Todos envidiaban a Isaac

Todos envidiaban al hijo de promesa

Isaac era el hijo tan esperado de Abraham y Sara. Creía en el Dios de su padre, y tenía la bendición de Dios dondequiera que se fuera. Por esta bendición, muchos hombres lo envidiaban, por lo rico que era, por su bella esposa Rebeca, y por su cercanía con Dios. Continuamos nuestro estudio en Génesis echando una mirada a la envidia que los hombres tenían de Isaac.

Esta devocional es parte de nuestra serie en Génesis. Si no has leído las otras devocionales en la serie, te invito a leer sobre la creación, Adán, Eva, sus hijos Caín y Abel, los hijos de Dios, Noé en el diluvio, la torre de Babel, Téraj, el padre pagano de Abraham,  el misterioso sumo sacerdote Melquisedec, la visita del Señor a Abraham, Lot, el sobrino de Abraham que vivía en Sodoma, los secuestros de Sara, Ismael, primogénito que no heredó la descendencia de Abraham, Agar, la madre de Ismael, Dios le pidió a Abraham sacrificar a su hijo, la historia de amor de Isaac y Rebeca, y los gemelos muy distintos, Esaú y Jacob.

Dios habló directamente con Isaac

Había una hambruna en el área donde Isaac y su caravana estaban acampando. Isaac decidió ir a Egipto para buscar refugio de la hambruna, pero Dios se le apareció en el camino, mientras estuvo en Guerar. Le dijo que no se fuera allá, que se quedara en Canaán, la tierra que sus descendientes heredarían y Isaac lo obedeció. Comenzamos la historia, leyendo lo que Dios le dijo a Isaac.

Génesis 26:2-5: …«No vayas a Egipto, quédate en las tierras en las que yo te dije que vivieras. Vive en estas tierras como refugiado, que yo estaré contigo y te daré mi bendición. Les voy a dar a ti y a tus descendientes todas estas tierras y así seguiré cumpliendo el pacto que hice con Abraham, tu papá. Multiplicaré tus hijos, como las estrellas del cielo. Les daré estas tierras y todas las naciones del mundo serán bendecidas por tu descendencia. Voy a hacer esto porque tu papá Abraham me obedeció e hizo todo lo que yo le dije. Abraham obedeció mis órdenes, mis leyes y mis reglas»

No vayas a Egipto

Probablemente, hasta después de revelarle a su caravana lo que Dios le comunicó, tenía que convencerles e insistir que todos se quedaran en Canaán. Miraron a su alrededor: no había lluvias, el sol quemaba toda la cosecha y los pozos estaban secos. Pero los mayores ayudaron en calmar a los más jóvenes, recordándoles cómo Dios había proveído para Abraham en una hambruna.

Envidiosos de su esposa

Como su padre Abraham, Isaac se casó con una mujer bella, y como su padre, les mintió a los hombres, diciéndoles que era su hermana. Isaac, como Abraham, tenía miedo de que los hombres lo matarían para estar con su esposa. Los hombres en el territorio de Guerar le preguntaron a Isaac sobre Rebeca. Temiendo que lo matarían si se enteraran que fuera su esposa, les mintió que era su hermana. Aunque tanto el faraón como Abimélec habían secuestrado a Sara y al enterarse de la verdad, no mataron a Abraham, Isaac escogió mentirles y así pensaba que estaba protegiéndose. Crecía escuchando los efectos devastadores que las mentiras de su padre, pero aun así decidió que en vez de depender de la protección de Dios, lo mejor sería mentirles sobre su hermosa esposa. Continuamos la historia, leyendo cómo los hombres filisteos envidiaban a Isaac, incluso el rey Abimélec que era el primero en descubrir su engaño.

;¡Esa mujer es tu esposa!

Génesis 26:8-11: Cuando Isaac llevaba ya mucho tiempo viviendo ahí, mientras el rey Abimélec de los filisteos miraba por una ventana, vio a Isaac acariciando a su esposa Rebeca. Abimélec llamó a Isaac y le dijo: —¡Esa mujer es tu esposa! ¿Por qué dijiste que era tu hermana?

Isaac le respondió: —Porque pensé que ustedes me matarían para quedarse con ella.

Abimélec dijo: —¿Qué es lo que has hecho? Fácilmente alguien se podía haber acostado con tu mujer, y tú nos habrías hecho pecar.

Luego Abimélec le ordenó a toda su gente: —El que llegue a tocar a ese hombre o a su esposa será ejecutado.

Envidiosos de sus riquezas

Dios se mostraba fiel a Isaac aun cuando Isaac mintió y no siempre fue fiel a Dios. Aun en medio de una hambruna Dios lo bendecía grandemente y se enriqueció. Aunque heredó todas las bienes, riquezas y esclavos de su padre y no tenía que trabajar, trabajó duro al lado de sus siervos y familia. La bendición de Dios fue obvia para los filisteos y como resultado, lo envidiaron. Continuamos la historia leyendo lo envidioso que eran los filisteos de las riquezas de Isaac.

El SEÑOR lo bendijo y él se convirtió en un hombre rico

Génesis 26:12-16: Isaac sembró semilla en esas tierras y en ese mismo año reunió una cosecha 100 veces mayor. El SEÑOR lo bendijo y él se convirtió en un hombre rico. Luego progresó tanto que llegó a tener muchas posesiones. Tenía tantas ovejas, ganado y esclavos que les dio envidia a los filisteos. Los siervos del papá de Isaac habían cavado muchos pozos durante la vida de Abraham. Los filisteos taparon esos pozos llenándolos con tierra.

Después Abimélec le dijo a Isaac: —Vete de aquí, te has vuelto más poderoso que nosotros.

Te has vuelto más poderoso que nosotros

A mandamiento del rey Abimélec, Isaac y los suyos fueron a vivir en el valle de Guerar. Los filisteos de Guerar habían temido a Abraham, pero envidiaban a Isaac, tanto que lo echaron de su territorio. Ahora confiaba que Dios los cuidaría. Comenzó a reparar todos los pozos que su padre había construido allí pero que los filisteos habían llenado de tierra cuando Abraham murió. No había mucha agua y buscarlo tomó mucho tiempo y recursos, así que llenar un pozo con tierra era como públicamente desearle la muerte. Además, los siervos de Isaac cavaron otros pozos. Pero los pastores filisteos en el valle pelearon con los de Isaac, reclamando que toda el agua que encontraron allí era suyo. Sus siervos siguieron cavando otros pozos hasta construir uno donde los pastores filisteos no disputaron a quién pertenecía. Al tener su propio pozo sin tener que pelear por el, Isaac lo tomó como una señal de Dios que fuera a prosperar en el valle. Continuamos con la historia, leyendo lo que Dios le comunicó a Isaac, el mismo mensaje que había transmitido a Abraham.

Te daré mi bendición

Génesis 26:24-25: El SEÑOR se le apareció esa noche y le dijo: «Yo soy el Dios de tu papá Abraham. No tengas miedo que yo estoy contigo. Te daré mi bendición y haré que tengas muchos descendientes por causa de mi siervo Abraham». Isaac construyó ahí un altar y adoró al SEÑOR. También estableció allí su campamento y sus siervos construyeron un pozo.

Envidiosos de su relación con Dios

Esta es la segunda vez en poco tiempo que Dios se le apareció a Isaac con un mensaje similar: Yo soy Dios, no tengas miedo, te voy a bendecir por Abraham. Después de un tiempo, Abimélec visitó a Isaac en su campamento en Guerar. Trajo uno de sus amigos y el comandante de su ejército. La familia y siervos de Isaac no sabían qué pensar. ¿Iban a matarlos? Continuamos con la última sección del texto de esta historia.

Génesis 26:27-29: Isaac les dijo: —¿Por qué vinieron a buscarme? Ustedes me odian y me forzaron a abandonar su tierra.

Ellos respondieron: —Ahora estamos convencidos de que el SEÑOR está contigo. Por esa razón hemos pensado que debemos hacer un pacto entre tú y nosotros. Prométenos que no nos harás daño, así como nosotros hemos obrado bien contigo. Te sacamos de nuestras tierras, pero lo hicimos pacíficamente. Ahora sabemos que tienes la bendición del SEÑOR.

Ahora sabemos que tienes la bendición del SEÑOR

Isaac les preguntó por qué lo buscaron porque lo odiaban. No creo que lo odiaran sino lo envidiaba y por lo tanto, temían que Isaac iba a crecer aún más poderoso que su padre era. Como su padre hizo con Abimélec, Isaac hizo otro pacto con el rey, aunque fue el filisteo quien rompió el pacto original. Isaac les dio un gran banquete a los filisteos y todos comieron, tomaron, y bailaron hasta muy tarde. En la madrugada, Isaac y Abimélec hicieron el pacto de no dañarse el uno al otro, todo motivado por el miedo que el rey tenía de este Dios que no conoció, pero no dudó de su poder. Los filisteos regresaron a Guerar y como otra señal de Dios, sus siervos vinieron a Isaac muy conmovidos que habían construido otro pozo.

Si te interesa seguir leyendo sobre el primer libro de la biblia, Génesis, te recomiendo comenzar con estas devocionales:

la visita del Señor a Abraham

Lot, el sobrino de Abraham que vivía en Sodoma

los secuestros de Sara

Ismael, primogénito que no heredó la descendencia de Abraham

Anterior
Anterior

Jacob recibió la bendición y promesa de Dios

Siguiente
Siguiente

Los gemelos Esaú y Jacob