¿Quién era Ismael?

Luchará contra todo el mundo y todo el mundo luchará contra él.

Por su falta de fe en Dios, Sara y Abraham cometieron un grave error. Después de años de intentar concebir un bebe, Sara le dio su esclava egipcia, Agar, a Abraham, para que, a través de ella, podrían tener un descendiente. Así que, a petición de Sara, Abraham se acostó con la sierva de su esposa y concibieron un hijo. Sara pensó que ella podría se la mama de este niño y criarlo como suyo, pero eso no fue lo que sucedió. Hoy vamos a continuar nuestro estudio en Génesis conociendo a este niño ilegitimo de Abraham, Ismael.

Esta devocional es parte de nuestra serie en Génesis. Si no has leído las otras devocionales en la serie, te invito a leer sobre la creación, Adán, Eva, sus hijos Caín y Abel, los hijos de Dios, Noé en el diluvio, la torre de Babel, Téraj, el padre pagano de Abraham,  el misterioso sumo sacerdote Melquisedec, la visita del Señor a Abraham, Lot, el sobrino de Abraham que vivía en Sodoma, y los secuestros de Sara.

Agar era parte del dote del faraón a Abraham cuando Sara fue secuestrada por él en Egipto. Después de embarazarse, Agar ya no quiso ser la esclava, sino quería que Sara fuera la que le atendiera. Pero, muy resentida, Sara maltrató a la sierva embarazada. Agar no lo aguantó y huyó, vagando sola en el desierto hacia una cierta muerte. Mientras contemplaba qué hacer, seguir o rendirse al sol y serpientes, un ángel del Señor la encontró. El ángel la mandó a regresar con su dueña Sara; también le dijo cómo sería la criatura que estaba creciendo en su vientre. Comenzamos la historia de Ismael.

Darás a luz a un hijo al que llamarás Ismael

Génesis 16:10-13: Además el ángel del SEÑOR le dijo: —Multiplicaré a tus hijos grandemente, tanto que no podrán contarse. …Ahora que estás embarazada, darás a luz a un hijo al que llamarás Ismael ya que el SEÑOR ha escuchado tu tristeza. Será tan libre como un asno salvaje. Luchará contra todo el mundo y todo el mundo luchará contra él. Vivirá en desacuerdo con todos sus hermanos.

Como el SEÑOR le había hablado, ella le puso por nombre: «Eres el Dios que me ve», porque como ella dijo: «En realidad he visto aquí a Aquel que me ve». 

Luchará contra todo el mundo y todo el mundo luchará contra él

Si eres madre, imagina por un momento que un ángel te visita y te dice semejante cosa sobre el niño que esperas.  Será salvaje como un asno, luchará con todo el mundo y todo el mundo contra él. No son buenas noticias, pero a pesar de eso, Agar regresó al servicio de Sara. Cuando Abraham tenía 86 años, dio a luz a Ismael. 

Alrededor de trece años después, Isaac nació. El año antes de su nacimiento, Dios habló otra vez con Abraham, contándole cómo sería el cumplimiento de Su promesa. Abraham no creyó que a su edad Sara podría darle un hijo y le preguntó a Dios si Su bendición sería a través de Ismael. Dios le confirmó que Su promesa se realizaría a través de Isaac y no Ismael. Continuamos la historia, leyendo qué Dios le dijo a Abraham con respeto a su hijo Ismael.

Se convertirá en un pueblo numeroso

Génesis 17:20: He escuchado lo que has dicho con respecto a Ismael. Yo le daré mi bendición, tendrá muchos hijos y se convertirá en un pueblo numeroso. Será el padre de doce príncipes y convertiré a toda su familia en una gran nación. 

Ese mismo día, Abraham, a sus 99 años, fue circuncidado junto con Ismael, quien tenía 13 años.

No era buen hermano

Isaac nació y Sara no le gustó la forma en que Ismael, ya un adolescente, trató a su hijo. Sara no quiso que su hijo creciera a lado de ese niño ilegitimo y que al crecer, toda la herencia sería de su hijo, dejándole a Ismael con las manos vacías. Continuamos la historia leyendo lo que Sara exigió que su marido hiciera. 

Echa de aquí a esa esclava y a su hijo

Génesis 21:10-13: Entonces Sara le dijo a Abraham: «Tienes que echar de aquí a esa esclava y a su hijo. El hijo de esa esclava no va a compartir la herencia con mi hijo Isaac».

A Abraham no le gustó nada la idea porque se trataba de un hijo suyo.  Entonces Dios le dijo a Abraham: «No te preocupes por tu esclava ni por el muchacho. Haz todo lo que Sara te diga ya que tu verdadera descendencia será trazada sólo a través de Isaac. También haré una nación con el hijo de la esclava porque él es hijo tuyo».

El hijo de esa esclava no va a compartir la herencia

¿Era Sara cruel en pedir semejante cosa? No, Dios quería lo mismo. Dios había dicho que iba a cumplir Su promesa a través de Isaac, ella no necesitaba protegerlo de su medio hermano, quien no podría quitarle nada que Dios le daría. Cuando Agar se embarazó, la relación entre Sara y Agar se empeoró a un nivel que era difícil que fueran civiles. Agar siempre creyéndose más por ser la madre del primogénito de Abraham, Sara siempre resentida, y las dos angustiadas después del nacimiento de Isaac que el otro iba a heredar lo todo. Cuando quería deshacerse de Agar, Sara ni siquiera la refirió como Agar sino esa esclava. Si no hubiera escuchado directamente de Dios, no creo que Abraham habría echado a su hijo. Era su primogénito, su sangre. No amaba a Agar, pero si quería a su hijo. Su mente era un diluvio de recuerdos y culpabilidad, remordimiento y pena.

Pero Dios intervino y le habló. Abraham no esperó en obedecerlo, aunque era probable que Sara pensara que su marido lo hizo para complacerla. La mañana siguiente, Abraham madrugó, y tomando pan y un poco de agua, echó a Agar y Ismael del campamento. Quizás Agar no pudo creer que iba a ser una desamparada, o a lo mejor no fuera una sorpresa por la actitud y miradas de Sara, siempre protegiendo Isaac. Sería comprensible que Agar hubiera intentado discutir con Abraham, de expresar su inconformidad con la decisión, pero a fin de cuentas, se fue con su hijo. Después de unas horas vagando por el desierto bajo el sol, se le acabó el agua. Estaba en esta situación hace varios años y creyó que esta vez iba a morir junto con Ismael. Agar puso Ismael debajo de un arbusto que ofrecía un poquito de sombra. Continuamos con la historia, leyendo el mensaje de Dios para Agar y Ismael.

No me dejes ver la muerte de mi hijo

Génesis 21:16-19:  Se fue y se sentó a cierta distancia, aproximadamente la distancia de un tiro de flecha, porque ella pedía: «No me dejes ver la muerte de mi hijo». Se sentó a esa distancia y comenzó a llorar.

Pero Dios escuchó la voz del niño, y el ángel de Dios bajó desde el cielo. Él le dijo: «Agar, ¿qué te pasa? No te asustes, Dios ha escuchado el llanto del niño. Ponte de pie, levanta al niño y reconfórtalo. De él haré una gran nación».

Después Dios permitió que ella viera una fuente de agua. Así que ella fue, llenó su recipiente de cuero con agua y le dio de beber al niño.

Dios permitió que ella viera una fuente de agua

Dios confirmó de nuevo la promesa que le hizo hace varios años cuando estaba en el mismo desierto, por ser el hijo de Abraham. Dios hizo que viera una fuente de agua y se establecieron en el desierto. Ismael se convirtió en un gran lanzador de flechas, cazando todo tipo de animal y protegiendo a su mama y los siervos y familia que tendrán luego. Agar le consiguió una esposa egipcia, una pagana que no siguió a Dios, de hecho, ningún siguió a Dios verdadero. Ismael tuvo 12 hijos, que vivían como príncipes y murió cuando tenia 137 años.

Era Isaac y no Ismael quien tenía la bendición de Dios

Ismael no tuvo una vida fácil: su padre lo rechazó y no amó a su madre, crecía sin el ejemplo justo de Abraham, vagando en el desierto donde tenía que luchar contra los elementos, animales, y hombres malvados. Ismael es considerado un patriarca de islam, y el padre de los árabes, quienes en el futuro serian enemigos de Israel, tal y como Dios prometió: “Será tan libre como un asno salvaje Luchará contra todo el mundo y todo el mundo luchará contra él. Vivirá en desacuerdo con todos sus hermanos” (Génesis 16:12).

Evelyn Bou

Empatizo con el caos que el dolor traiga. Sé lo que es tratar de utilizar los recursos disponibles para mejorar, al terminar sintiéndose frustrada y aún más sola. Aprendí tanto sobre el dolor que me convertí en una coach certificada en el duelo y las relaciones, y profesional del trauma, con la esperanza de ayudar y brindándoles apoyo emocional a otras mujeres cristianas.

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