¿Quién era el hechicero Balán?

Un hechicero, un rey, un burro, y bendiciones para Israel

En la devocional anterior, vimos la muerte de Miriam y Aaron, que Moisés fue prohibido entrar en la tierra prometida, y cómo la serpiente de bronce fue una sombra de la cruz. En esta devocional, vamos a examinar la vida de Balán, hechicero que el Rey Balac contrató para maldecir a Israel. Es una historia fascinante que no vas a querer perder.

¿Quién era Balán?

La historia de Balán es un poco complicada, así que es útil dar algo de contexto antes de comenzar con el texto. Balán era un ambicioso hechicero para contratar. Contaba con trucos de magia para crear una imagen del hechicero poderoso, quien escuchaba directamente de los dioses (aunque no existen y por esto sabemos que era un estafador). Pero aun así, Dios lo usó para bendecir a Israel.

Moisés tenía casi 120 años; el pueblo de Dios había vagado por el desierto por casi 40 años como castigo por su falta de fe. Como ya casi no había nadie de la generación esclava, llegó el momento de que la nueva generación comenzara a tomar posesión de la tierra prometida. Los israelitas estuvieron acampando cerca de Moab, una tierra en Canaán. La reputación del Dios de los hebreos causó terror en los moabitas; habían escuchado como el pueblo de Dios había derrotado a otras naciones viviendo en Canaán y de su Dios Todopoderoso. Por tener tanto miedo, el rey de Moab, Balac, buscó la ayuda del hechicero Balán para maldecir a los israelitas y así garantizar la victoria de Moab en una batalla. Creía que la maldición de Balán se cumpliría y proveería la protección que necesitaba. Es importante saber que Balán era un hechicero para contratar, motivado únicamente por dinero. Su avaricie establece el tono de la historia y guiará los pormenores.

No sabemos exactamente cuándo sucedió, pero Balán agregó a Dios a sus prácticas de culto pagano y Dios comenzó a hablarle. Algunas de las prácticas de hechiceros era sacrificar aves y averiguar el futuro por las entrañas. También les ofrecía sacrificios a los dioses, de frutas, vegetales, y a veces bebes. Los ancianos líderes de Moab y Madián (el pueblo de Jetro, suegro de Moisés) fueron a buscarlo para ofrecerle una recompensa y traerlo ante Balac para que maldijera a los israelitas. Balán les invitó a pasar la noche allí mientras consultaba a Dios para averiguar si debiera acompañarlos. Comenzamos la historia, leyendo el intercambio esa noche entre Balán y Dios.

Ven y maldice a esta gente por mí

Números 22:9-12: Dios vino a Balán en un sueño y le preguntó:

—¿Quiénes son esos hombres que se alojan contigo?

Balán le contestó:

—Balac hijo de Zipor, rey de Moab, los envió con este mensaje: “Mira, un pueblo que salió de Egipto se ha extendido por todo el país. Ven y maldice a esta gente por mí. Tal vez yo sea capaz de atacarlos y los obligue a salir de la tierra”.

Entonces Dios le dijo a Balán:

—No vayas con ellos ni digas ninguna maldición contra los israelitas porque es un pueblo bendito.

No vayas con ellos

¿Por qué Dios le habló a Balán, siendo él un incrédulo que creía en muchas divinidades? Balán agregó el Dios de los hebreos a su colección de dioses. Y ¿Por qué no? A fin de cuentas, es invisible. Parece que Balán sabía algo de Dios, pero nunca entregó su vida a Él, renunciando a todos los dioses paganos y su práctica de hechicería. A pesar de experimentar el poder de Dios, no se rindió a Él. Vale la pena notar que Balán no buscaba a Dios en oración, sino fue Dios quién le hablaba en sueños, como hizo con Abimelec cuando él se casó con Sara, esposa de Abraham. Aunque quería acompañarlos, mandó todos de regreso al Rey Balac la primera vez que vinieron.

Claramente, Balán no tenía ningún poder para maldecir ni bendecir a nadie. Si una maldición suya no contuviera ningún poder verdadero, ¿por qué Balac estaba dispuesto a contratarlo? Es muy probable que fuera influenciado por espíritus malos, y ellos sí tenían poder, aunque limitado y totalmente malvado. Aunque estaba bajo la influencia de estos espíritus, Dios usó a Balán por un tiempo para bendecir y ayudar a Su pueblo. Fue otra demostración del poder de Dios a los paganos. Después de contárselo todo al Balac, él se los envió de nuevo, con un mensaje irresistible para Balán: si maldijera a los israelitas, el rey le pagaría muy bien. Continuamos con la historia, leyendo la respuesta de Balán a la segunda invitación del rey.

Aunque Balac me diera su casa llena de oro y plata

Números 22:18-20: Entonces Balán les respondió:

—Aunque Balac me diera su casa llena de oro y plata no podría hacer nada, grande ni pequeño, que fuera en contra del mandato del SEÑOR mi Dios. Entonces, por favor quédense aquí esta noche como hicieron los otros y déjenme averiguar que más podría decirme el SEÑOR.

Esa noche Dios se le presentó a Balán en un sueño y le dijo: «Ya que estos hombres han venido por ti, levántate y acompáñalos, pero harás sólo lo que yo te ordene».

Harás sólo lo que yo te ordene

La mañana siguiente, Balán se levantó, preparó su burra, y se fue con los jefes de Moab. Recordamos que fue motivado por la recompensa prometida más que por obediencia a Dios. Continuamos con la historia, leyendo el encuentro entre Balán y el ángel del Señor.

La burra procuró protegerlo

Números 22:22-27: Entonces Dios se enojó con él porque se iba, así que el ángel del SEÑOR se interpuso en el camino para ejecutarlo. Balán iba montado en su burra, y lo acompañaban dos siervos suyos. En cuanto la burra vio al ángel del SEÑOR parado en el camino con una espada en su mano, se salió del camino y fue hacia el campo. Entonces Balán golpeó a la burra para obligarla a volver al camino.

Luego el ángel del SEÑOR se paró en un sendero angosto por donde el camino pasaba entre viñedos con muros de piedra a ambos lados. La burra vio al ángel del SEÑOR y se recostó contra el muro oprimiendo la pierna de Balán, entonces él la golpeó de nuevo.

El ángel del SEÑOR se adelantó de nuevo y se paró en un sitio angosto, sin dejar espacio ni a la izquierda ni a la derecha. Cuando la burra vio al ángel del SEÑOR se echó al suelo, entonces Balán se enojó y la golpeó con su vara. 

¿Dios se cambió de opinión?

¿Por qué Dios se enojó con Balán cuando ya le dio permiso acompañar a los hombres? Tenemos que recordar que Dios ya le dio su respuesta a Balán la primera vez, que no se fuera con ellos. Pero, Balán no estaba conforme con eso y se lo pidió una segunda vez, esperando que cambiara de opinión. Dios nunca quería que se fuera a Balac, pero ahora le dio permiso para utilizarlo a bendecir su pueblo. Balán rechazó la respuesta de Dios, pero Él no cambió de opinión. Dios conoce los motivos y mentes de todos; sabía que Balán quería el pago del rey y no reconocer El Rey. A lo mejor Balán pensara que podría engañar a Dios y esconder su motivación y pensamientos. Vemos el carácter verdadero de Balán, golpeando la burra sin piedad, amenazando matarla por pararse en el camino. Irónicamente, la burra era más sabía que el hechicero y salvó la vida de su dueño. Continuamos la historia con la conversación entre Balán y la burra.

¿Mi burra me habló?

Números 22:28-30: Entonces el SEÑOR hizo que la burra hablara y ella le dijo a Balán:

—¿Qué te he hecho para que me golpees tres veces de esa manera?

Balán le dijo a la burra:

—Te has estado burlando de mí y si tuviera una espada en mi mano, te mataría ahora mismo.

La burra le dijo a Balán:

—¿Acaso no soy la burra que toda tu vida has montado hasta el día de hoy? ¿Suelo actuar de esta manera?

—No—respondió Balán.

¿Suelo actuar de esta manera?

Es interesante que Balán no pareciera asustarse ni sorprenderse que la burra le habló- hasta le contestó. Quizás siendo hechicero, mantenía conversaciones con espíritus malas, pensando que eran los dioses paganos comunicándose con él, y por eso no se sorprendió. En el diálogo entre Balán y su burra, echamos un vistazo al orgullo del hechicero, culpándola, reclamando que se burlaba de él, como si un animal tuviera las mismas intenciones que una persona. Podemos imaginarlo decir, <<¿Cómo se atrevería mi burra a burlarse de mí, yo, un hechicero tan poderoso que los reyes me buscan y me pagan muy bien por mis servicios?>> Continuamos con la historia, leyendo por qué la burra se paró.

Tu burra es mas sabia que tú

Números 22:31-35: El SEÑOR permitió que Balán pudiera ver al ángel del SEÑOR, que estaba de pie en el camino y espada en mano. Balán se inclinó y se postró rostro en tierra. El ángel del SEÑOR le dijo:

—¿Por qué has golpeado a tu burra esas tres veces? Mira, yo mismo he venido a detenerte porque tu viaje me disgusta. Cuando tu burra me vio se alejó de mí esas tres veces. Si no lo hubiera hecho, yo te habría matado a ti pero a ella la hubiera dejado con vida.

Balán le dijo al ángel del SEÑOR:

—He pecado porque no sabía que estabas ahí en el camino para detenerme, pero viendo ahora que mi viaje te desagrada, volveré a casa.

El ángel del SEÑOR le dijo a Balán:

—Ve con esos hombres, pero dirás sólo lo que yo te ordene.

Entonces Balán se fue con los jefes enviados por Balac.

Dios reprendió al hechicero

Vemos el amor y compasión que Dios tiene por toda su creación, incluso los animales. El ángel del Señor le regañó por haber golpeado a la burra; dijo que habría matado a Balán, pero hubiera dejado que la burra viviera. ¿Por qué necesitaba dos advertencias de Dios? El dinero es una motivación muy poderosa con la potencial de corrompernos. Es curioso que este hechicero admitiera que había pecado contra de Dios y ofreció regresar a casa. ¿Qué concepto de pecado y arrepentimiento tenía? Pero, Dios le permitió continuar la jornada, recordándole que únicamente podría decir las palabras que Él le diera.

El apóstol Pedro escribió sobre las profetas falsas, y menciono a Balán.

Le encantaba que le pagaran por hacer maldades

2 Pedro 2:15-16: Se apartaron del buen camino y se desviaron por el mismo camino de Balán, el hijo de Bosor, a quien le encantaba que le pagaran por hacer maldades. Balán fue reprendido por su pecado. A pesar de que los burros no hablan, una burra le habló como habla un ser humano y le dijo que estaba cometiendo un error. Así logró detener la locura del profeta Balán.

Maldición a bendición

Balán continuó el trayecto y finalmente se reunió con el Rey Balac, quien lo regañó por no haber venido antes. Balán le advirtió por la primera de varias veces que lo único que podría decir era lo que Dios le comunicara, pero parece que el rey no se anticipó lo que viniera. Balac llevó al hechicero a donde podía ver una parte del campamento israelita, con la intención de que maldijera a los israelitas. Balán le advirtió al rey otra vez que lo único que él podría decir eran los mensajes que provenían directamente de Dios; se describió orgullosamente como él que oía palabras de Dios Todopoderoso. A continuación, leemos una porción de las tres bendiciones que Balán pronunció sobre el pueblo de Israel. 

Las primeras bendiciones

Números 23:7-8,19-21: Entonces Balán dijo esta profecía: Pero, ¿cómo voy a maldecir al que Dios no maldice? ¿Cómo desearle mal al que el SEÑOR no lo hace? Dios no es un ser humano para que mienta o cambie de opinión. ¿Acaso él no hace lo que dice, o no cumple lo que promete? Mira, mis órdenes son de bendecir. Dios ha bendecido a Israel, y eso yo no lo puedo cambiar. Para los descendientes de Jacob no se contempla calamidad alguna; ni tampoco se espera ninguna desgracia para Israel. Pues el SEÑOR su Dios está con ellos; ellos lo proclaman su Rey.

Números 24:8-9: »Dios los sacó de Egipto; él es para ellos su fortaleza, como los cuernos para el toro salvaje. Israel vencerá a sus enemigos, romperá sus huesos y los herirá con sus flechas. Israel se echará a descansar como un león. ¿Quién se atreverá a despertarlo? ¡Bendito el que te bendiga y maldito el que te maldiga!»

Balac se enojó con Balán

Después de escuchar todas las grandes bendiciones para el pueblo de Dios, Balac se enojó con el hechicero que contrató y rehusó pagar. En bendecir a Israel, maldijo a Moab. Lo mandó a regresar a su casa con las manos vacías, diciendo que fue Dios quien lo hizo perder la recompensa prometida. En vez de callarse y marcharse de regreso a su casa, Balán profetizó su última y más importante bendición para Israel sobre El Mesías quién vendrá y salvará al pueblo de Dios y destruirá a las naciones paganas. Continuamos con la última bendición pronunciada por Balán.

La última bendición

Números 24:17y19: »Veo a los israelitas viniendo, pero no ahora, sino en el futuro. Los veo, pero no cerca. Como una estrella saldrá un rey del pueblo de Jacob. Se levantará un gobernante de los israelitas. Él aplastará las cabezas de los de Moab y las de todos los hijos de Set…Un gobernante vendrá de Jacob y destruirá a los que queden en esas ciudades».

En la próxima devocional, aunque Balán no pudiera maldecir al pueblo de Israel, las mujeres moabitas tendrán éxito en corromper unos hebreos. 

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