Soy víctima del abuso sexual

 Historia de una princesa

Había una princesa hermosa, viviendo en un palacio, aprendiendo a bordar, cantar, tocar un instrumento, y el protocolo real. Sus padres arreglaron su matrimonio desde que era una niña y está comprometida con un príncipe de otra tierra, un matrimonio que fortalecerá las relaciones entre ambas naciones. La princesa sueña con su boda y con ser una esposa y madre. Espera este día con paciencia, con la esperanza de que su prometido esté a su agrado, pero aun si no, es obediente y no se va a entregar a nadie sino su futuro marido en la noche de la boda.

Esta es la historia de Tamar, hija del Rey David, con muchos medio hermanos y un hermano,  Absalón. Su vida iba a ser un deleite royal, hasta que Amnón, uno de sus medio hermanos, la engañó y la violó, arruinando su vida para siempre. Lo que Amnón quería hacer con su hermanita era estrictamente prohibido. Por pensar tanto en tener a su hermana, Amnón se hizo enfermar por su obsesión de que ella fuera una virgen.

Este artículo es parte de nuestra serie sobre la familia y socios del Rey David. Puedes leer los siguientes artículos en la serie:

Abigail- esposa sabia y hermosa de David

 Abner- General del ejército de Saúl

Absalón-hijo de David, asesinó a Amnón e intentó tomar el trono por la fuerza

Ajitofel- consejero de David quien lo traicionó y abuelo de Betsabé

Amnón- hijo mayor de David quien violó a su media hermana

Ana- madre de Samuel, sumo sacerdote quien ungió a David

Betsabé- esposa de David y madre de Salomón

Doeg- actuó por una mentira de David, asesinando a muchos sacerdotes

Elí- sacerdote quien no disciplinaba a sus hijos

Goliat- gigante filisteo quien David mató por Israel

Joab- General del ejército de David

Jonatán- leal amigo de David, hijo del Rey Saúl

La Reina de Sabá- reina que visita a Salomón, hijo de David

Mefiboset- hijo cojo del mejor amigo de David

Mical- primera esposa de David

Nabal- primer esposo de Abigail y hombre necio quien negó ayudar a David

Rizpa- Concubina de Saúl y madre ejemplar

Siba- siervo engañoso de Saúl

Urias- primer esposo de Betsabé y guerrero de Israel quien David asesinó

Inocente en un mundo siniestro

Era probable que David arregló el matrimonio de Tamar cuando era una niña, como era la costumbre para las princesas. Ella esperó la edad de casarse; a lo mejor pasaba momentos en el harem, pensando en su boda, su vestido, la fiesta, como sería estar casada. Como crecía en el harem real, quizás escuchaba a las concubinas de su padre susurraban de asuntos amorosos, pero la joven realmente no sabía nada. Era inocente en un mundo siniestro. Y Amnón estaba consciente de su compromiso, su inocencia, y que arruinaría su vida si intentara hacer algo impropio con su hermana. Tamar, por su parte, vivía con la ley de Moisés implícita en todo lo que hacía para cuidar su pureza. Por lo tanto, vivía muy bien vigilada y solamente salía del harem acompañada con sirvientes. 

Amnón siguió el consejo de un mal amigo que sugirió que le hablara con su padre el rey, y que le pidiera hacer que Tamar viniera a su casa para cocinarle para que tuviera la oportunidad estar a solas con su hermanita. Entonces, Amnón fingió estar enfermo. Cuando su padre vino a verlo, le pidió que Tamar viniera y le preparara unas empanadas. Comenzamos con el texto, en que David le mandó a Tamar a la casa de su medio hermano. 

II Samuel 13:7

David envió mensajeros a la casa de Tamar, y le dijeron:

Ve a la casa de tu hermano Amnón y prepárale algo de comer. (Itálicos míos).

Entra Tamar

Han hablado de Tamar, pero no entra en el escenario hasta el versículo ocho. Por vivir tan cuidada y vigilada, no veía a sus hermanos con frecuencia, aunque, seguramente, Amnón la espiaba como pudiera.

Cuando David se enteró de la enfermedad de su hijo, le preocupó que el heredero del trono estuviera enfermo─ ¿Qué tal si se muriera? Mandar a Tamar a la casa de su hermano se trataba de su preocupación por la preservación del trono. Observamos los verbos del texto: <<Ve y prepárale>>. El rey no estaba pidiéndole que fuera; este es un mandato y ella no tenía de otra más que obedecerle. La palabra del rey, aun siendo su padre, era ley. Continuamos con el texto, observando a Tamar obedeciendo a su padre. 

II Samuel 13:8-10

Así que Tamar fue a la casa de su hermano Amnón mientras él estaba en cama. Tamar tomó harina, la amasó y le cocinó las empanadas mientras Amnón la observaba. Luego Tamar las sacó y se las sirvió a Amnón, pero él se negó a comérselas diciéndoles a sus siervos que se fueran, que lo dejaran solo. Así que todos sus siervos salieron de la habitación.

Entonces Amnón le dijo a Tamar:—Tráeme la comida a mi cuarto y tú misma dame de comer.

Tamar tomó las tortas que había preparado y fue al cuarto de su hermano. (Itálicos míos).  

No es culpa suya

Lo que le pasó a Tamar no es su culpa para nada; Amnón tenía un corazón malvado y la engañó. Ella era inocente y quería obedecer a su padre. Además, fue acompañada por sus sirvientes, así que, ¿Qué le podría pasar? En ese entonces, las doncellas nunca estaban a solas con los hombres. La protección de la virginidad era una prioridad.

Era un poco peculiar que una princesa cocinara; tenían sirvientes que hacían todo por ellos, pero alguien tomó el tiempo para enseñarla, quizás su propia criada. Amnón sabía de este talento y planeó sacar provecho de eso. Mientras cocinaba, su hermano la observó espeluznantemente.

Sirvientes obedientes pero culpables

Cuando Amnón ordenó que los siervos salieran del cuarto, debiera haber sido una bandera roja para todos, si aún no sabía que algo andaba mal. Creo que los sirvientes participaron en la violación; aunque no tenían alternativa más que obedecer, un siervo leal arriesgaría el castigo interviniendo por defender una joven contra un crimen tan grave. Sabían que no debieran dejarla a solas, temieron lo peor, y se sentían inútiles para parar una tragedia.

Me imagino que cuando le ordenó traer la comida a su cuarto, Tamar estaba algo alterada, pero no quería cuestionarlo y causar un escándalo por desobedecerle. Pienso que sabía que él no estaba enfermo, pero tampoco no quiso hacerle enojar. Continuamos con la historia con la canallada de su medio hermano.

II Samuel 13:11-14

Cuando empezó a darle de comer, él la agarró de la mano y le dijo:—Ven, acuéstate conmigo.

Tamar le dijo: —¡No, hermano! ¡No me obligues a hacer eso! ¡No cometas esta infamia, que eso no se hace en Israel! No podría librarme de mi vergüenza y la gente te vería como un criminal. Mejor habla con el rey, él dejaría que nos casáramos.

Pero Amnón no escuchó a Tamar y como era más fuerte, la forzó a tener relaciones sexuales con él. (Itálicos míos).

Yo también soy víctima del abuso sexual

Esta sección de la historia es muy difícil leer─ queremos mirar al otro lado, huirnos a cualquier otro lugar en vez de estar presente con lo acontecido, sin poder hacer nada para Tamar sino observarla ser violada por su propio hermano. Nos incomodamos y nos enojamos para ella, pero sentimos inútiles. Echamos un vistazo a los verbos usados por cada uno en esta sección del texto.

Amnón: agarró, ven, acuéstate, no escuchó, era más fuerte, la forzó.

Tamar: empezó a darle, no obligues a hacer, no cometas, no se hace, no podría librarme, vería como un criminal, habla, dejaría que nos casáramos.

Es obvio quien tenía el poder.

Tamar la bondadosa

Aun antes de ser violada, leemos la bondadosa advertencia que Tamar le dio: <<la gente te vería como un criminal.>> No quería llevar la vergüenza de ser soltera e impura, tampoco deseaba lo malo para él, que sería visto como un criminal. Aun sabiendo lo depravado y asqueroso que era, le proveyó a su hermano una solución: pedirle su mano al rey, y seguramente se le otorgaría. No sabemos si David estaría dispuesto a romper la ley de Moisés, pero, Tamar se lo propuso, sacrificándose a casarse con su medio hermano, tan solo para salvarse de la vergüenza. Vemos en ella una joven inteligente, que pensó rápidamente aun bajo la presión, una mujer sacrificial, dispuesta a casarse para mantener su pureza, y una virgen que intentaba desesperadamente quedarse así hasta su boda. Pero Amnón no la escuchó, no quiso casarse con ella, quería su inocencia y no quiso esperar. Continuamos con la historia, leyendo que sucedió después de esta barbaridad.

II Samuel 13:15-18

Pero después de violarla, sintió un odio hacia ella mucho más grande que el amor que sintió antes, y le dijo:—¡Levántate y vete!

Tamar le dijo a Amnón:—¡No! No me eches así. ¡Eso sería peor de lo que acabas de hacer!

Pero Amnón no la escuchó, sino que llamó a su siervo y le dijo:—¡Echa de aquí a esta mujer! Y luego cierra bien la puerta.

 Así que el siervo de Amnón la echó fuera y cerró la puerta… (Itálicos míos). 

La niebla del autoengaño

Pero después de violarla, sintió un odio hacia ella mucho más grande que el amor que sintió antes. De repente, Amnón se dio cuenta de que lo que sentía por ella nunca fue el amor, sino deseo, y después de complacerse, quitándole la virginidad, su verdadero sentimiento por ella apareció: el odio. La odiaba desde siempre, aunque se engañó, pensando lo contrario. Tamar le imploró no echarla; en desesperación, le suplicó reparar este trauma que había causado. Le dijo que echarla sería peor que violarla. ¿Qué podría ser peor que ser violada por su propio hermano? Aunque la culpa era completamente de su hermano, en aquel tiempo, la mujer estaría condenada a vivir toda su vida una solterona, sin marido ni hijos. Tamar sabía que nadie se casaría con ella, la verían como una cualquiera, una mujer suelta e impura con quien nadie se casaría.

Absalón era el único dispuesto a ayudarla. Tamar aceptó la ayuda de Absalón en vez de pedir ayuda de su padre. Absalón consoló a Tamar y le aconsejó a venir a vivir con él, bajo su protección. Seguimos con la historia: Tamar salió del cuarto de Amnón y de inmediato comenzó el luto.  

II Samuel 13:18-20

…Tamar llevaba una túnica muy decorada especial para las princesas solteras. Al salir, rasgó la túnica y se echó ceniza en la cabeza. Luego con las manos en la cabeza, se fue llorando.

Entonces su hermano Absalón le dijo: —¿Has estado con tu hermano Amnón? ¿Te hizo algún daño? Si así es, cálmate, hermana. Amnón es tu hermano, no dejes que esto te preocupe más de la cuenta.

Así que Tamar no dijo nada, y desolada, se fue a vivir a la casa de Absalón.  (Itálicos míos).

Ayuda inútil

Tamar había ido a la casa de su hermano en una túnica decorada, especial para las princesas solteras. Como ya no era virgen, ni se sentía especial, Tamar salió del cuarto de Amnón y de inmediato comenzó el luto, rasgando la túnica como su hermano había hecho con su alma. Ahora nadie iba a querer casarse con ella, mucho menos su prometido. Su padre estaría desilusionado con ella por haber arruinado esta nueva alianza. Aceptó la ayuda de Absalón en vez de su padre porque los dos ya sabían que su padre no haría nada en contra de Amnón, el mayor y favorito del rey. Hasta el consuelo de Absalón era poco. Le avisó calmarse y dejar de preocuparse. Obediente, Tamar no dijo nada, y desolada, se fue a vivir en el olvido.

Como David, ignoró el dolor y el trauma para luego vengarse, tomando justicia en sus manos. Después de dos años, Absalón asesinó a Amnón, pero matarlo no resolvió nada: ella vivió el resto de su vida como una mujer arruinada y rechazada. Nunca se casó, nunca cumplió su sueño de ser esposa y madre. Después de la muerte de Absalón, regresó al harem donde se murió una solterona.

Actividades para procesar:

Desafortunadamente, el abuso sexual es común. Según estadísticas de varias investigaciones, alrededor de 1 de cada 4 mujeres ha tenido alguna experiencia sexual abusiva. 

Sanar del abuso sexual es posible, pero sin decírselo a nadie, es imposible. Dios quiere que sanes del abuso, de la vergüenza, y malos sentimientos. Si has sido abusada, quizás estás enojada con Dios por permitir este abuso. El primer paso es decírselo a Dios, reza y desahógate de todos tus sentimientos, incluso lo que sientes hacia Él. 

Después, comprométete a contar lo que te sucedió a una persona confiable.  A veces puedes contar con el apoyo de tu mejor amiga, pero a veces es mejor contárselo a un profesional entrenado a ayudar a procesar los acontecimientos y tus sentimientos. Tu iglesia puede ser un recurso para ayudarte a encontrar la persona adecuada, y a lo mejor, si es una iglesia más grande, tiene una aconsejadora cristiana disponible para ayudar. ♥

Evelyn Bou

Empatizo con el caos que el dolor traiga. Sé lo que es tratar de utilizar los recursos disponibles para mejorar, al terminar sintiéndose frustrada y aún más sola. Aprendí tanto sobre el dolor que me convertí en una coach certificada en el duelo y las relaciones, y profesional del trauma, con la esperanza de ayudar y brindándoles apoyo emocional a otras mujeres cristianas.

http://apoyocristiana.com
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