Moisés discutió con Dios

Las tres señales y la resistencia de Moisés para obedecer

En la devocional anterior, vimos el primer encuentro entre Moisés y Dios. Dios, en un arbusto que quemaba pero no se consumía, le contó sus planes a Moisés. Iba a mandarlo a Egipto para liberar a Su pueblo, y que iba a usar a este príncipe-asesino convertido en pastor de ovejas para el éxodo hacia la tierra prometida. Aun en la presencia de Dios, Moisés no estaba convencido. Le preguntó a Dios quién era para ser el liberador de los hebreos y cuál era Su nombre. Dios le contestó que YO SOY EL QUE SOY, lo cual significa que necesitamos que Dios sea tantas cosas para nosotros que basta decirles que Él es el proveedor de todas nuestras necesidades. Pero Moisés era tímido y le preguntó qué haría si ellos no lo creyeran. Dios respondió dándole a Moisés tres señales para comprobar que era Dios quién lo mandó. Continuamos la conversación entre Dios y Moisés, leyendo cómo Moisés no quiso ser el liberador de los hebreos esclavos y las señales que Dios le dio.

Bastón convertido en serpiente

Las señales son menos para el pueblo de Dios y más para Moisés. Dios es YO SOY. Podría suavizar los corazones de Su gente y convencerles que Moisés fuera su libertador, pero era Moisés quien necesitaba ser convencido. La primera señal que Dios le dio a Moisés fue utilizando algo que ya tenía, su bastón de pastor. Con este bastón, se inclinaba y descansaba durante las horas de cuidar a los rebaños, lo usaba para guiar a las ovejas que se desviaban del grupo y en ocasiones, lo usaba para matar a animales salvajes que amenazaban al rebaño. Viendo el miedo e incredulidad de Moisés, Dios le instruyó al lanzar el bastón a la tierra. Dios le instruyó a Moisés tirar el bastón a la tierra. Comenzamos la historia con lo que aconteció después.

La primera señal

Éxodo 4:3-4: Moisés lo lanzó al suelo y el bastón se convirtió en una serpiente. Asustado se echó para atrás, pero el SEÑOR le dijo:

—Estira el brazo y agárrala por la cola.

Cuando Moisés extendió la mano y la agarró por la cola, esta se volvió a convertir en bastón.

El bastón se convirtió en una serpiente

Imagina por un momento que tiras tu celular al suelo, y se convierte en una serpiente- yo me desmayaría. El bastón se convirtió en una serpiente de verdad; naturalmente, Moisés se asustó y se echó para atrás. Notamos que Dios utilizó algo ordinario, algo que Moisés ya tenía, un bastón. El bastón no tenía nada especial, no estaba bajo un hechizo. Dios lo escogió para comprobar a este pastor que Él es capaz de hacer cualquier cosa, incluso convertir este pedazo de madera en un serpiente, igual que derretir el corazón duro del faraón o hacerlo endurecer aún más. Moisés tenía suficiente fe para agacharse y agarrarla por la cola; dicen que la cola es la parte más peligrosa donde agarrar una serpiente, pero Moisés obedeció a pesar de eso y de inmediato; se convirtió en un bastón de nuevo.  Como veremos más adelante, los egipcios estaban obsesionados con serpientes, y quizás por eso, Dios eligió esta señal.

Sin pedirle otra señal, Dios se lo dio. Continuamos con la historia, leyendo esta milagrosa sanación.

La segunda señal

Éxodo 4:6-7: Luego el SEÑOR le volvió a decir:

—Mete la mano en tu ropa, cerca del pecho.

Moisés metió la mano en su ropa y cuando la volvió a sacar estaba infectada, blanca como la nieve.

Entonces Dios le dijo:

—Vuelve a meter la mano en tu ropa.

Él la volvió a meter pero cuando la sacó, su mano estaba sana, como el resto de la piel.

La lepra sanada instantáneamente

En tiempos ancianos, la lepra fue una sentencia de muerte lenta, dolorosa y segura, viviendo aislado, sin ayuda médica y frecuentemente sin comida. ¿Por qué Dios escogió una enfermedad incurable? Creo que Dios enfatizó YO SOY. Nada, ni siquiera una enfermedad terminal es demasiado para Él, puede curarla en un segundo. Moisés no le dijo nada, no pidió otra señal, pero Dios le dio una tercera señal. Continuamos la historia leyendo la tercera señal de Dios.

La tercera señal

Éxodo 4:9: Si todavía no te creen ni te ponen atención con la segunda señal, toma un poco de agua del río Nilo y derrámala sobre el suelo seco. El agua que saques del Nilo se convertirá en sangre al tocar el suelo.

Agua convertido en sangre

La tercera señal es aún más espectacular y peligrosa que las otras dos: no se puede vivir sin agua. Imagina poder convertir el agua en sangre, algo que veremos Dios hacer en devocionales más adelante. Con esta tercera señal, los hebreos verán que las señales podrían afectar a todo el mundo, no tan solo a Moisés. La tercera señal es la única que no se convirtió en su forma original, mostrándonos el poder destructivo de El Señor.  Sin duda Moisés estaba muy impresionado, pero todavía no quiso ser el liberador. Le dijo a Dios que desde siempre le costaba mucho hablar, que era, en sus palabras, lento y aburrido cuando hablaba. Dios le recordó que El hizo la boca y que estaría con él y que le daría las palabras que debía decir. Aun así, Moisés no quiso ir a Egipto. Continuamos con la historia, leyendo la súplica de Moisés a Dios.

Por favor, Señor, manda a otro

Éxodo 4:13-14: Pero Moisés dijo:

—Por favor, Señor, manda a otro.

Entonces el SEÑOR se enojó con Moisés y le dijo:

—¡Está bien! Te voy a dar a alguien para que te ayude, a tu hermano Aarón de la tribu de Leví. Él sabe hablar muy bien y ya viene en camino a visitarte.

Dios se enojó con Moisés

Por fin Moisés ya no pudo inventar otro pretexto y fue honesto con Dios: simplemente no quería ir. Moisés era capaz pero no estaba dispuesto. Dios se enojó con Moisés; lo escogió desde siempre y aun después de mostrarle tres señales, creyó que dependió de él, de su falta de habilidad de hablar, de sus antecedentes penales, de su edad.

Era capaz pero no estaba dispuesto

En el nuevo testamento en el libro de Hechos, nos dice que, de hecho, Moisés llegó a ser un hombre poderoso tanto en sus palabras como en sus hechos (Hechos 7:22). Si Moisés tenía el don de convencer y argumentar, ¿Por qué le rogó a Dios mandar a otro? Parece que Moisés se olvidó de que quién fuera, cualquier habilidad que tuviera, incluso su entrenamiento militar y su habla no le importara a Dios; Dios lo iba a usar porque escogió a estar con él y ya. Dios no le dijo que iba a mandar otro, sino iba a mandarle un ayudante, a Aarón, su hermano. Recordamos que no vivía con Aarón y era casi un desconocido. Dios le dijo que iba en camino hacia Madián, que estaría muy feliz de verlo, y que diría cualquier cosa que Moisés le instruyera a decir al pueblo de Dios.

¿Por qué Aarón, un esclavo, estaría en camino hacia Madián, cruzando el peligroso desierto que no conocía para nada? En la próxima devocional, veremos que Dios también le habló a Aarón, instruyéndole de sus planes, y por eso se fue en camino al desierto. Dios no se cedió a la resistencia de Moisés; Aarón ayudó a Moisés, pero como veremos más adelante, también le dificultó la vida. Prosiguió, diciéndole a Moisés que Él estaría con él y Aarón, qué les diría lo que debieran decir y hacer. Dios le recordó llevar el bastón a Egipto porque lo usaría a realizar las señales que acabó de darle y otras más. En la próxima devocional, veremos cómo Dios casi mató a Moisés por desobedecer.

Evelyn Bou

Empatizo con el caos que el dolor traiga. Sé lo que es tratar de utilizar los recursos disponibles para mejorar, al terminar sintiéndose frustrada y aún más sola. Aprendí tanto sobre el dolor que me convertí en una coach certificada en el duelo y las relaciones, y profesional del trauma, con la esperanza de ayudar y brindándoles apoyo emocional a otras mujeres cristianas.

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