¿Qué significa ser una buena mujer?

Si eres como muchas de nosotras, no importa cuantas veces te pides disculpas a Dios, te sientes tan culpable y como si fueras mala persona.  Tratas de no pecar, pero a veces no sabes qué te pasa, y antes de que lo sepas, haces algo sin querer.  Hasta ya no quieres orar porque no te sientes limpia. Entonces, ¿qué significa ser una buena mujer?

Comenzamos con las palabras del Apóstol Pablo:

“No me doy cuenta de lo que estoy haciendo. No hago lo que quiero hacer. En vez de eso, hago lo que odio. No hago lo que quiero hacer, pero estoy de acuerdo en que las normas de Dios son buenas. Así que ya no soy el que está haciendo las cosas que odio, sino el pecado que vive en mí las está haciendo. Sé que nada bueno vive en mí; es decir, nada bueno vive en mi naturaleza corrupta. Aunque tengo el deseo de hacer lo correcto, no lo hago. No hago el bien que quiero hacer. En vez de eso, hago el mal que no quiero hacer. Ahora, cuando hago lo que no quiero hacer, ya no soy el que lo está haciendo. El pecado que vive en mí lo está haciendo,” (Romanos 7:15–20).

No puede ser ¿verdad?

Durante varios años, un mentor terminó casi cada uno de sus textos con:  "Eres una buena mujer." Al principio, simplemente respondí a cualquier otra cosa que hubiera escrito. Pero la verdad, esas palabras me intrigaron, me detuvieron, medite en ellas y comprendí que necesitaba desesperadamente oírlas. Pero- no se aplicaron a mí, ¿verdad? Peco, así que no soy una buena mujer, al contrario, soy mala.  Hasta Jesús dijo que tan solo hay uno quien es bueno, Dios. (San Marcos 10:18).

¿Qué es eso?

¿Qué significa ser una buena mujer? Ser una buena mujer es una lección que todavía estoy aprendiendo. Para muchas mujeres, separar cómo Dios nos ve de cómo hemos sido tratados por la gente es un desafío desalentador. Ser una buena mujer entra en y se aferra a una verdadera paradójica: Soy una pecadora, y no puedo hacer nada para ganar el amor de Dios sino aceptar su regalo de la salvación. Si lo recibo, soy la hija de Dios, y Su bondad se transpone a mí, no por lo que he hecho, sino por la obra de Cristo en la cruz.

Así que soy buena mujer si pertenezco al Señor, no soy buena por nada que he hecho. Por cierto, no hay ninguna obra que podría realizar para limpiarme ni hacerme buena, solamente Dios es bueno.  Entonces, lo que mi mentor hacia era señalarme al único quien realmente podría ayudarme en vez de enfocarme en mi y mis problemas.

¿Buena o mala?

Además, si eres una buena mujer, entonces no eres mala si perteneces a Dios, aunque todos pecamos. A menudo la verdad de que no eres mala es difícil aceptar. Tomamos la etiqueta "mala" de una letanía de fuentes: mentiras habladas sobre nosotras, por nuestra familia de origen, maestros frustrados, compañeros, abusones, y jefes. Una vez que entiendes dónde recogiste la "mala” insignia, que es infundada y no como Dios te ve, estarás más decidida a tirarla y comenzar a vivir en la verdad, una pecadora salvada por la gracia, una buena mujer.

Conclusión

Empieza a vivir entregada a la verdad de que eres buena y digna de amor, incluso cuando, como el apóstol Pablo, haces las cosas que no quisieras hacer. Como hija de Dios, ser buena ni mala no te definen. No tienes que tratar de ser buena, esperando que algo que haces o dices te califique merecer el amor que deseas. Como parte de la familia de Dios, ya tienes el amor del Padre. Hay que imitar a Cristo, seguir el ejemplo que Él nos dio, y así ser la buena mujer que eres.

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