo apreciaban y respetaban.
Posiblemente Mical estuviera enojada con David por separarla de Patiel, o, quizás estuviera lastimada por tener que compartirlo con tantas y ya no lo aguantara. El texto no dice cómo Mical reaccionó a esto, pero nos dice cómo terminó su relación: Mical jamás le dio un hijo a David, a lo mejor porque él jamás se acostara con ella después de reprocharle.
Abigail
Mientras vagaba por el desierto con sus hombres, David le pidió comida a Nabal, un hombre rico pero tacaño e insensato, casado con la bella y sabia Abigail. Cuando David se entera de que Nabal no le dará nada, jura matarlo a él y a todos los hombres de su familia. Un empleado de Nabal averigua que David venga en camino con 400 de sus valientes y le advierte a Abigail lo que vaya a suceder si no haga nada para impedirlo.
Abigail reaccionó de inmediato, tomando mucha comida, y fue a encontrarse con David y sus hombres, con la esperanza de impedir una tragedia. David, junto con 400 de sus valientes, se acercaron a Carmel. El texto dice que cuando Abigail llegó, se desmontó del asno y se postró en frente de David, arrojándose a sus pies. Aun siendo una mujer rica y bella, sabe humillarse; su humildad y sabiduría salva a su marido, no su belleza. Con valentía, el texto dice que Abigail se culpó por lo que pasó, que no sabía que sus hombres vinieran y pidieron comida. Tomó la culpa por su marido, esperando que el castigo que David le daría sería menos severo. Continuamos con la disculpa de Abigail.
En realidad, es un hombre insensato
I Samuel 25:25-31: Yo no vi a los hombres que usted mandó. No ponga atención al insensato de Nabal, que bien le hace honor a su nombre, que significa insensato. En realidad, es un hombre insensato. El SEÑOR ha evitado que usted mate gente inocente. Tan cierto como que el SEÑOR y usted viven, que a sus enemigos y a todos los que quieran hacerle daño les pase lo mismo que a Nabal. Su servidora le ha traído este regalo para que les dé a sus hombres. Le ruego que perdone mis faltas. Ciertamente el SEÑOR fortalecerá a su familia porque usted pelea las batallas a favor del SEÑOR. Nunca en su vida será usted hallado en falta. Si alguien lo persigue para matarlo, protegerá su vida como algo precioso para él. Pero a sus enemigos los tirará lejos como piedra de honda. Cuando el SEÑOR cumpla lo que le prometió, lo hará a usted líder de Israel. Cuando eso suceda, ¿querrá usted tener el recuerdo de una masacre? ¿querrá tener fama de alguien que no espera a que Dios le resuelva los problemas? Le ruego que se acuerde de mí cuando el SEÑOR le haga líder de Israel.
Algo malo le va a suceder a Nabal, pero no te olvides de mí
La disculpa de Abigail es un poquito confusa: habla mal de su marido y a la vez le pide a David no olvidarse de ella. Sabe que sin su intervención, su marido Nabal sufrirá algún castigo. Para salvar a Nabal, dice que cuando sea el próximo rey, no tendrá que recordar una masacre. Al último, pide que David se acuerde de ella, como guiñándole un ojo, coqueteándole. Hay problemas con esta disculpa, primeramente, que insulta y falta el respeto a su marido, hasta insinuando que algo malo debe sucederle. Pero logra calmar la ira de David y acepta el regalo.
El texto dice que El Señor causó que Nabal sufriera un ataque y se muere, dejando a Abigail disponible. David le propuso matrimonio a Abigail. Terminamos con la historia de Abigail, leyendo su respuesta.
¡Si, si, si, me caso con él!
I Samuel 25:41: Abigail se postró rostro en tierra, e inclinándose, dijo:
—Yo soy la sierva de David, lista para servirle y dispuesta a lavar los pies de sus siervos.
Yo soy la sierva de David
Ella aceptó y se fue a vivir con el futuro rey. Por su actitud después de recibir una propuesta de matrimonio de David, podemos suponer que su matrimonio con Nabal realmente era miserable. Abigail tiene una actitud de sirviente, lista para ayudar y cuidar a David y sus hombres como pueda, y Dios rescató a Abigail de un matrimonio infeliz.
Betsabé, no la primera, pero la última
Betsabé tiene la mala reputación de ser una bella seductora que se bañó en el techo de su casa. Era la esposa de Urias, un capitán del ejército, y nieta de Ajitofel, el consejero del rey. Su casa se ubicaba al lado del palacio, así que todos los hombres de su familia ocuparon posiciones importantes en el reino de David. El texto no nos dice si Betsabé y David ya se conocieron, pero es probable, como vivía tan cerca del palacio, un lugar privilegiado, reservado para los más leales al rey. Siendo quien era, la esposa e hija de unos de sus valientes, y la nieta del consejero del rey, probablemente ya conociera muy bien al palacio, siendo una invitada en ocasiones especiales.
Un día, cuando el ejército estaba en guerra sin David, este la vio y la mandó a venir ante él, sabiendo perfectamente bien que era la esposa de Urias. Vamos a ver que no ganaría nada seduciendo al rey y no lo sedujo, sino que cumpliera una orden. Comenzamos con el texto, en esta escena infamosa en que David la llamó a venir ante él.
La vio, la llamó, la tomó y ella regresó a casa
2 Samuel 11:2-5: Una tarde, David se levantó de la cama y mientras se paseaba por la azotea del palacio, vio a una mujer que se estaba bañando. La mujer era muy hermosa. David mandó llamar a sus oficiales y les preguntó quién era la mujer. Uno de ellos respondió: «Es Betsabé, hija de Elián, esposa de Urías el hitita». Betsabé recién acababa de terminar su período menstrual y estaba cumpliendo los ritos de purificación de este, cuando David envió mensajeros a que la trajeran ante él. Cuando ella llegó, él se acostó con ella. Después de eso, ella volvió a su casa. Betsabé quedó embarazada y se lo hizo saber a David.
Él se acostó con ella, y ella volvió a su casa
El hecho de que el texto nos dice la razón por la cual Betsabé se estaba bañando se quita cualquier culpabilidad por su parte. Estaba cumpliendo la ley de Moisés que dice que hay que purificarse después de menstruar. Es improbable que estuviera desnuda, sumergida en agua hasta la cintura, como el agua era un recurso escaso. No fue un acto sensual como está descrito en novelas y arte. La culpabilidad de verla es totalmente de David; nadie la hubiera visto si no fuera por David estando donde no debiera estar.
David ignora que esté casada; no le importa, se calentó a verla y nadie más va a satisfacerlo. En este momento, David es totalmente egoísta. David no involucró a tan solo Betsabé, pero también a sus oficiales quienes no tuvieron alternativa que mentir y encubrir su pecado. El texto no nos dice, pero a lo mejor uno de ellos le pidiera al rey no hacer esto, que llamara a una de sus esposas o concubinas. Pero David ya decidió que ella tenía que ser suya.
¿Algo le pasó a mi marido?
Según la tradición rabínica, ella era una adolescente, pero David tenía ya unos cincuenta años- fácilmente pudiera haber sido su padre. Como una subordinada del rey, no pudo negar su pedido aun si quisiera; su palabra era ley. Probablemente, ella pensara que la llamó al palacio para decirle que su marido había fallecido en la batalla, una posibilidad que todas las esposas de soldados enfrentaban, o pensara que algo le había pasado con su abuelo. Imagina su sorpresa cuando se enterara de que se trataba. Quizás hablara con ella por un rato, quizás la invitara a comer, pero tarde o temprano, tuvo sexo con ella, él iniciando y ella la recipiente de su acto adulterio. A diferencia que Dina, hija de Jacob, ni Tamar, hija de David, el texto no dice que la violó. David se acostó con ella, y ella regresó a su casa, cumpliendo el deseo del rey. Comentaristas bíblicas dicen que el hecho de que todavía no tenía un hijo es probable que tuviera menos que un año casada con Urias.
Tenemos que recordar que David ya tenía varias esposas y concubinas. Por tener tantas mujeres, sabemos que a David le gustaba el sexo, que buscaba a nuevas para consentir sus pasiones y caprichos. ¿Por qué no llamar a una de ellas? Podemos imaginar que David estuviera buscando a alguien nueva. Como evidencia de esto, vemos que tuvo un hijo con sus esposas, menos con Mical; no había una mujer que le diera muchos hijos, hasta que conoció a Betsabé, indicando que se aburrió de ellas y después de tener un hijo con una de ellas, la ignoraba. Pero, con Betsabé, nada más sería una vez, ¿Quién lo sabría? Efectivamente, al final, todos.
No había un gran romance
Aunque películas y novelas tratan de insinuar un gran romance entre los dos, David no estaba enamorado de Betsabé. Después de un tiempo, Betsabé le mandó un mensaje a David diciendo que estaba esperando un hijo suyo. ¿Cómo se sintió y qué esperó que David hiciera? El texto no nos dice. Tal vez sintiera una mezcla de terror y alegría, temiendo que la matarían por adulterio y la vez feliz por el hijo que esperaba. Cuando Betsabé le mandó este mensaje, tenía miedo. ¿Qué le iba a pasar? Claramente podemos ver que nunca intentó seducir al rey; no valdría la pena arriesgarse.