Abraham el padre de nuestra fe
Un pagano llamado por Dios
Abraham es el padre de nuestra fe en el único Dios, Creador del universo. Dios llamó a Abraham para salir de una vida pagana pero cómoda a vagar por una tierra extranjera, Canaán. Continuamos nuestro estudio de Génesis examinado algunas de las historias de Abraham.
Esta devocional es parte de nuestra serie en Génesis. Si no has leído las otras devocionales en la serie, te invito a leer sobre la creación, Adán, Eva, sus hijos Caín y Abel, los hijos de Dios, Noé en el diluvio, la torre de Babel, Téraj, el padre pagano de Abraham, el misterioso sumo sacerdote Melquisedec, la visita del Señor a Abraham, Lot, el sobrino de Abraham que vivía en Sodoma, los secuestros de Sara, Ismael, primogénito que no heredó la descendencia de Abraham, Agar, la madre de Ismael, Dios le pidió a Abraham sacrificar a su hijo, la historia de amor de Isaac y Rebeca, los gemelos muy distintos, Esaú y Jacob, y Isaac, hijo de Abraham y Sara.
Salió del paganismo
Ur de Babilonia era una ciudad lujosa, con todo lo imaginable, incluso muchos dioses. Por algún motivo desconocido, Téraj, el padre de Abraham, tomó su hijo, Sara y Lot, y dejó Ur, su tierra natal, para Canaán. Téraj nunca llegó a Canaán y permaneció en una tierra llamada Jarán. Mientras vivía en Jarán, Abraham escuchó la llamada de Dios y siguió el camino original a Canaán, llevando consigo a su esposa Sara y Lot.
La viejita bella
Aunque vieja, Sara era una mujer sumamente bella, tan hermosa, que al verla, los hombres no podían controlar su deseo de poseerla. Al salir de Ur, Abraham le pidió que adondequiera que se fueran, que le dijera a todo el mundo que fuera su hermana en vez de su mujer. Abraham razonaba que, si todos pensaran que ella fuera su hermana, no lo matarían para poseerla. Y su plan funcionó─ hasta cierto punto. Aunque Dios le había prometido a Abraham darle la tierra de Canaán y hacerle el padre de tantos descendientes que serían más numerosos que la arena, Abraham no le confió la protección de su esposa.
En Canaán, hubo una hambruna. Sin consultar a Dios, decidió ir a Egipto. Allí, el faraón, con el consentimiento de Abraham, tomó a su esposa y la hizo suya. Vemos lo egoísta que era Abraham, poniendo la vida de su esposa en riesgo mientras recibió un gran dote por ella. Comenzamos la historia de Abraham viendo su falta de fe en Dios, dejando que su esposa fuera mujer del propio faraón.
El faraón fue muy amable con Abraham
Génesis 12:15-20: Cuando los funcionarios del faraón la vieron, le contaron al rey lo hermosa que era. Entonces llevaron a Saray a la casa del faraón. Gracias a Saray, el rey fue muy amable con Abraham, quien adquirió ovejas y cabras, ganado, asnos, esclavos, esclavas, asnas y camellos. Luego el SEÑOR mandó una epidemia sobre el rey y su gente por haber tomado a Saray, la esposa de Abraham. Entonces el faraón llamó a Abraham y le dijo: «¿Qué rayos has hecho? ¿Por qué no me dijiste que ella era tu esposa? ¿Por qué me dijiste “¿Ella es mi hermana”, para que yo me casara con ella? Ahora aquí está tu esposa, tómala y vete». Entonces el rey dio órdenes con respecto a Abraham para que lo dejarán seguir su camino a él y a su esposa junto con sus posesiones.
Lot, el sobrino de Abraham
Cuando Dios llamó a Abraham a salir de Jarán, su sobrino Lot lo acompañó, viviendo muchos años con él. Su padre había muerto y Abraham era como un padre sustituto para él. Después de unos años de vagar por el desierto, tanto Lot como Abraham tuvieron muchos rebaños, ganado, y siervos; los dos no podían alimentar a tantos animales con el pasto que había en el área. Los que cuidaban el ganado de los dos se peleaban entre sí. Abraham vio el lío que esto causó y propuso una solución: que se separaran. Continuamos la historia de Abraham leyendo la separación de los dos y la lamentable decisión que Lot tomó.
Abraham y Lot se separan
Génesis 13:8-9, 11-12: Entonces Abraham le dijo a Lot: «Nosotros somos familiares, por eso no debe existir ninguna pelea entre tú y yo, o entre tus pastores y los míos. ¿No está todo el país a tu disposición? Debemos separarnos. Si te vas al sur, yo iré al norte. Si te vas al norte, yo iré al sur».
…Lot eligió todo el valle del Jordán, viajó hacia el oriente y así se separaron el uno del otro. Abraham vivió en Canaán, pero Lot vivió en las ciudades del valle y movió su campamento cerca de Sodoma.
Miró, eligió, se separó
Luego, hubo una guerra entre varias naciones cerca de Sodoma. En el caos de la guerra, Lot y su familia fueron secuestrados y se llevaron todas sus posesiones. Uno de los siervos de Lot se escapó y llegó a Abraham para contarle el peligro que su sobrino corría. Continuamos con la historia, leyendo como Abraham respondió.
Abraham liberó a Lot
Génesis 14:14-16: Cuando Abraham escuchó que su pariente había sido capturado, reunió a 318 hombres bien entrenados que habían nacido en su hogar, y se fue hasta Dan a perseguir al enemigo. Por la noche Abraham y sus siervos se desplegaron contra los enemigos, y los derrotaron... Abraham recuperó todo lo que se habían llevado, liberó a Lot y lo que le habían quitado y liberó también a las mujeres y a los demás cautivos.
Abraham y Melquisedec
Después de rescatar a Lot, Abraham conoció a Melquisedec, quien apareció como si de la nada, presentándose como el rey de Salem y sumo sacerdote del Dios Altísimo. Aparentemente, Salem no estaba involucrado en la batalla y no sabemos por qué estuvo allí. Muy agradecido que ninguno de sus 318 hombres muriera en la guerra, un milagro en sí, Abraham le dio un décimo del botín conseguido en la guerra, para El Señor. Continuamos la historia de Abraham con el encuentro entre Melquisedec y Abraham.
Rey de Salem y sacerdote del Dios Altísimo
Génesis 14:18-20: Melquisedec, rey de Salem, trajo vino y pan. Él era sacerdote del Dios Altísimo. Bendijo a Abraham y le dijo: «Abraham, que el Dios Altísimo te bendiga, creador del cielo y de la tierra. Y bendito sea el Dios Altísimo, quien entregó en tu poder a tus enemigos». Abraham le dio a Melquisedec la décima parte de lo que había conseguido en batalla.
El más importante bendice al menos importante
Abraham es el padre de nuestra fe, sin embargo, fuera Melquisedec quien bendijo a Abraham y no al revés. Aunque hablamos muy poco de Melquisedec, es muy importante; Dios lo elevó más alto que a Abraham, el hombre con quien hizo una alianza. Melquisedec era una sombra de Jesús.
Abraham y Agar
Aun con la promesa de Dios de darle a Abraham muchos descendientes, Sara no pudo concebir. Agar era parte del dote que Abraham recibió por Sara en Egipto. Continuamos la historia leyendo lo que Sara le dijo a Abraham para convencerle de acostarse con Agar.
Ten relaciones sexuales con mi esclava
Génesis 16:1-4: Hasta ese día Saray, la esposa de Abraham, no le había podido dar ningún hijo, pero ella tenía una esclava egipcia llamada Agar. Entonces Saray le dijo a Abraham: —Tú sabes que el SEÑOR no me ha permitido tener hijos, así que ten relaciones sexuales con mi esclava. Tal vez yo pueda tener un hijo por medio de ella.
Abraham hizo lo que Saray le dijo. …Su esposa Saray tomó a su esclava Agar y se la dio como mujer a su esposo Abraham. Abraham tuvo relaciones sexuales con Agar y ella quedó embarazada. Cuando ella se enteró de que estaba embarazada, empezó a creerse más que Saray.
Abraham hizo lo que Saray le dijo
Abraham hizo lo que su esposa le instruyó. No lo vemos consultar a Dios ni nadie más antes de tomar la decisión. Seguramente Sara se lo había pedido varias veces y resistió, pero al final, se rindió. Abraham no se casó con ella ni la hizo una concubina. Agar rápidamente concibió un hijo. Cuando se le apareció su panza de embarazada, comenzó a creerse mejor que su dueña. Llena de ira, Sara se arrepintió de entregarla a su esposo y reprochó a Abraham por obedecerla. Continuamos con la historia.
Tú eres el culpable de lo que me está pasando
Génesis 16:5-6: Entonces Saray le dijo a Abraham: —Tú eres el culpable de lo que me está pasando. Yo misma entregué a mi esclava en tus brazos y cuando ella vio que estaba embarazada, me volví despreciable para ella. Que el SEÑOR decida quién, entre tú y yo, tiene la razón.
Pero Abraham le dijo a Saray: —Mira, esa esclava es tuya, haz con ella lo que tú quieras.
Entonces Saray trató mal a la esclava, y la esclava huyó.
Haz con ella lo que tú quieras
Sara le dijo a Abraham que él tenía la culpa por la actitud irrespetuosa de Agar. Como Agar no era una esposa, ni una concubina, Abraham la dejó indefensa. Sara abusó de Agar después de que ésta cumpliera con exactamente lo que le pidió que hiciera y huyó. Pero Agar regresó y dio a luz a un niño, Ismael, el primogénito de Abraham. Después de alrededor de 13 años, Sara dio a luz a Isaac. Un día, Sara vio a Ismael jugando bruscamente con su hermanito, burlándose de él. Sara le exigió a Abraham que echara a su esclava y a Ismael del campamento. Abraham estaba inconforme; era su sangre. No amaba a Agar, pero si quería a su hijo. Pero Dios intervino y le habló, y Abraham no esperó en obedecerlo. La mañana siguiente, Abraham madrugó, y tomando pan y un poco de agua, echó a Agar y Ismael del campamento, para no regresar jamás.
Buenas y malas noticias dado por El Señor
Abraham y Sara recibieron una visita del Señor y dos seres celestes. Leemos el mensaje del Señor y la reacción de la pareja. Continuamos la historia leyendo la visita sorpresa de una vida.
El SEÑOR se le apareció a Abraham
Génesis 18:1-5: El SEÑOR se le apareció a Abraham al lado de los robles de Mamré mientras estaba sentado en la entrada de su carpa a la hora más calurosa del día. Levantó los ojos y vio a tres hombres de pie frente a él. Cuando los vio, corrió desde la entrada de su carpa para encontrarse con ellos, se postró rostro en tierra y dijo: —Señor, si he merecido su aprobación, por favor quédese conmigo. Yo soy su siervo. Permítanme traerles un poco de agua. Luego laven sus pies y descansen bajo un árbol. Traeré un poco de pan para que repongan sus fuerzas. Después podrán continuar su camino. Permítanme hacer esto ya que han venido hasta aquí, donde está su siervo.
Entonces ellos dijeron: —Haz lo que has dicho.
Yo soy Su siervo
De inmediato, Abraham reconoció que fue El Señor quien lo visitó, y corrió a Él y se postró en reverencia. Le pidió quedarse con él para que el mismo pudiera servirles. Sabía que era El Señor, pero eso no le impidió practicar la hospitalidad tradicional de ese entonces, incluyendo lavarse los pies y servirles comida. Dios no necesita comer, pero Abraham quería ofrecerle lo que tenía y Él aceptó. Después, apurado y sin decirle porque, Abraham le pidió a Sara que preparara pan. Luego, le pidió a uno de sus siervos que preparara un asado con el cordero que eligió. Al terminar, Abraham les trajo el banquete a los tres visitantes. Abraham no se olvidó de que fuera el siervo; no se atrevió sentarse con ellos, sino se quedó de pie al lado, listo para cualquier cosa que necesitaban.
Después de comer y relajarse un poco, hablaron con Abraham. Uno de los tres le dijo a Abraham que durante el transcurso de un año, Sara iba a tener un hijo.
Rumbo a la destrucción
Después de comer y anunciar el nacimiento pendiente de su hijo, los tres visitantes se fueron en dirección de Sodoma, y Abraham los acompañó para despedirse. El Señor le dio a Abraham una mala noticia: tenía que destruir a Sodoma. Lot y su familia todavía vivían en Sodoma. En la sección del texto que vamos a leer a continuación, parece que Abraham se atreviera a discutir con Dios, pero no es así. Dios estaba probando que su elegido fuera un hombre misericordioso. Continuamos con la historia, leyendo cómo Abraham rogó por Sodoma.
Destruir a los justos junto con los perversos
Génesis 18:23-26: Se le acercó y le dijo: —¿En realidad vas a destruir a los justos junto con los perversos? Tal vez haya 50 justos en la ciudad. ¿Aun así la destruirías? ¿No perdonarías a toda la ciudad por esos 50 justos que viven en ella? Tú no harías algo así: matar a la gente justa junto con la perversa. Si así fuera, el justo sería tratado de la misma manera que el perverso. Ni se te ocurra. ¿Acaso el Juez del mundo no debe hacer justicia?
Luego el SEÑOR dijo: —Si llego a encontrar 50 justos en Sodoma, por ellos perdonaré a toda la ciudad.
No la destruiré para salvar a esos diez
Así siguió su conversación, Abraham bajó el número requerido de justos hasta llegar a un acuerdo: si hay 10 personas justas en Sodoma y Gomorra, Dios no destruiría la ciudad.
Dios estaba de acuerdo, sabiendo que ni había 10 personas rectas allí.
Sara fue secuestrada- otra vez
Parece que Abraham no aprendió su lección con el faraón raptando a Sara porque esto se repitió varios años después. Cuando Sara tenía 89 años y Abraham 99, se mudaron a otra parte de Canaán, a Guerar, y allí seguían mintiendo, diciéndole a todo el mundo que Sara fuera su hermana. El rey de la región, Abimélec, la llamó y la hizo su esposa. Continuamos con la historia, leyendo lo que aconteció al rey una noche oscura.
Vas a morir
Génesis 20:3-6: Una noche Dios fue donde Abimélec en un sueño y le dijo: —Vas a morir por haber tomado a esa mujer, ella tiene esposo.
Abimélec todavía no había tenido relaciones sexuales con ella. Entonces le dijo: —Señor, ¿destruirías a una persona inocente? ¿Acaso no me dijo él: “Ella es mi hermana”? Ella misma también me dijo: “Él es mi hermano”. Yo hice esto de buena fe e inocentemente.
Entonces Dios le dijo en su sueño: —Yo sé que hiciste esto con buena intención. No permití que pecaras contra mí, y por eso no dejé que la tocaras.
¿Acaso no me dijo él: “Ella es mi hermana”?
Para proteger la vida de todos en el reino, Abimélec llamó a Abraham en la madrugada para devolverle a Sara y regañarlo por mentirle. Continuamos con la historia leyendo lo que le dijo a Abraham.
Lo que has hecho no tiene nombre
Génesis 20:9-10: Luego Abimélec llamó a Abraham y le dijo: —¿Por qué nos has hecho esto? ¿Qué pecado cometí yo contra ti para que hayas traído un pecado tan grande sobre mí y sobre mi reino? Lo que has hecho no tiene nombre.
También le dijo Abimélec a Abraham:—¿Qué lío querías armar con esto?
La única embarazada
Tanto el faraón como Abimelec reflejaban el corazón de Dios a Abraham. Abraham le explicó a Abimelec por qué le mintió, y que era culpa suya por pedirle a su esposa que les mintiera a todo el mundo. Durante todo el tiempo que Sara estaba en el harén del rey, nadie pudo embarazarse. Después de recibir a Sara de vuelta, Abraham rezó para las mujeres del harén y Dios las sanó. Por aliviarse de la culpa, Abimélec le dio a Abraham unos regalos similares al dote que el faraón se lo dio años atrás.
Dios le pidió a Abraham sacrificar a su hijo Isaac
Abraham tenía una ventaja que la gran mayoría de nosotros no tenemos: escuchó directamente de Dios. Dios le puso otra prueba de fe a Abraham, esta vez a sacrificar a su hijo Isaac. Continuamos la historia de Abraham leyendo el mensaje de Dios para Su siervo.
Abraham, ¡sacrifica a tu hijo!
Génesis: 22:1-2: Después de todo esto Dios puso a prueba a Abraham. Le dijo:—¡Abraham!
Y él le dijo: —Aquí estoy.
Luego Dios dijo: —Toma a Isaac, tu amado hijo único, ve a la tierra de Moria y ofrécelo como un sacrificio que debe quemarse completamente, en la montaña que yo te indicaré.
Tu amado hijo único
Por fin, Abraham y su campamento estaban viviendo en paz en Canaán y veían el cumplimiento de la promesa de Dios con el nacimiento milagroso de su hijo Isaac. Tenemos que recordar que Abraham no sabía cómo iba a terminar esta petición. Abraham obedeció de inmediato. A la mañana siguiente, se levantó temprano, llevó a Isaac y dos siervos y se fueron con un burro, leña, y suministros para el viaje. Tomó tres días para llegar a Moria, un viaje en que Abraham hablaba constantemente con Dios, pero sin escuchar palabra alguna. En hebreos 11:19 en el nuevo testamento, el autor de este libro nos dice que Abraham creía que Dios tenía el poder para resucitar a los muertos, incluso su único hijo.
De entre los muertos
Cuando por fin llegaron a Moria, dejó a sus siervos y al burro para esperarlo mientras subió con Isaac. Les dijo que los dos irían y volverían. Paso a paso Abraham y Isaac caminaban juntos, Isaac llevando la leña en los hombros y Abraham el cuchillo. En el camino, Isaac se dio cuenta de que algo estaba mal, y le preguntó a su padre donde estaba el cordero que iban a sacrificar. Abraham le contestó que Dios proveería. Llegaron al lugar que Dios le indicó, construyeron un altar. Abraham volvió hacia Isaac y le dijo que Dios le pidió sacrificarlo. Lo miró a los ojos, los dos llorando y respirando fuerte. Isaac se rindió, su papá le ayudó a subirse al altar, y entre sollozos y calladas súplicas de parar, Abraham sacó el cuchillo. Pero el ángel del Señor lo interrumpió. Continuamos con la historia.
¡Detente!
Génesis 22:12-13: Luego el ángel dijo: —¡Detente! No le hagas daño al muchacho. No le hagas nada, porque ahora sé que tú respetas y obedeces a Dios. No le negaste a tu único hijo.
Luego Abraham levantó la mirada y vio un cordero enredado por los cuernos en un arbusto. Así que fue, lo agarró y lo ofreció como sacrificio a cambio de su hijo.
Un cordero a cambio de su hijo
Después de sacrificar el cordero, el ángel del Señor le habló a Abraham. Continuamos con el final de esta historia leyendo lo que el ángel le dijo a Abraham.
Porque no me negaste a tu hijo, tu único hijo, te daré mi bendición
Génesis 22:16-18: —El SEÑOR ha dicho: “Prometo por mí mismo que porque hiciste esto y no me negaste a tu hijo, tu único hijo, te daré mi bendición y multiplicaré tu descendencia. Tendrás tantos descendientes como estrellas hay en el cielo y arena a la orilla del mar. Ellos se apoderarán de las ciudades de sus enemigos. También prometo que todas las naciones del mundo serán bendecidas por tu descendencia, gracias a que tú me obedeciste”.