Jacob luchó con Dios

Luchó con Dios y Él le cambió la vida

Después de dividir todas sus pertenencias, pero antes de reunirse con Esaú, Jacob luchó con Dios y luego Él le cambió su nombre a Israel. En un acto de pánico, mandó a toda su familia a cruzar el río en plena noche, algo que no se hace si uno está en su sano juicio. Jacob se quedó solo, en vela, muy ansioso por el pendiente reencuentro con su hermano. ¿Iba a matar a todos? En el silencio de la noche, apareció un hombre de la nada y luchó con Jacob hasta el amanecer. Es una historia fascinante que no vas a querer perder.

Comenzamos la historia de la lucha entre Dios y Jacob.

Has luchado contra Dios

Génesis 32:25-28: Cuando el hombre se dio cuenta de que no podía derrotar a Jacob, lo golpeó en la unión de la pierna con la cadera, y esa parte se le dislocó.

Luego el hombre le dijo: —Déjame ir, que ya está amaneciendo.

Pero Jacob dijo: —No te dejaré ir a menos que me des tu bendición.

El hombre le preguntó: —¿Cómo te llamas?

Y Jacob respondió: —Jacob.

Después el hombre dijo: —De ahora en adelante no te llamarás Jacob sino Israel, ya que has luchado contra Dios y contra seres humanos, y has ganado.

¿Dios se dejó ser vencido?

Jacob estaba solo, deseando ser confortado, pero en vez de esto, Dios le mandó lo que necesitaba, un cambio total de perspectiva. Dios en forma humana, o sea Jesús antes de su encarnación, por alguna razón luchó con Jacob. Notamos que el hombre comenzó la lucha y no Jacob. No lucharon por unos minutos, sino toda la noche. Esto habla de la determinación de Jacob; pudiera haberse rendido mucho antes, pero quería la bendición más que su comodidad. Dios pudiera haber ganado en cualquier momento. ¿Por qué eligió luchar con Jacob en vez de hablarle? Si lo amaba tanto, ¿Por qué herirlo? Quizás porque Jacob no estaba escuchándole; Dios sabía que tenía que atacar lo más valioso que tenía para alcanzarlo─ su propio cuerpo. Anteriormente, Dios le permitió ver ángeles, pero aun así todo lo que hizo después de ver los ángeles fue motivado por el miedo. Al saber que no iba a desistir, le dislocó la unión entre la cadera y la pierna, una herida sumamente dolorosa, ni mencionar que acaba de dificultarle la huida de su hermano, poniéndolo en una posición muy vulnerable. Jacob ya no luchó, sino que se aferrara a Él, lo que Dios quería al principio. Ahora que estaba débil fue cuando era realmente fuerte porque ahora estaba escuchando y confiando en Dios y no en su propia inteligencia.

¿Vencedor o perdedor?

Aunque Dios le dijo a Jacob que luchó contra Él y ganó, parece que Jacob perdió, como siempre perdimos cuando procuramos luchar con Dios. ¿En qué sentido Dios dijo que ganó? A pesar de herirlo, Jacob ganó una perspectiva correcta de Dios, de él mismo, y de su papel en el mundo. Aun con un dolor pésimo, Jacob no se rindió hasta que le diera su bendición. Quería saber el nombre del desconocido con quien acaba de luchar, aunque dijo que era Dios, y por eso deseaba su bendición. Dios le preguntó por qué quería saber su nombre. En vez de decirle otra vez que es Dios, le mostró de nuevo que es Dios por bendecirlo, tal y como Jacob le suplicó. Si estás frustrado porque parece que Dios no está contestando una pregunta que le haces una y otra vez, busca Su respuesta en cómo Él está actuando en tu vida. A ese lugar donde Jacob luchó con Dios, le puso un nombre que quiere decir que allí vio a Dios cara a cara y vivió. Mientras amaneció, Jacob se dio cuenta de que jamás sería el mismo; además de bendecirlo y cambiarle el nombre a Israel, estaba cojo para el resto de su vida debido a que Dios dislocara su cadera. Era un momento de poner su fe en Dios; en unos momentos iba a enfrentar a su gemelo Esaú y ahora ni siquiera podría caminar bien, pero ahora confiaba que Dios estaba con él.

Jacob y su familia tenían que huirse

Después de la violación de su hija Dina y que sus hijos destruyeron la ciudad de Siquén para vengarse, toda la familia y sus siervos tenían que huir. Dios le ordenó a Jacob ir a vivir en Betel. Jacob nunca debió haber entrado en un acuerdo con los de Siquén, ofreciéndoles una alianza de mestizaje formando un solo pueblo, esto nunca fue el plan de Dios. Continuamos con la historia, leyendo lo que Jacob les instruyó a todos sus familiares antes de marcharse a Betel.

Destruyan todos esos dioses ajenos

Génesis 35:2-4: Entonces Jacob le dijo a sus familiares y a todos los que estaban con él: —Destruyan todos esos dioses ajenos que ustedes tienen, purifíquense y cámbiense de ropa. Nos iremos de aquí a Betel. Allá le construiré un altar al Dios que me escuchó cuando tenía problemas y que ha estado conmigo en donde yo he estado. Entonces ellos le entregaron a Jacob todos los dioses ajenos que tenían en las manos y todos los aretes que tenían en las orejas. Y Jacob los enterró bajo la encina que estaba cerca de Siquén. 

¿Es difícil creer que después de todo este tiempo todavía tenían ídolos?

Después de presenciar tantas cosas sobrenaturales, es difícil creer que unos de los familiares y siervos todavía se aferraron a dioses ajenos, pero tenemos que recordar que únicamente Jacob y su familia creían en el verdadero Dios. Obedecieron a Jacob y le entregaron todos las estatuas de dioses que tenían, igual que todos los aretes que tenían. Quizás fue en este momento cuando Raquel entregó los dioses de su padre Labán, sorprendiendo a Jacob con la engañosa que su amada era. Según historiadores, los ídolos en esa época llevaban aretes para significar que oían a sus fieles, y los fieles llevaban aretes para mostrar su obediencia a las divinidades. Destruir los aretes era simbólico de dejar de identificarse con dioses falsos. Jacob enterró todos los ídolos y aretes bajo un árbol cerca de Siquén, dejándolos atrás. Continuamos con la historia, leyendo lo que Dios hizo para Jacob y su familia mientras estaban viajando a Betel.

Tuvieron un terror sobrenatural

Génesis 35:5: Entonces emprendieron su camino. Dios hizo que los habitantes de las ciudades por las que pasaba la familia de Jacob, les tuvieran un terror sobrenatural y no salieran a perseguir a los hijos de Jacob. 

Intervención divina

Después de destruir a Siquén, todos los de Canaán odiaron a la familia de Jacob. Para asegurarle a la familia de Jacob del poder infinito de Dios, en vez de perseguirlos y vengarse por destruir a Siquén, Dios hizo que todos tuvieran un terror sobrenatural de ellos. El texto no nos dice qué hizo para infundir este sentimiento de susto, pero sin esta ayuda de Dios, seguramente habrían asesinados a toda la familia por lo que los hijos de Jacob hicieron. Finalmente llegaron a su destinación, Betel, y allí Jacob construyó un altar a Dios, en el mismo lugar donde Dios se le había aparecido mientras estaba huyendo de la furia de su hermano. Débora, la enfermera y sierva de Rebeca murió en Betel. Aunque el texto no nos dice, es probable que Rebeca muriera anteriormente y nunca tuvo la oportunidad de conversar de nuevo con Jacob, su hijo predilecto, ni conocer a ninguna de sus nueras y nietos.

Jacob ya no más

Una vez más, Dios se le apareció a Jacob y lo bendijo. Terminamos la historia leyendo el mensaje de Dios para Jacob.

Tu nombre será Israel

Génesis 35:10-12:  Dios le dijo: «Te llamas Jacob, pero de ahora en adelante tu nombre no será Jacob, sino Israel». Así que Dios lo llamó Israel. Y Dios le dijo: «Yo soy el Dios Todopoderoso. Ten muchos hijos y multiplícate. De ti saldrá una nación, incluso una unión de naciones. Hasta vas a tener descendientes que lleguen a ser reyes. La tierra que les di a Abraham y a Isaac, te la daré a ti, y después se la daré a tus descendientes». 

De ti saldrá El Salvador del mundo

A través del antiguo y nuevo testamentos, Dios les cambió los nombres de varios de sus elegidos: Abram a Abraham, Saraí a Sara, y Simón a Pedro. Dios le cambió el nombre de Jacob a Israel, de un estafador a un patriarca de la nación de Israel. Aunque los escolares bíblicos no están de acuerdo, creen que Israel quiere decir Dios reina. A pesar de cambiarle el nombre, todos seguirán llamándolo Jacob. Le dio a Israel una orden interesante de tener muchos hijos, pero ya tenía muchos. Pienso que era una orden tanto para Jacob como para sus hijos y descendientes. En el libro de I Samuel, los israelitas pedirán un rey, y Dios se los dará uno, pero parecerá una concesión; Dios es su rey, y les advirtió de los líos que tendrán por abandonarlo como rey, reemplazándolo con un ser humano. Entonces, ¿por qué le anunció que tendrá descendientes que serán reyes? Está anunciándole el nacimiento del Rey de Reyes, Jesucristo, que vendrá de la tribu de Judá. Después de esto, Jacob colocó una piedra donde Dios le habló, y como hizo la primera vez cuando Dios le habló, le derramó vino y aceite sobre la piedra para dedicársela.

Esta devocional es parte de nuestra serie en Génesis. Si no has leído las otras devocionales en la serie, te invito a leer las siguientes:

El comienzo: la creación, Adán, Eva, sus hijos Caín y Abel, los hijos de Dios, Noé en el diluvio, y la torre de Babel

La familia de Abraham: Téraj, el padre pagano de Abraham, Abraham, el padre de nuestra fe,  el misterioso sumo sacerdote Melquisedec, la visita del Señor a Abraham, Lot, el sobrino de Abraham que vivía en Sodoma, los secuestros de Sara, Agar, la madre de Ismael, Ismael, primogénito que no heredó la descendencia de Abraham,

La familia de Isaac: Isaac, hijo de Abraham y Sara, Isaac-esperado, envidiado y engañado, Dios le pidió a Abraham sacrificar a su hijo,  la historia de amor de Isaac y Rebeca, la matriarca Rebeca, los gemelos muy distintos, Esaú y Jacob,  Jacob y no Esaú recibió la bendición del primogénito

La familia de Jacob: la escalera de Jacob, Jacob se enamoró de Raquel, pero se casó con Lea, y la rivalidad entre Raquel y Lea, ¿Quién era Labán? Labán era el maestro de estafadoresLabán persiguió a Jacob y hicieron un pacto, Jacob se reunió con Esaú

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