Visita angélica a unos pastores
Un Salvador para todos
Un estudio del nacimiento de Jesús no sería completo sin contar sobre cómo ángeles se les aparecieron a unos pastores que estaban cerca de Belén la noche en que nació Nuestro Salvador. En esta devocional, vamos a ver a los pastores antes de que conocieran a Jesús, el mensaje de los ángeles, y los pastores después de conocer al Mesías.
Este devocional es parte de nuestra serie sobre el advenimiento. Si te interesa aprender más sobre este tema en su contexto bíblico, recomiendo los siguientes devocionales en la serie: Elisabet- pariente de María y por un milagro es la madre de Juan El Bautista, Gabriel- ángel quien anuncia los nacimientos milagrosos, Juan el Bautista- tuvo un nacimiento milagro y preparó el camino para Jesús, El Mesías, José- el padre no biológico de Jesús, María- la virgen madre de Nuestro Salvador, Jesucristo, Los Reyes Magos- los sabios que visitan al niño Jesús, dándole regalos dignos de un rey, La Virgen de Guadalupe- por qué no debemos rezar a nadie más que a Dios, Zacarías- el padre de Juan el Bautista
Forasteros en las afueras de todo
La noche que Jesús nació, había unos pastores comunes y corrientes en las afueras de Belén. Los pastores eran considerados forasteros. Eran hombres duros para una tarea dura, cuidar a su rebaño ante ataques de animales salvajes, pasar noches oscuras, aguantar el hambre, el frío, y la soledad. Olían como sudor y mugre. Los pastores eran tipos con quienes no meterse, sabían cómo pelear. Muchos eran analfabetos, sin estudios, ni siquiera de la torá. Seguramente unos de los corderos que cuidaban serían sacrificados en el templo por los pecados de la gente. ¡Que maravilloso que Dios escogió a este grupo para ser los primeros en recibir las noticias del nacimiento de Nuestro Salvador, El Cordero que quitará los pecados del mundo! Vamos a comenzar esta linda historia, leyendo la aparición de un ángel a los pastores.
Dios escogió a este grupo para ser los primeros en recibir las buenas nuevas
Lucas 2:8-9: Cerca de ahí había algunos pastores que pasaban la noche en el campo cuidando su rebaño. Y se les apareció un ángel del Señor. El esplendor de la presencia del Señor los rodeó y se aterrorizaron. (Itálicos míos).
Lo extraordinario en una noche corriente
Imagina por un momento ser los pastores. La noche está silenciosa. El cielo brilla con millones de estrellas. Toman turnos para dormir un ratito y luego volver a proteger al rebaño y los otros pastores. De repente, se les apareció un ángel: es aun más espléndido y brillante que las estrellas, y presentían la presencia sagrada de Dios. Es totalmente comprensible que se asustaran. Comparamos su reacción con la de los otros personajes en la historia del nacimiento de Jesús. Zacarias se asustó y dudó. Maria, quien creo que había tenido algún encuentro angélico anteriormente, se asustó no tanto por la presencia del ángel, sino por su mensaje. Parece que José no se asustara y obedeció de inmediato lo que el ángel le instruyó. Continuamos con la historia, leyendo el mensaje que los ángeles les tenían.
Anuncio de los ángeles a los pastores
Lucas 2:10-14: Pero el ángel les dijo: «No tengan miedo, traigo buenas noticias que les darán mucha alegría a todos. Hoy en el pueblo del rey David, les ha nacido un Salvador, que es el Mesías, el Señor. Como señal, encontrarán a un bebé envuelto en retazos de tela, acostado en un pesebre». De repente, junto al ángel, apareció una gran multitud de ángeles del cielo, y todos alababan a Dios: «¡Alaben a Dios en los cielos! ¡Que haya paz en la tierra para la gente que agrada a Dios!» (Itálicos míos).
«Les ha nacido un Salvador»
La primera cosa que el primer ángel les comunicó era que no tuvieran miedo, que su visita era la mejor posible. Les dijo que hoy les había nacido el Mesías, quien es para ellos- los olvidados, los sucios, los pobres- ¡a todos! Y este Salvador no nació en un palacio ni en una casa. Nació quizás como unos de ellos nacieron: pobre, sin una cama verdadera, acostado en un frío y sucio pesebre. Este Salvador realmente era para ellos, no tan solo los del gobierno, ni los ricos, ni los religiosos, sino para ellos, hombres trabajadores que tenían una existencia aislada de la vibrante vida social y religiosa que tendrían en las ciudades grandes como Jerusalén.
Les dio una descripción específica para ayudarlos a encontrar al niño entre la muchedumbre en Belén para el censo. No es por coincidencia que el ángel se presentara ante los pastores.
Ellos sabrían muy bien que envolatarían los corderos recién nacidos en retazos de tela; ahora El Cordero Salvador se acostaba en un pesebre, envuelto en retazos de tela. Pienso que cuando los otros ángeles vieron al ángel darles las buenas nuevas, ya no pudieron resistir, explotaron de alegría y comenzaron a alabar a Dios espontáneamente. ¡Estaban extáticos por el nacimiento del rey de reyes! Seguimos con la última sección del texto en esta historia, leyendo como los pastores reaccionaron y qué podemos aprender de ellos.
Explotaron de alegría y comenzaron a alabar a Dios espontáneamente
La reacción de los pastores
Lucas 2:15-20: Cuando los ángeles se fueron al cielo, los pastores se dijeron entre ellos: «Vamos a Belén a ver lo que ha sucedido y lo que el Señor nos ha anunciado». Así que fueron de prisa y encontraron a María y a José, y vieron al bebé acostado en el pesebre. Cuando los pastores lo vieron, les contaron a todos lo que se les había dicho acerca del niño. Todos los que escucharon se asombraron de lo que los pastores les contaron, pero María reflexionaba sobre todo esto y trataba de entenderlo. Después los pastores regresaron alabando a Dios por su grandeza, por todo lo que habían visto y oído. Todo había sucedido como se les había dicho. (Itálicos míos).
Cambiados para siempre
Podemos tomar inspiración de la reacción de los pastores. Creían el mensaje, y querían ver lo que había acontecido con sus propios ojos. Pero, no se preguntaron ¿Será? Aun si no fueran religiosos, sabían de las profecías del tan esperado Mesías. Investigaron, yendo de inmediato a Belén, y por obedecer, recibieron el premio de ver al Salvador del mundo. En su exaltación y alegría, no creo que llevaran el rebaño consigo. Dejaron todo, arriesgando ser unos desamparados cuando regresaron, que un ladrón podría llevarse al rebaño, o un lobo podría atacarlos, y su dueño los despediría. Pero no les importó. Me imagino que, en su excitación, corrieron a Belén y preguntaron a unos cuantos si habían visto un recién nacido, no en una casa, sino acostado en un pesebre. Faltaban el aire por correr, pero se reían por tanta alegría. Los pastores, sin poder reprimir la alegría, trataron de describir el mensaje del primer ángel, el esplendor de la multitud alabando, como sonaban, qué decían, y su gran sorpresa que el ángel escogió aparecerles y no a alguien importante.
Eran totalmente cambiados
Regresaron a las afueras, pero totalmente cambiados. En vez de enfocarse en la falta de comida, lo poco que tenían, el frío, los ladrones, alababan a Dios y que muy pronto vivirían en el cielo con Él para siempre, unos pastores comunes convertidos en los primeros de presenciar Dios venido a la tierra. Me imagino que sus vidas jamás fueran iguales. Ahora en vez de tan solo cuidar a corderos destinados al sacrificio por los pecados, verían al futuro cuando El Cordero tomaría los pecados del mundo.