Mi esposa me engañó

Uno de los mejores soldados del ejército de David. Gentil creyente en Dios de los hebreos. Guerrero hábil. Esposo de Betsabé. Víctima de adulterio. Fiel hasta el final. Engañado y asesinado. Hoy vamos a echar un vistazo a la vida de Urias, quien el Rey David traicionó después de una noche con su mujer.

Este artículo es parte de nuestra serie sobre la familia y socios del Rey David. Puedes leer los siguientes artículos en la serie:

Abigail- esposa sabia y hermosa de David

 Abner- General del ejército de Saúl

Absalón-hijo de David, asesinó a Amnón e intentó tomar el trono por la fuerza

Ajitofel- consejero de David quien lo traicionó y abuelo de Betsabé

Amnón- hijo mayor de David quien violó a su media hermana

Ana- madre de Samuel, sumo sacerdote quien ungió a David

Betsabé- esposa de David y madre de Salomón

Doeg- actuó por una mentira de David, asesinando a muchos sacerdotes

Elí- sacerdote quien no disciplinaba a sus hijos

Goliat- gigante filisteo quien David mató por Israel

Joab- General del ejército de David

Jonatán- leal amigo de David, hijo del Rey Saúl

La Reina de Sabá- reina que visita a Salomón, hijo de David

Mefiboset- hijo cojo del mejor amigo de David

Mical- primera esposa de David

Nabal- primer esposo de Abigail y hombre necio quien negó ayudar a David

Rizpa- Concubina de Saúl y madre ejemplar

Siba- siervo engañoso de Saúl

Tamar- fue violada por su medio hermano Amnón

El comienzo del lío

La historia de la matanza de Urias comienza en la primavera. De costumbre era la estación cuando los ejércitos salían a la batalla para conquistar más tierras. No sabemos por qué, pero esta vez David no acompañó a su ejército. Y con este pequeño detalle, comenzó el lío.

Una tarde le dio mucha flojera y estaba durmiendo una siesta. Se levantó y fue a la azotea del palacio y allí vio a la bella Betsabé dándose un baño de purificación. La mandó a venir ante él, sabiendo perfectamente bien que era la esposa de Urias. David se acostó con ella, y ella regresó a su casa. El texto no nos dice si Betsabé y David ya se conocieron, pero es probable, como Urias y ella vivían tan cerca del palacio, un lugar privilegiado, reservado para los más leales al rey.

Después de un tiempo, Betsabé le mandó un mensaje a David diciendo que estaba esperando un hijo suyo. David no rezó, no buscó consejo de Natán su profeta, sino intentó resolver el lío él mismo y se metió en un problema de grandes proporciones. Comenzamos con la historia, observando qué hizo después de enterarse del resultado de su pecado.

II Samuel 11:6-9

Entonces David envió este mensaje a Joab: «Envíame a Urías el hitita», y así lo hizo Joab. Urías se presentó ante David, quien habló con él sobre Joab, los soldados y la guerra.  Entonces David le dijo a Urías: «Ve a descansar a tu casa». Urías se fue del palacio con un regalo que el rey le había dado.  Pero Urías no se fue a su casa, sino que durmió afuera de la puerta del palacio, como cualquier otro siervo del rey. 

Gentil pero fiel y honrado

Cuando Dios les mandó a los israelitas matar a todos viviendo en Canaán, desobedecieron y permitieron que algunos vivieran. Urias era de ascendencia hitita y no era un hebreo, pero su familia se había convertido al judaísmo. Según la tradición rabínica, en hebreo, su nombre significa algo como “Dios es mi luz”. Aunque Urias no era hebreo, se sometió al Dios de los hebreos y la ley de Moisés. La lealtad de Urias era totalmente hebrea; como soldado, luchaba contra los hititas entre otras naciones quienes vivían en Canaán en aquel tiempo.

No había un gran romance

Aunque películas y novelas tratan de insinuar un gran romance entre los dos, David no estaba enamorado de Betsabé. Simplemente se acostó con ella y no lo pensó más. Al llamar a Urias para darle noticias de la guerra, David ya sabía exactamente lo que iba a hacer, aunque fingió interesarse por Joab, los soldados y la guerra. Lo único que quería hacer era asegurarse de que Urias se fuera a su casa y se acostara con Betsabé, así deshaciéndose del problema.

Primera táctica

Hubiera sido sospechoso de que David llamara precisamente a Urias, uno de los mejores guerreros, cuya falta de presencia en la batalla sería profundamente sentido. Era uno de los originales hombres que se unió con David, aun antes de que fuera rey porque creía que Dios lo había elegido y quería apoyarlo. Lo acompañó durante sus años de huir de Saúl, lo protegía, aun en el diario pelea que existía de sobrevivir en el desierto. Urias lo ayudó a establecerse como rey. Y ahora, estaba luchando la batalla por David, mientras su rey lo engañó con su mujer.

Quizás a Urias le parecía extraño que David no fuera en persona a ver cómo iba la batalla y para ayudarlos, o porque no llamara a un simple mensajero cualquiera en vez de sacar uno de los mejores guerreros. Urias era leal, tanto a David como a sus compatriotas luchando, y no fue a su casa para estar con Betsabé y disfrutar de las comodidades de su hogar. Continuamos con la historia, leyendo la segunda táctica de David.

II Samuel 11:10-13

Los siervos le informaron a David que Urías no se había ido a su casa. Entonces David le dijo a Urías:

—Tuviste un largo viaje, ¿por qué no te fuiste a tu casa?

Urías le respondió:

El Cofre Sagrado y los soldados de Israel y Judá están acampando en Sucot. Mi amo Joab y los oficiales de mi señor acampan al aire libre. No está bien que yo vaya a mi casa, beba y me acueste con mi esposa.

David le dijo:

—Quédate aquí esta noche, mañana te enviaré a la batalla.

Urías se quedó en Jerusalén esa noche, hasta la mañana siguiente. Luego David llamó a Urías para que se presentara ante él. Urías comió y bebió con David hasta que David lo emborrachó. Pero Urías seguía sin irse a su casa, sino que esa noche se quedó de nuevo donde dormían los siervos del rey. (Itálicos míos).

Segunda táctica

Cuando David se dio cuenta que mandarlo a su casa no iba a ser tan fácil, cambió de táctica, emborrachándolo. Seguramente, borracho se tropezaría hacia su casa y se caería en los brazos de su mujer, para disfrutar de una noche que a lo mejor ni se recordaría. ¿Por qué se consentiría a comer y beber con el rey, sin embargo, no se acostaría con su esposa? Era costumbre que mientras estaban luchando en una guerra, se abstenían de tener relaciones con su cónyuge para mantenerse puro mientras luchaba la batalla del Señor. El plan de David dependía totalmente de que Urias no cumpliría con abstenerse y mantenerse puro. Pero aun intoxicado, Urias rehusó visitar a su mujer y se mantuvo puro.

Desobedeció al rey

En aquel tiempo, la palabra del rey era ley. Urias se atrevió a desafiar al rey, manteniéndose puro en vez de obedecer. Creo que David estaba frustrado con Urias; a fin de cuentas, estaba ofreciéndole la oportunidad de gozar de la comodidad de su casa y acostarse con su hermosa mujer. Pero sus valores y lealtad eran más fuertes que la trampa del rey.

Mencionó el Cofre Sagrado, demostrando que entendía la razón por la cual estaban luchando contra naciones paganas. Con el mandato de quedarse otro día, creo que estaba ansioso regresar a la batalla; ¿por qué quedarse otro día? Ya le dio a David toda la información que quería. Y quizás más importante- ¿por qué David no regresó con él, animando a las tropas y ayudándolos a ganar? La mente de Urias no estaba con el rey ni con Betsabé; permaneció en el campo de batalla, anhelando regresar y terminar la obra de Dios.

Pero, a lo mejor estuviera pensando que raro que su mujer no pasara por la entrada del palacio ni siquiera para saludarlo- seguramente se enteró de su llegada. ¿Sabía Betsabé que su marido regresó? Quizás una de esas noches se asomó de una ventana y lo vio durmiendo afuera de la puerta del palacio o quizás alguien lo vio a la entrada del palacio y se lo comunicó a Betsabé. Opino que Betsabé sabía que Urias regresó, pero tenía tanto miedo de encontrarse con él que lo evitó. Pero no creo que Betsabé tuviera la menor idea de lo que estuviera a punto de hacer. Continuamos con la historia.

II Samuel 11:14-17

A la mañana siguiente, David le escribió una carta a Joab y la envió con el mismo Urías. En la carta David le indicaba a Joab que pusiera a Urías al frente del combate, donde la pelea fuera más dura, y que lo dejara solo hasta que lo mataran. Joab observó la ciudad para ver dónde estaban los amonitas más fuertes y allí envió a Urías.  Los hombres de la ciudad salieron a pelear contra Joab. Entre los hombres de David que habían muerto se encontraba Urías el hitita.

Tercera táctica

Mandarlo a su casa no funcionó. Emborracharlo no funcionó. Con un suspiro y un movimiento de la cabeza, el rey mandó a Urias a su muerte, quizás pensando que el soldado tenía la culpa por ser terco y desobediente. Con una final prueba de su lealtad, Urias llevó al general la carta que lo condenaría. Quizás no podía leer, pero suponemos que, si pudiera leerla, no la leyó porque era un hombre honrado que no se metía donde no le pertenecía. Urias era inocente, y aun así, murió injustamente.

A lo mejor en sus últimos momentos, Urias se dio cuenta que hubo una trampa, que de repente ningún hebreo estaba a su lado para ayudarlo. Echó una mirada a Joab quien se había retirado de la pelea, y antes de recibir un golpe fatal, pensó que algo en esa carta indicó que el rey lo quería muerto, aunque no tenía idea por qué. Leemos el final de la historia, aunque es tan solo el comienzo del resultado del pecado que David cometió contra su soldado y amigo.

II Samuel 11:18, 22-25

Entonces Joab envió un mensajero para darle a David un informe detallado de la batalla. El mensajero fue y le dijo a David todo lo que Joab le había indicado:

—Los amonitas nos atacaron en el campo, peleamos y los perseguimos hasta la entrada de la ciudad, pero los soldados que estaban en las murallas nos lanzaron flechas y algunos de sus oficiales murieron. Entre ellos Urías el hitita.

Entonces David dijo al mensajero:

Dile a Joab que no se aflija tanto por lo que ha pasado, la espada puede matar a un hombre igual que a otro, que planee un ataque más fuerte contra Rabá y conseguirá la victoria. (Itálicos míos).

El momento más oscuro de David

Dile a Joab que no se aflija tanto por lo que ha pasado… Esta línea me da escalofríos. No parece que el mismo hombre que escribía tantos salmos y oraciones bellas al Señor sería capaz de traicionar a uno de sus mejores y más leales soldados tan solo para encubrir el pecado. Pero eso es exactamente lo que aconteció.

Actividad para procesar

No juzguemos demasiado a David; también somos capaces de cualquier cosa para encubrir nuestros pecados y no tener que enfrentar las consecuencias. Después de leer la historia de Urias, escribe un poco sobre cómo los siguientes problemas te afectan, cómo se manifiestan en tu vida, y los resultados:

·       El problema de tener demasiado tiempo libre

·       El problema de la lujuria

·       El problema de intentar encubrir el pecado

·       El problema de no confesar el pecado

·       El problema de hacer el bien y ser castigado de todos modos

Evelyn Bou

Empatizo con el caos que el dolor traiga. Sé lo que es tratar de utilizar los recursos disponibles para mejorar, al terminar sintiéndose frustrada y aún más sola. Aprendí tanto sobre el dolor que me convertí en una coach certificada en el duelo y las relaciones, y profesional del trauma, con la esperanza de ayudar y brindándoles apoyo emocional a otras mujeres cristianas.

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