Los gabaonitas engañaron a Israel

¿Por qué orar?

En la devocional anterior, Dios perdonó a Israel por el pecado de Acán y derrotaron a Hai, dejándola en ruinas. Josué utilizó el engaño en su estrategia militar contra Hai. Después de derrotar a Hai, un pueblo visitó a Israel, y logró engañar a los hebreos. En la devocional de hoy, vamos a explorar la pregunta, ¿Por qué orar? Si Dios ya sabe lo que necesitamos, ¿para qué consultarlo? ¿Por qué no confiar que nos dará lo que necesitemos? Simplemente, porque nos creó para estar en comunión con Él y consultarlo antes de tomar decisiones importantes. El corazón humano es por naturaleza débil y engañoso. Precisamos la presencia y orientación constante de Él que es fuerte y justo. Cuando no consultamos a Dios, hay consecuencias, pequeñas y grandes. Vamos a estudiar lo que aconteció con los israelitas cuando no le consultaron a Dios, cómo fueron engañados, y los resultados de confiar en su propia inteligencia.

Después de la victoria ─la caída

Después de que los israelitas destruyeran tanto a Jericó como a Hai, con la ayuda de Dios, las demás naciones les tenían mucho miedo. Los israelitas se sentían algo indestructibles. Algunos de los reyes cananeos entraron en un pacto para formar un solo ejército para acabar con los israelitas. Sin embargo, los habitantes de Gabaón adoptaron otra estrategia. A pesar de ser una nación grande, de guerreros hábiles, los habitantes de Gabaón decidieron hacer algo poco usual: rendirse a los israelitas en vez de ser matados por ellos. Sabían que los israelitas no les tendrían compasión; el Dios de los hebreos les había prometido esta tierra y les mandó aniquilar a todos los cananeos. Por lo que habían visto y escuchado del Dios de Israel, creían que su destino fue la muerte si se unieron con los otros pueblos de Canaán. Así que, tomaron una decisión desesperada para salvarse.

Entre Gilgal, donde acamparon los israelitas, y Gabaón, fue un viaje de tres días caminando. Comenzamos el texto con lo que los habitantes de Gabaón hicieron.

Decidieron actuar astutamente

Josué 9:3-5: Pero cuando los habitantes de Gabaón se enteraron de lo que Josué había hecho con Jericó y Hai, decidieron actuar astutamente. Se disfrazaron y se pusieron en marcha, cargando sus asnos con bolsas gastadas y cueros de vino viejos, rotos y remendados. Se pusieron sandalias remendadas y gastadas, y se vistieron con ropas rotas. Como provisiones prepararon pan duro y podrido. 

Paz engañosa

Los habitantes de Gabaón entraron en el campamento, sucios, sudando y jadeando, anunciando que venían en paz. Pero los israelitas dudaban de que vinieran de lejos y les preguntaron cómo iban a hacer un pacto con ellos cuando a lo mejor fueran un vecino. Josué les preguntó quiénes eran y de dónde vinieron. Continuamos la historia con su respuesta.  

Vinimos desde muy lejos para engañarlos

Josué 9:9-11: Ellos respondieron:

—Sus siervos han venido de un país muy lejano en el nombre del SEÑOR su Dios, hemos oído de lo famoso que él es y de todo lo que hizo en Egipto. Nos enteramos de todo lo que hizo con los dos reyes amorreos que vivían al otro lado del Jordán…Así que nuestros gobernantes y todos los habitantes de nuestro país nos dijeron: “Tomen provisiones, vayan a conocerlos y díganles: Somos sus siervos, hagan un pacto con nosotros”. 

Respuesta evasiva

Como evidencia para respaldar su historia, les mostraron el pan podrido, los cueros de vino rotos y sus ropas y sandalias gastadas. Pero nunca contestaron de dónde provenían exactamente, simplemente de un país muy lejano. Los israelitas tampoco no preguntaron para qué necesitarían hacer un pacto con ellos si vinieran de un país fuera de Canaán, donde los israelitas no tuvieron planes de conquistar. Continuamos la historia con cómo los gabaonitas engañaron al pueblo de Dios y el gran error que los israelitas cometieron confiando tan sólo en sus observaciones e inteligencia.

No buscaron instrucciones del SEÑOR

Josué 9:14-15: Así que los hombres de Israel examinaron algunas de esas provisiones, pero no buscaron instrucciones del SEÑOR. Entonces Josué pactó la paz con ellos. Él hizo un pacto con ellos de perdonarles la vida, y los líderes israelitas les hicieron un juramento, ratificándolo.

Las consecuencias de no consultar a Dios

Hace dos capítulos, Josué no consultó a Dios antes de atacar a Hai, y los resultados eran devastadores. Si Josué le hubiera consultado a Dios antes de atacar a Hai, probablemente le habría revelado el pecado de Acán y jamás habrían sufrido una derrota tan horrible. Así que, es sorprendente que dos capítulos después, vemos a Josué y los israelitas otra vez actuando sin consultar a Dios, como si no aprendieron la lección. Recordamos que Josué es el autor de este libro y apreciamos su honestidad; no procuró escondernos cómo falló de la misma forma otra vez.

Examinaron la evidencia y vinieron a la conclusión de que sí, en efecto, habían viajado desde muy lejos y no había nada mal en entrar en un pacto de paz con ellos. A fin de cuentas, no eran de Canaán, ¿verdad?

El texto nos dice que tres días después de que los israelitas hicieran un pacto con los gabaonitas, se enteraron de que, en realidad, eran sus vecinos y que los habían engañado. De repente, sabían que ya no podían cumplir el mandamiento de Dios de matar a todos los paganos viviendo en la tierra prometida. Los israelitas se quejaron de haber entrado en ese pacto siendo engañados. Aunque fueron engañados, tenían que mantener su palabra porque habían hecho un juramento por Dios. Pero nada les impidió hacerlos sirvientes del pueblo hebreo, haciéndoles leñadores y aguadores para todas sus vidas.

Aún como sirvientes, ahora los israelitas eran responsables por darles de comer y protegerlos contra enemigos, lo cual acontecerá en el próximo capítulo. Josué quería entender la razón por la cual los gabaonitas los mintieron, exponiéndose a la esclavitud por generaciones. Continuamos con su respuesta.

Motivado por el miedo

Josué 9:24-25: Ellos le respondieron a Josué:

—Porque a nosotros, tus siervos, nos dijeron que el SEÑOR su Dios mandó a su siervo Moisés que les diera a ustedes toda la tierra y que destruyera a todos los habitantes de la tierra ante ustedes. A nosotros nos dio mucho miedo perder nuestra vida a manos de ustedes, por eso hicimos esto. Y ahora estamos en su poder, así que haz lo que creas que es justo.

El pacto los rescató de los israelitas

Josué recordó los días en Egipto de ser esclavos, pero no propuso esclavizar a los gabaonitas de una forma tan cruel, sino hacerlos siervos. Los de Gabaón, por su parte, no se quejaron; aceptaron el castigo con gratitud por salir con vida. Es difícil no sentir pena por los gabaonitas, aunque engañaron a los israelitas. Prefirieron la esclavitud a la muerte. Habían escuchado del poder de Dios y tenían miedo de morir a manos de los israelitas. En efecto, como los israelitas no rezaron a Dios, preguntándole qué debieron hacer, jamás podrían cumplir el mandamiento de Dios de aniquilar a todos los habitantes de Canaán. Es notable que los habitantes de Gabaón eran motivados por el poder del Dios de los hebreos, y los hebreos eran motivados por su autoconfianza. En otros libros de la biblia, los gabaonitas vivieron entre los israelitas por siglos, y se integraron en la sociedad hebrea.

En la próxima devocional, Josué le pedirá a Dios detener el sol, y veremos la sorprendente respuesta.

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