La adoración de Maria, la Virgen de Guadalupe y otros ídolos

¿Por qué no oramos a los santos?

Quizás lo que voy a decir en esta devocional es un poco polémico, pero es bíblico. La biblia no nos instruye a orar a nadie más que no sea a Dios, y esto incluye a Maria, los santos, ni siquiera a Jesús, aunque debemos orar en el nombre de Jesús porque Dios no le niega a su hijo. La idea de orar a Maria o a un santo es pedirle que ore por ti. Pero hay dos problemas con eso. Primero, no te van a escuchar, eran seres mortales tal y como somos y están muertos, aun en cielo, no van a poder escucharte. El otro problema, que realmente es una bendición, es que el día en que Jesús murió en la cruz, Dios desgarró la cortina en el templo, así permitiéndonos acercarnos directamente al trono de Dios tal y como tan solo el sumo sacerdote hacía. Es un gran privilegio poder entrar a la sala de trono de Dios, y Él quiere que le hablemos directamente. Ni Maria, ni los santos, ni los ángeles tienen una ventaja ni una relación más cercana que podemos tener con Él, entrando en comunicación directa con Nuestro Salvador.

En cuanto a la Virgen de Guadalupe, es una fábula, no una historia bíblica. Según la historia, la muchacha que se presentó a Juan Diego era azteca y le pidió construir una iglesia en su honor. Maria, la madre de Jesús era judía y era humilde- jamás le pediría algo en su propio honor, sino en honor a su hijo. Después del nacimiento de Jesús, la biblia nos dice que Maria y José tenían varios hijos juntos, niños totalmente normales que no tenían nada especial, con la excepción de ser hermanitos de Jesús. Maria no era virgen perpetua. Además, una virgen no tiene ningún poder especial, no es más sagrada ni santa. No necesitas que la Virgen de Guadalupe, ni los santos oren por ti; si eres creyente, puedes acercarte a Dios y hablarle directamente- ¡qué gran honor!

Cuando oramos y confiamos en cualquier persona que no sea Dios y la salvación que nos ofrece con Jesucristo, es como adorar a un ídolo. La adoración de Maria y los santos es una desviación a lo que Dios claramente nos instruye en Su palabra. La biblia tiene mucho que decir en cuanto a adorar ídolos. Cuando ponemos nuestra fe en Maria, un santo, la virgen de Guadalupe, o cualquier otro, le rompemos el corazón a Dios y se enoja como se enfadaba con el pueblo de Israel cuando lo abandonaron para adorar dioses de las otras naciones. A continuación, vamos a examinar seis razones porque debemos huir de la idolatría, incluso la adoración de Maria y los santos.  

Este devocional es parte de nuestra serie sobre el advenimiento. Si te interesa aprender más sobre este tema en su contexto bíblico, recomiendo los siguientes devocionales en la serie: Elisabet- pariente de María y por un milagro es la madre de Juan El Bautista, Gabriel- ángel quien anuncia los nacimientos milagrosos, Juan el Bautista- tuvo un nacimiento milagro y preparó el camino para Jesús, El Mesías, José- el padre no biológico de Jesús, María- la virgen madre de Nuestro Salvador, Jesucristo, Los Pastores- los primeros en recibir la notica del nacimiento de Jesús, Los Reyes Magos- los sabios que visitan al niño Jesús, dándole regalos dignos de un rey, Zacarías- el padre de Juan el Bautista

Seis razones para no adora a Maria, la Virgen de Guadalupe, ni los santos

1.    Tan solo hay un Dios y es el único quien tiene poder, y quiere ser El Único que adoremos. Nos da instrucciones muy claras que no debemos ni siquiera formar ninguna imagen, mucho menos inclinarnos antes de ella. Aunque la práctica de rezar a Maria y los santos es bastante común, Dios nunca nos instruye rezar a ellos, no está en la biblia cristiana. Ni Maria ni los santos tienen una relación más cercana a Dios que cualquier creyente. Dios sí tiene una relación más cercana con alguien, con Jesús, Su único hijo, quien es nuestro mediador. Como hay un solo mediator, Jesús, no tiene sentido orar a un santo para que sea tu mediator.

Éxodo 20:3-5: »No adores otros dioses además de mí. »No hagas para ti ningún ídolo ni nada parecido de lo que hay arriba en cielo, ni de lo que hay abajo en la tierra, ni de lo que hay en las aguas que están debajo de la tierra.  No te inclines ante ellos ni los adores porque yo, el SEÑOR tu Dios, soy un Dios celoso…

Solamente Dios contesta las oraciones. Es El Único quien puede.

2.    Adorar a ídolos conduce a cometer otros pecados, de dependerse de sí mismo, a perseguir dinero, sexo, y poder en vez de seguir al único Dios. De cierta manera es más fácil rezarle a una imagen, pero Dios, sin imagen, quiere que vivamos por fe, no por lo que podemos ver.

I Corintios 12:2: Recuerden la clase de vida que tenían cuando no eran creyentes. Se dejaban influenciar y se guiaban por ídolos mudos. 

Apocalipsis 9:20: El resto de los seres humanos no murió por estas plagas, pero ni aun así no sintieron remordimiento por sus pecados ni dejaron de hacer maldades ni de adorar a los demonios, ni a los ídolos que habían hecho de oro, plata, bronce, piedra y madera, los cuales no pueden ver ni oír ni caminar. (Itálicos míos).

Dios no es una imagen de oro, plata, ni piedra. Es El Creador de todo.

3.    Dios es totalmente capaz de ayudarnos; los ídolos son algo creado por el hombre, no viven, y por lo tanto no pueden hacer nada, mucho menos escucharnos. Son de piedra y madera, elementos de la naturaleza que el único Dios creó, igual que creó a la persona que hace el ídolo o estatua.

Salmos 115:4-7: Los ídolos de esas naciones son oro y plata, productos hechos por manos humanas. Tienen boca, pero no pueden hablar; tienen ojos, pero no pueden ver. Tienen oídos, pero no pueden oír; tienen nariz, pero no pueden oler. Tienen manos, pero no pueden tocar; tienen pies, pero no pueden caminar. No sale sonido alguno de su garganta.

Isaías 46:6-7, 9:  »Hay quienes derrochan su oro y pesan plata en una balanza. Luego contratan a un orfebre para que les haga un ídolo de oro. Después se inclinan y lo adoran. Lo levantan y lo cargan en hombros, lo ponen en su lugar y lo dejan allí. El ídolo no se mueve de donde lo pusieron. Si uno le grita, él no responde; no salvará a nadie de sus angustias.» … Porque yo soy Dios y no existe ningún otro. Soy Dios y no hay nadie como yo. (Negrita e itálicos míos).

4.    Es más fácil hacer lo que le parezca mejor, lo que se siente bien en el momento, adorar a Maria o un santo, algo que puede ver, pero adorarles es un autoengaño. No podemos ni comenzar a entender a Dios, no se compara con nada ni nadie. Él tiene un entendimiento perfecto de cada detalle de todo. No se puede adorar a los santos, ni Maria, ni a cualquier cosa que no sea Dios y seguir fiel a Él. Adorar y rezar a cualquier otra entidad es sinónimo con adorar a los demonios y Satanás. Y ser adorado es lo que quieren. Las fuerzas malvadas celebran cuando uno adore o rece a otra entidad que no sea Dios.

I Corintios 10:19-21: No estoy diciendo que los sacrificios a los ídolos tienen algún valor ni que los ídolos mismos lo tengan. No, porque esos sacrificios se ofrecen a los demonios, no a Dios, y no quiero que ustedes compartan con los demonios.  Ustedes no pueden beber de la copa del Señor y, a la vez, de la copa de los demonios. No pueden compartir de la mesa del Señor y, a la vez, de la mesa de los demonios. 

La idolatría es un rechazo del amor de Dios. 

5.     La adoración de Maria y los santos en una industria lucrativa, pero no te pueden oír. Solamente Dios nos oye y puede ayudarnos, no un ídolo, ni el dinero, ni el sexo, ni un puesto, ni el poder, ni cualquier otra cosa. Los que están involucrados en la industria de promover la oración y adoración a los santos y fabrican sus productos (velas, pinturas, etc.,) están promoviendo la adoración de ídolos.

Porciones de Isaías 44:6-8,10,17-19: Así habla el SEÑOR, el Rey de Israel, el Salvador, el SEÑOR Todopoderoso: «Yo soy el primero y el último; el único Dios que existe soy yo.

 ...¿Quién ha dicho lo que va a pasar mucho antes de que suceda? Que nos cuenten lo que va a pasar en el futuro…¿Acaso existe otro Dios que no sea yo?». ¿Cómo se le ocurre a alguien hacer un ídolo que no sirve para nada?… hace un dios, su ídolo, se inclina y lo adora. Le reza y dice: «Sálvame, porque tú eres mi dios»… No saben ni entienden. Sus ojos están cerrados para que no puedan ver. Lo mismo pasa con su mente, para que no entiendan. Ninguno se detiene a pensar y no cuentan con el conocimiento o entendimiento necesario para decir: «¿Cómo es que me estoy inclinando ante un pedazo de madera?» (Negrita e Itálicos míos).

6.    Dios no nos instruyó a adorar a Maria, ni a los ángeles, ni a los santos; al contrario, nos mandó a huirnos de la idolatría. Uno no es más sagrado por adorarlos, sino que uno es obediente cuando tan solo adora a Dios.

I Juan 5:21: Hijitos, manténganse alejados de los dioses falsos.

Colosenses 2:18: Hay gente que aparenta tener humildad, adora a los ángeles, siempre habla de las visiones que ha tenido y quiere que todos la imiten. No les hagan caso ni dejen que decidan lo que ustedes deben hacer. Ellos presumen de lo que no han visto y se guían sólo por ideas humanas.

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