Saúl hace un juramento tonto
La falsa espiritualidad de Saúl
En el previo estudio, Jonatán y su escudero atacaron a los filisteos y mataron unos 20. Por la fe de Jonatán, Dios envió tanto caos a los filisteos que comenzaron a matarse y huir. La confusión les dio una oportunidad a los israelitas de perseguirlos, aun sin espadas y muy superados en números. En este estudio, los israelitas atacarán a los filisteos y Saúl hará un juramento tonto que casi causó la muerte de su hijo Jonatán.
Al comenzar la historia, es el mismo día en que Jonatán y su escudero atacaron a los filisteos, y Saúl cometió un grave error. Comenzamos la historia con el error que el rey cometió.
Luchen sin comer nada
I Samuel 14:24: Pero aquel día Saúl cometió un grave error porque forzó al pueblo a hacer la siguiente promesa: «¡El que coma antes de que anochezca y antes de que derrote a mis enemigos, será castigado!» Así que ningún soldado israelita probó bocado.
El que coma será castigado
Sin comer, los soldados no tendrían energía; aunque Dios proveyó un camino hacia la victoria, el ejército tendría que hacer su parte, comiendo bien para tener la energía suficiente para luchar. El juramento de Saúl fue muy tonto, y tenemos que preguntarnos por qué lo hizo. Aunque el texto no especifica la razón, quizás le parecía muy espiritual. Como ya no escuchó de Dios, y ya no tuvo las instrucciones de Samuel, sentía la necesidad de fingir que todavía era el escogido de Dios, pero con una espiritualidad falsa, haciendo cosas que Dios jamás aprobaría. Es posible que Saúl vio la necesidad de implementar una regla que parecía como si fuera de Dios, un ayuno para garantizar la victoria, pero Dios nunca le instruyó no comer.
¡Que rico- miel!
El ejército llegó al bosque y notaron que había miel en el suelo, pero no la probaron por miedo del castigo del rey. Notamos que el texto no dice que no la comieron por confianza y amor de Saúl, sino por miedo de que el rey se averiguaría y los castigará. Pero Jonatán no sabía nada del juramento de su padre porque no estuvo cuando su padre los forzó a hacer el juramento. Así que, con la punta de una vara, tomó un poco de miel. El azúcar lo hizo sentir mucho mejor, recobrando energías para seguir peleando. Pero, los soldados con Jonatán estaban aterrorizados al verle comer la miel. Continuamos con la historia, leyendo la reacción de los soldados y de Jonatán al enterarse del juramento.
Tú papá forzó a los soldados a hacer una promesa
I Samuel 14:28-30: Uno de los soldados le dijo a Jonatán:
—Tú papá forzó a los soldados a hacer una promesa y dijo que el que comiera hoy sería castigado. Por eso los hombres están débiles.
Jonatán dijo:
—Mi papá le ha hecho mucho daño al pueblo. Miren cómo yo me siento mejor con sólo probar un poco de miel. Hubiera sido mucho mejor comer de lo que les quitaron a sus enemigos hoy. Así habríamos podido matar a muchos más filisteos.
Mi papá le ha hecho mucho daño al pueblo
Admiramos la honestidad de Jonatán, admitiendo que su padre, el rey, les ha hecho mucho daño con forzarlos a hacer esta promesa. Lo contradijo, diciendo en voz alta lo que todos ya estaban pensando, que su padre cometió un grave error y hubiera sido mejor que comieran del botín del enemigo. Vemos la confianza que los soldados tenían con el hijo del rey: no le refirieron como el rey, sino como ‘tu padre que nos forzó’. A Jonatán no le importaba la gloria para sí mismo, sino matar a más filisteos, como Dios les dio la oportunidad. Aun sin comer, los israelitas derrotaron a los filisteos, pero mataron a menos de los que pudieran haber matado con más energía.
Como estaban cansados y hambrientos, el texto dice que mataron las ovejas, las vacas y los terneros que habían quitado a los filisteos. En la ley de Moisés, Dios prohibió que comieran la sangre de cualquier animal, pero en su hambre frenético, se los comieron con toda la sangre. Continuamos la historia con la reacción hipócrita de Saúl cuando se enteró de que sus soldados rompieron la promesa que les forzó a hacer.
¡Mira! Están pecando contra el SEÑOR
I Samuel 14:33-34: Pero alguien fue a decirle a Saúl:
—¡Mira! Están pecando contra el SEÑOR. Se están comiendo la carne con todo y sangre.
Saúl dijo:
—¡Pueblo pecador! Hagan rodar una piedra grande hasta aquí. ¡Inmediatamente!
También les dijo:
—Vayan y díganles a todos que me traigan su toro o su oveja y que los maten aquí. ¡No pequen contra el SEÑOR! No coman carne con sangre.
¡Pueblo pecador!
El metiche que le llevó esta noticia a Saúl parece muy espiritual: mira, están pecando contra El Señor. Pero si le preocupó su pecado, les hubiera conversado directamente del daño que la sangre podría causarles. ¿Por qué Saúl estaba enojado? ¿Porque comieron sangre, o por desobedecerle? Todos llevaron sus animales y los mataron; el texto dice que, por la primera vez, Saúl construyó un altar para el Señor, pero no para adorarlo, sino para hacerle parecer más espiritual de lo que era, para fingir que pidiera perdón por el pecado de comer sangre. Después de construir el altar, Saúl decidió que, aun los que no habían comido nada, que todos fueran tras los filisteos en las tinieblas de la noche. Sin opción, el hambriento ejercito obedeció. Pero el sacerdote quería que primero le preguntara instrucciones a Dios. Continuamos con la historia, leyendo el resultado del juramento tonto que Saúl hizo.
Pero Dios no le respondió a Saúl
I Samuel 14:36-39: …Pero el sacerdote dijo:
—Primero preguntémosle a Dios.
Así que Saúl le preguntó a Dios:
—¿Debo perseguir a los filisteos? ¿Nos ayudarás a derrotarlos?
Pero Dios no le respondió a Saúl aquel día. Así que Saúl dijo:
—¡Tráiganme a todos los líderes! Veamos quién pecó hoy. Juro por el SEÑOR de Israel que aun si mi hijo Jonatán fuera culpable, morirá.
Nadie dijo nada.
Juro por el SEÑOR que aun si mi hijo Jonatán fuera culpable, morirá
Anteriormente en el mismo capítulo, Saúl le dijo al sacerdote que ya no hubo tiempo para consultar a Dios, y ahora parece decidido atacar a los filisteos sin preguntárselo a Dios. Poco a poco, Saúl comenzó a verse como la autoridad máxima de Israel, el que debe ser obedecido sin cuestionar. El texto no describe exactamente cómo se comunicó con Dios, si el sacerdote oró y esperó una respuesta, o cómo usó el efod en comunicarse. No sabemos cuánto tiempo esperaron para escuchar una respuesta, pero tomando los ejemplos de los patriarcas, Moisés, y Samuel, usualmente Dios no tardó mucho en contestar. Quizás le preguntó un par de veces, pero como los soldados estaban presentes, Saúl no quiso verse mal delante de ellos. Vemos el atrevimiento de Saúl, su falsa espiritualidad en cazar y castigar a el que pecó. Con falsa humildad, Saúl anunció que mataría al soldado que pecó e impidió que escuchara de Dios, hasta su primogénito, Jonatán. Después de forzar a los soldados jurar que no comieran nada, poniendo en riesgo la batalla que Dios le dio, Saúl hizo otro juramento tonto, hasta atreviendo de jurar por el Señor, cuando el Señor no tuvo nada que ver con la dirección en que Saúl iba. Hasta parece que Saúl preferiría su muerte en vez de admitir que fue él quien cometió un error y que ya no era el elegido de Dios. El orgullo de Saúl le causó muchos problemas.
El texto dice que los soldados sabían que Jonatán se comió la miel, pero no dijeron nada, mostrando su lealtad a él, y no al rey. Les instruyó a los soldados que se pusieran de un lado y él y Jonatán se pusieran del otro. Continuamos con la historia, leyendo la oración de Saúl, la confesión de Jonatán, la amenaza de Saúl, y la lealtad de los soldados.
Que Dios me castigue duramente si tú no mueres hoy
I Samuel 14:41-45: Entonces Saúl oró:
—SEÑOR, Dios de Israel, ¿por qué no le has contestado a tu siervo hoy? Si mi hijo Jonatán o yo hemos pecado, SEÑOR Dios de Israel, que salga urim. Si ha pecado tu pueblo, que salga tumim.
La suerte cayó sobre Saúl y Jonatán, y los demás quedaron libres. Saúl dijo:
—Echen suertes de nuevo para ver si el culpable es mi hijo Jonatán o yo.
La suerte cayó sobre Jonatán. Entonces Saúl le dijo:
—Dime qué hiciste.
Jonatán le dijo:
—Sólo probé un poco de miel con la punta de mi vara, ¿debo morir por eso?
Saúl juró:
—¡Que Dios me castigue duramente si tú no mueres hoy, Jonatán!
Pero los soldados defendieron a Jonatán diciendo:
—Jonatán le dio una gran victoria a Israel hoy. ¿Tiene que morir? ¡Jamás! Por el SEÑOR viviente que ni un cabello de su cabeza caerá al suelo. Hoy Dios estuvo con Jonatán en el combate contra los filisteos.
De esa manera el pueblo libró a Jonatán de la muerte.
Hoy Dios estuvo con Jonatán, no consigo
Mientras oraba, Saúl se refirió a sí mismo cómo el siervo de Dios, pero Dios ya se apartó de él, y ya no era su siervo. No sabemos mucho sobre el urim y tumim, pero como el efod, eran utilizados para comunicarse con Dios cuando necesitaban saber Su voluntad. Según escolares bíblicos, urim y tumim querían decir luz y perfección. Algunos creen que eran piedras, una clara y la otra oscura y que una significaba un sí de Dios y la otra un no.
Otra vez, Saúl parece mucho más espiritual de lo que realmente era; quería que sus hombres pensaran que tomaba el pecado muy en serio, hasta tomar la vida de su propio hijo si pecó. Jonatán confesó tomar un poco de miel; no pudo creer que su propio padre iba a matarlo por una infracción tan pequeña, por un juramento tan tonto que Jonatán ni supo que lo jurara. Saúl siguió fingiendo que era muy espiritual, que iba a matarlo por su juramento, un juramento que él, y no Dios, hizo. Pero los soldados eran leales a Jonatán; lo admiraron y respetaron. Imaginamos que se interpusieron entre Saúl y Jonatán. Lo insultaron, que Dios estuvo con Jonatán hoy, pero al rey, ni siquiera contestó su oración. El texto no dice cómo Saúl reaccionó, pero no mató a Jonatán y dejó de perseguir a los filisteos, quienes regresaron a su tierra.
Aunque Dios no ya no estaba con Saúl, el texto dice que lo usó para tomar el control de Israel. Bajo el reinado de Saúl, derrotaron a los moabitas, los amonitas, los edomitas, el rey de Sobá, los filisteos y los amalecitas.
Al final del capítulo 14, el texto nos da los nombres de la familia de Saúl, unos de los cuales veremos más adelante. Su padre era Quis. Su esposa era Ajinoán, sus hijos eran Jonatán, Isví, y Malquisúa, y sus hijas Merab y Mical. El comandante del ejército era Abner, su primo. No incluidos en esta lista: su hijo Isbaal y los hijos que tuvo con su concubina Rizpa.
Terminamos el estudio, leyendo sobre la valentía de Saúl.
La valentía de Saúl
I Samuel 14:52: Saúl siempre fue valiente, luchó duro contra los filisteos y cuando veía a un hombre fuerte y valiente lo reclutaba en su ejército.
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En el próximo estudio, Saúl luchará contra los amalecitas y Dios lo rechazará.