¿Quién era Benjamin?

Benjamin, el segundo hijo más mimado de Jacob

Unos 15 años después del nacimiento de José, Raquel, la esposa amada de Jacob, dio a luz a su segundo hijo, Benjamin. Ella murió en el parto, pero antes de morir, le puso el nombre Benoni (que significaba <<hijo de mi dolor>>) pero Jacob lo cambió a Benjamin (<<hijo favorito>>). Era su hijo más chiquito, el último de sus doce hijos, el más mimado y cuidado de todos sus hijos, aún más cuando José desapareció. Benjamin nunca conoció muy bien a su hermano José; sus hermanos lo vendieron en esclavitud cuando tenía alrededor de tres años. En esta devocional, vamos a echar un vistazo al niño más chiquito de Israel, el que confortaba a su padre en la ausencia de Raquel y José.

Unos 13 años después de que José se fuera, hubo una hambruna que afectó a toda la región de ambos Egipto y Canaán. Los hijos de Jacob fueron a Egipto, el único lugar donde había comida, pero no llevaron a su hermanito Benjamin porque su padre no lo permitiría salir de su vista. José reconoció a sus hermanos de inmediato, pero ellos no lo reconocieron. José estaba desilusionado porque no trajeron a su hermano Benjamin. Inventó una trampa elaborada para ver a su hermano, proclamando que sus hermanos fueran espías, y si no regresaron con su hermano, sabría que eran espías. Comenzamos la historia de Benjamin leyendo la trampa que José les puso, todo para reencontrarse con su hermanito.

Tráiganme a su hermano menor

Génesis 42:14-17: Luego José les dijo: —Es como yo les digo: ¡Ustedes son espías! Pero voy a dejar que me demuestren que están diciendo la verdad. Les juro por la vida del faraón que no se podrán ir de aquí hasta que no venga su hermano menor. Manden a uno de ustedes a buscar a su hermano mientras el resto permanece en prisión. De esta manera pondré a prueba sus palabras para saber si me están diciendo la verdad. Si no, ¡juro por la vida del faraón que ustedes son espías!

Entonces los encerró en prisión durante tres días. 

Quiero ver a mi hermanito

Lo que les dijo ni tenía sentido: eran espías, pero si mandaran el hermano menor a Egipto, los dejaría libres. Si realmente eran espías, ¿el hermanito no sería un espía también? Pasaron tres días y José fue a la cárcel que conocía como la palma de su mano. Les dijo que temaba a Dios y les perdonaría la vida si uno se quedara allí encarcelado mientras los demás llevaban trigo a su familia. Pero para liberar al hermano que se quedara, tendrían que regresar con su hermano Benjamin. Sus hermanos aceptaron la propuesta; no tenían de otra. Simeón se quedó mientras los demás regresaron a Canaán.

José ordenó que llenaran los costales que trajeron de trigo, pero además del trigo, le puso en cada costal el dinero con lo cual pagaron; fue un toque para asustarlos aun más. Si regresaran, además de espías, también podría acusarlos de ser ladrones. Sus hermanos salieron de Egipto cargado con trigo. Fueron a una distancia e hicieron campamento en la noche; uno de los hermanos abrió un costal para alimentar a los burros, pero encontró el dinero. Se lo contó a sus hermanos y el texto nos dice que temblaron de miedo, el efecto deseado de José.

Cuando llegaron al campamento de su padre en Canaán, le contaron todo lo acontecido a su padre, incluso tuvieron que regresar allí con Benjamin si querían recuperar a Simeón. Continuamos con esta historia, leyendo la reacción de Jacob a la idea de perder a Benjamin.

No llevarán a Benjamin

Génesis 42:36-38: Jacob, el papá, les dijo:

—Me están dejando sin hijos. José ya no está y tampoco Simeón. Ahora se quieren llevar a Benjamín. Todo está en mi contra.

Entonces Rubén le dijo a su papá:

—Te doy permiso de matar a mis dos hijos si no te vuelvo a traer de regreso a Benjamín. Confíalo a mi cuidado y yo te lo traeré de regreso.

Pero Jacob dijo:

—Mi hijo Benjamín no va a ir con ustedes porque su hermano está muerto y él es lo único que me queda de mi esposa Raquel. Si algo malo le llegara a pasar en el viaje que deben hacer, harán que este pobre viejo se muera de tristeza.

Si algo malo le llegara a pasar, harán que este pobre viejo se muera de tristeza

La hambruna seguía y el trigo que los hermanos de José trajeron al campamento casi se acabó. En Canaán, no sabían que la hambruna iba a durar siete años; posiblemente no pensaron que necesitarían regresar a Egipto jamás, dejando que su hermano Simeón se pudriera en la cárcel egipcia. Jacob les instruyó regresar a Egipto para comprar más trigo como si se hubiera olvidado de las instrucciones estrictas del gobernador de Egipto. Pero Judá se lo recordó, que si volvieran, tendrían que llevar a Benjamin. Jacob se quejó, preguntando por qué tenían que mencionarle al gobernador que tenían un hermanito. Le respondieron que le contestaron honestamente para salir de la acusación de ser espías. Judá quería regresar a Egipto; a fin de cuentas, tenía gemelos hambrientos. Continuamos la historia leyendo el regaño de Judá a su padre.

Judá garantiza la seguridad de Benjamin

Génesis 43:8-10: Después Judá le dijo a su papá, Israel: —Manda al muchacho conmigo, déjanos ir de una vez para que así tú, nosotros y nuestros hijos, sobrevivamos. Yo mismo te garantizo que estará a salvo. Puedes hacerme responsable de él. Si no te lo traigo de regreso, me puedes culpar toda la vida.  Si no nos hubieras retrasado ya habríamos hecho dos viajes.

Si no nos hubieras retrasado ya habríamos hecho dos viajes

Aunque Judá le regañó, Jacob concordó y dejó que Benjamin fuera con ellos. Además que el dinero para comprar el trigo, les dio el dinero que encontraron en sus costales para la primera compra de trigo, y regalos para el gobernador. Con el doble de dinero y los presentes, los envió a Egipto, lamentado que posiblemente sería la última vez que vería a Benjamin. Los hermanos tomaron todo, junto con Benjamin y se apuraron a Egipto. Cuando llegaron, se presentaron ante el gobernador. Cuando José vio a su hermanito Benjamin, los envió a su casa con las instrucciones para su siervo que matara un animal y que lo preparara para ellos. Cuando los hermanos se dieron cuenta que los llevaron a la casa del gobernador, se asustaron, pero un siervo del gobernador les aseguró que todo estaba bien, que no se preocuparan.

José llegó a su casa y los hermanos se postraron de nuevo ante él (como en el sueño) y le dieron los regalos. José vio a Benjamin, lo saludó y luego tuvo que salir rápidamente, sin poder reprimir las lágrimas; no había visto a su hermanito desde que era un niño chiquito. Lloró, se lavó la cara y regresó con sus hermanos, mandando que sirvieran la comida. Continuamos la historia leyendo lo que aconteció en la comida.

¿Cómo sabe cuándo nacimos?

Génesis 43:33-34: Los siervos de José los sentaron a la mesa en orden, desde el mayor hasta el menor ante él. Por eso los hermanos se miraban asombrados. Luego José les ordenó a sus siervos que les llevaran comida a sus hermanos, pero la porción de Benjamín era cinco veces más grande que la de los otros. Entonces ellos festejaron y bebieron con él.

Favoreció a Benjamin

Cuando parecía que todos iban a regresar a Canaán sanos y salvos con bastante trigo, celebraron juntos. Pero José no era parte de su celebración. Le dio a Benjamin cinco veces más comida que los demás; José observó su reacción al favorecer a Benjamin, pero no lo tomaron a mal, sino que festejaron. José no había terminado de probar a sus hermanos, dándoles una oportunidad de comprobar que habían cambiado, que no iban a hacer lo mismo con Benjamin que hicieron con él.  Además de querer pasar más tiempo con su hermano Benjamin, quería protegerlo de sus hermanos, porque no confiaba en ellos. Continuamos con la historia, leyendo las instrucciones que José le dio a su siervo encargado de la casa.

Una prueba más

Génesis 44:1-2: Después José le ordenó al siervo encargado de su casa: —Llénale los costales a los hombres con toda la comida que puedan cargar. Después dejen el dinero de cada uno en el tope de su costal. Pon mi copa, mi copa de plata, en el tope del costal del menor, al lado de su dinero. El siervo hizo lo que José le había dicho que hiciera.

Tender una trampa

La mañana siguiente, sin sospechar nada, los hermanos, incluyendo a Benjamin, comenzaron su viaje de regreso. Cuando salieron de la ciudad, José mandó a su siervo principal ir tras ellos. Cuando el siervo los alcanzó, les preguntó por qué le robaron la copa de plata de su amo, pero estuvieron indignados. Le juraron que si uno de ellos tuviera la copa, aquello moriría y los demás se quedarían en Egipto como sus esclavos. Continuamos la historia, leyendo lo que aconteció al buscar la copa entre sus pertenencias.

Nuestro hermanito el ladrón

Génesis 44:10-13: Entonces el siervo dijo: —Será tal como ustedes dijeron. Si la copa la tiene alguno de ustedes, se convertirá en mi esclavo, pero el resto de ustedes quedará libre.

Rápidamente, todos bajaron su costal al suelo y lo abrieron.  El siervo los revisó comenzando con el del hermano mayor y terminando con el del menor. Y encontraron la copa en el costal de Benjamín. Ellos rasgaron su ropa mostrando su tristeza, cada uno volvió a montar las cosas sobre su burro y todos regresaron a la ciudad.

Regresaron todos

Cuando se enteraron de que Benjamin supuestamente fue el ladrón, todos regresaron juntos a la casa del gobernador. No iban a permitir que Benjamin fuera el único responsable, dejándolo solo con el gobernador. Esperando su llegada, José estaba en casa. Ellos se postraron ante él otra vez. Vio que todos regresaron con su hermanito y con su ropa rasgada, sabiendo lo que eso significaba. Judá se atrevió a acercarse al gobernador y le dio un resumen de lo que había pasado entre sus hermanos y él hasta el momento, explicándole por qué no podría regresar sin Benjamin, suplicando que el mismo se quedara en el lugar de su hermanito.

Esperan- ¿hicieron qué?

Por fin, José les reveló quién era en verdad. Es la primera vez que Benjamin escuchó la verdad. Toda su vida había escuchado una mentira de grandes proporciones. ¿Cómo reaccionó? Definitivamente se enojó con sus medio hermanos y sentía más lealtad con su hermano mayor, el otro hijo de Raquel. Quizás no quería regresar con hermanos, ahora desconfiaba de ellos. ¿Cómo podrían mentirle a su padre por tantos años? José abrazó a Benjamin y los dos lloraron, lloraron por la maldad de sus medio hermanos, por la madre que perdieron, por los años perdidos, por el alivio de poder estar juntos de nuevo.

Después de revelarse como su hermano, les mandó a Canaán para decírselo a su padre, que él era el gobernador de Egipto y que viniera allá para vivir.  Le invitó a su padre venir a Egipto para poder protegerlo de la hambruna, y que trajera su familia, pero principalmente quería que su padre y Benjamin vinieran. Antes de partir para Canaán, José le dio a cada uno una muda nueva de ropa, pero a Benjamin le dio 300 monedas de plata y cinco mudas de ropa. Como Jacob lo había favorecido, ahora sería el favorito de su hermano mayor.  

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