David se acuesta con Betsabé
El rey tuvo una aventura de una noche
En el previo estudio, vimos cómo los amonitas avergonzaron a unos israelitas y cómo, con la ayuda de Dios, David los derrotó. En este estudio, vamos a leer cómo David pecó con Betsabé, la esposa de uno de sus valientes, Urias. Veremos que Betsabé no tenía la culpa; nos enfocamos en el texto bíblico y no en ideas románticas y sensuales sacadas de novelas que exageran los hechos.
¿Por qué no estás con tu ejército?
La historia comienza en la primavera. De costumbre era la estación cuando los ejércitos salían a la batalla para conquistar más tierras, y en este caso, Israel tenía asuntos pendientes con los amonitas. No sabemos por qué, pero esta vez David no acompañó a su ejército. Y con este pequeño detalle, comenzó el lío. El ejército se fue y David se quedó. Una tarde le dio mucha flojera y estaba durmiendo una siesta. Se levantó y fue a la azotea del palacio, y allí vio a la bella Betsabé dándose un baño de purificación.
Betsabé tiene la mala reputación de ser una bella seductora que se bañó en el techo de su casa, o una víctima de David, cuando no era ni de las dos. Era la hija de Elián y nieta de Ajitofel, y según expertos bíblicos, de una familia noble. Tanto Elián como Urias, su primer esposo, eran unos de los guerreros más prominentes y cercanos a David. Ajitofel era consejero del rey. Su casa se ubicaba el lado del palacio, así que todos los hombres de su familia ocuparon posiciones importantes en el reino de David; su marido Urias era uno de los leales valientes de David y uno de sus capitanes. Un día, cuando el ejército no estaba, David la vio y la mandó a venir ante él, sabiendo perfectamente bien que era la esposa de Urias. Vamos a ver que no ganaría nada seduciendo al rey y no lo sedujo, sino que cumpliera una orden. Comenzamos con el texto, en esta escena infamosa en que David la llamó a venir ante él.
La vio, la llamó, la tomó y ella regresó a casa
2 Samuel 11:1-5: En la primavera, época en que los reyes salían en campaña militar, David envió a Joab, a sus oficiales y a todos los israelitas a destruir a los amonitas. El ejército de Joab también atacó a la capital, Rabá, pero David se quedó en Jerusalén. Una tarde, David se levantó de la cama y mientras se paseaba por la azotea del palacio, vio a una mujer que se estaba bañando. La mujer era muy hermosa. David mandó llamar a sus oficiales y les preguntó quién era la mujer. Uno de ellos respondió: «Es Betsabé, hija de Elián, esposa de Urías el hitita». Betsabé recién acababa de terminar su período menstrual y estaba cumpliendo los ritos de purificación de este, cuando David envió mensajeros a que la trajeran ante él. Cuando ella llegó, él se acostó con ella. Después de eso, ella volvió a su casa. Betsabé quedó embarazada y se lo hizo saber a David.
¿Estás casada? No soy celoso
Primero, David debía haber estado con sus tropas para destruir a los amonitas. En segundo lugar, David tomó una siesta como si fuera un niño. Cuando se levantó por la tarde, vio a una mujer hermosa. Como se quedó en casa, ¿por qué, por lo menos, no se encargó de asuntos del estado en vez de tomar una siesta? David involucró a sus oficiales, mostrándoles que podrían verla desde la azotea.
“¿No es bella? Ellos le dicen que es la esposa de Urias, uno de sus hombres valientes. O, esperen, entonces, su marido está en la guerra, ¿verdad? Podría llamarla y nadie lo sabría, pues, Uds., pero nadie más. Llámale ahora, dile que venga a verme.”
David ignora que esté casada; no le importa, se calentó a verla y nadie más va a satisfacerlo. En este momento, David es totalmente egoísta. David no involucró a tan solo Betsabé, pero también a sus oficiales quienes no tuvieron alternativa que mentir y encubrir su pecado. El texto no nos dice, pero a lo mejor uno de ellos le pidiera al rey no hacer esto, que llamara a una de sus esposas. Pero David ya decidió que ella tenía que ser suya.
¿El rey me llama? ¿Algo le pasó a Urias?
Según la tradición rabínica, era una adolescente, pero David tenía ya unos cincuenta años- fácilmente pudiera haber sido su padre. Como una subordinada del rey, no pudo negar su pedido aun si quisiera; su palabra era ley. El texto no nos dice si Betsabé y David ya se conocieron, pero es probable, como vivía tan cerca del palacio, un lugar privilegiado, reservado para los más leales al rey. Siendo quien era, la esposa e hija de unos de sus valientes, y la nieta del consejero del rey, probablemente ya conociera muy bien al palacio, siendo una invitada en ocasiones especiales. Probablemente, ella pensara que la llamó al palacio para decirle que su marido había fallecido en la batalla, una posibilidad que todas las esposas de soldados enfrentaron, o pensara que algo le había pasado con su abuelo. Imagina su sorpresa cuando se enterara de que se trataba. Quizás hablara con ella por un rato, quizás la invitara a comer, pero tarde o temprano, tuvo sexo con ella, él iniciando y ella la recipiente de su acto adulterio. A diferencia que Dina, hija de Jacob, ni Tamar, hija de David, el texto no dice que la violó. David se acostó con ella, y ella regresó a su casa, cumpliendo el deseo del rey. Comentaristas bíblicas dicen que el hecho de que todavía no tuviera un hijo es probable que tuviera menos que un año de casada con Urias. Como él estaba en guerra por la mayoría de su matrimonio, no tuvieron la oportunidad de concebir un hijo.
Tenemos que recordar que David ya tenía varias esposas y concubinas, algo que Dios prohibió. Por tener tantas mujeres, sabemos que a David le gustaba el sexo, que buscaba a nuevas para consentir sus pasiones y caprichos. ¿Por qué no llamar a una de ellas? ¿Ellas se enteraron de que la llamara al palacio para acostarse con ella, efectivamente rechazando a ellas? Podemos imaginar que David estuviera buscando a alguien nueva; ya había estado con todas. Con tantas esposas y concubinas, competieran para pasar más tiempo con él, agotándolo mentalmente. Como evidencia de esto, vemos que tuvo un hijo con sus esposas, menos con Mical; no había una mujer que le diera muchos hijos, hasta que conoció a Betsabé, indicando que se aburrió de ellas y después de tener un hijo con una de ellas, la ignoraba. Se quejaran la una de la otra, y David quería paz, silencio, y sexo, no quejas y problemas. Con Betsabé, era una joven sin hijos ni problemas. Pero, nada más sería una vez, ¿Quién lo sabría? Efectivamente, al final, todos.
Pero, ni estuve desnuda ni afuera
El hecho de que el texto nos dice la razón por la cual Betsabé se estaba bañando se quita cualquier culpabilidad por su parte. Estaba cumpliendo la ley de Moisés que dice que hay que purificarse después de menstruar. Es improbable que estuviera desnuda, sumergida en agua hasta la cintura, un acto sensual como está descrito en novelas y arte. Ni siquiera dice que estuviera afuera en el techo de la casa, pudiera haber estado en su cuarto. Es más probable que se bañara con la ropa aún puesta, y con un recipiente de agua y una toalla, como el agua era un recurso escaso. La culpabilidad de verla es totalmente de David; nadie la hubiera visto si no fuera por David estando donde no debiera estar.
No había un gran romance
Aunque películas y novelas tratan de insinuar un gran romance entre los dos, David no estaba enamorado de Betsabé. Después de un tiempo, Betsabé le mandó un mensaje a David diciendo que estaba esperando un hijo suyo. ¿Cómo se sintió y qué esperó que David hiciera? ¿Quería que llamara a su esposo para que se acostara con ella, de manera que todos lo reconocieran como el padre? El texto no nos dice. Tal vez sintiera una mezcla de terror y alegría, temiendo que la matarían por adulterio y la vez feliz por embarazarse. Bajo la ley de Moisés, el castigo por el adulterio era la muerte por lapidación; obviamente, no pudo ser un hijo de su marido por su larga ausencia. Cuando Betsabé le mandó este mensaje, tenía miedo. ¿Qué le iba a pasar? ¿Se iba a morir, aun embarazada? Claramente, podemos ver que nunca intentó seducir al rey; no valdría la pena arriesgar tanto tan solo por la oportunidad de formar parte del harén del rey.
Al recibir el mensaje, David comenzó a actuar de inmediato, pensando que estuviera haciendo lo mejor para protegerla y encubrirse. David no rezó, no buscó consejo de Natán su profeta, sino intentó resolver el lío él mismo y se metió en un problema de grandes proporciones. Betsabé estaba atrapada en una situación horrenda. En el próximo estudio, veremos cómo David intentará solucionar esta situación que creó por su desobediencia.